Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1208

-Xenia, pensé que habías dicho que no podías venir -Naomí se dio cuenta de que había sido engañada por Xenia.

-Oh no, dije que no podía venir, pero Simón dejó su trabajo a su asistente y quería compensarme un viaje de luna de miel. Ya sabes, es un hombre obstinado, y no hay nada que pueda hacer para cambiar lo que ha decidido.

Las dos estaban hablando y riendo, y el coche arrancó rápidamente, y pronto llegó al hotel.

El viaje era en la playa y habían reservado dos habitaciones.

Naomí estaba un poco avergonzada, “¿tengo que quedarme en la misma habitación que Diego?” Miró a Diego que éste cogía la tarjeta de habitación y se mostraba tranquilo, sin decir nada.

Xenia vio este detalle y tocó suavemente a Naomí, susurrándole:

-Aprovecha esta oportunidad, ánimo, cuñada.

Ante estas palabras, Naomí dio un puñetazo a Xenia tímidamente.

Una vez que tuvieron sus tarjetas de habitación, las dos parejas se separaron y se dirigieron a sus habitaciones propias.

Xenia entró en la habitación y primero corrió las cortinas, contemplando la inmejorable habitación con vistas al mar.

-Simón, este lugar es bastante agradable, podemos quedarnos unos días más...

-De acuerdo, como quieras -Simón sonrió con los ojos revelaba un atisbo misteriosa.

A la mañana siguiente, el personal llamó muy temprano a la puerta de la habitación.

Xenia seguía aturdida cuando la despertaron. Iba a pedirle a Simón que le abriera la puerta, pero no esperaba que estuviera en el baño lavándose el pelo, así que Xenia no tuvo más remedio que abrir la puerta sola. Cuando se abrió la puerta, cinco o seis miembros del personal entraron corriendo y la rodearon.

Uno de ellos tiró de ella directamente hacia el tocador y la sentó, parloteando,

-¡Se hace tarde, la novia tiene que maquillarse muy pronto, así que daos prisa, chicos, traed los vestidos y mirad si hay que hacer algún arreglo!

Al oír eso, el resto del grupo detrás de ella empezó a ocuparse. Xenia era la única que parecía confundida.

¿Qué estaba pasando?

-Esperad, ¿quiénes sois vosotros? ¿Qué está pasando aquí? -Xenia dio una sacudida y estuvo a punto de levantarse y negarse.

Fue entonces cuando Simón salió del baño.

-Tranquila, es para sacar fotos.

-¡¿Sacar de fotos?! -Xenia no podía creerlo.

Uno de los miembros del personal comprendió inmediatamente, Simón ya les había advertido antes, el miembro dijo amablemente,

-Sí, sí, señora, esta vez ha pedido nuestro paquete de luna de miel, ¡incluido un servicio de fotos extra!

-Pero... -Xenia se sintió extraña de alguna manera.

El miembro continuó: -Señora, usted es nuestro cliente número 1000, una de nuestros afortunados clientes, así que las fotos de hoy serán muy significativa, ya ve que estamos todos aquí, no se negará, ¿verdad?

-Haz lo que dicen, a mí también me encantaría hacerme una foto contigo -dijo Simón.

Xenia no lo respondió.

¿Por qué se sentía tan extraña?

Pero antes de que tuviera tiempo de pensarlo, el personal que la rodeaba la maquilló rápidamente, y la probó el vestido.

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