Esposa falsa de Simón romance Capítulo 239

Si no hubiera encontrado el par de pendientes rosados en el bolsillo de Simón, Frida tendría curiosidad por saber quién lo había comprado, pero ahora... ya sabía que lo tenía Simón.

Ahora Naomí preguntó, y de repente Frida se sonrojó tímidamente.

-Adivinas rápido.- Naomí pensaba que no lo sabía Frida y la empujó fuerte que le pidió que adivinara.

Frida no adivinó, sólo bajó sus ojos, dijo con voz baja, -¿Cómo podría saber?-

-Jeje, ¿quieres saber?- Naomí caminó a ella y le preguntó traviesamente.

Frida se quedaba sin palabras, vio que su cara se acercó a ella, y su nariz casi le tocaba, sólo podía girar y sacudir la cabeza, -No quiero saber, no lo digas.-

Naomí dijo, -Qué extraño... ¿Por qué no lo quieres saber? O porque...- Naomí lo entendía repentinamente, amplió los ojos, -¿Acaso que lo has recibido?-

-No lo he recibido.- Frida respondió muy rápido, de hecho, ella no estaba segura de que el par de pendientes que compró Simón si fuera para ella.

Pero siempre había una conjetura en su corazón, diciéndole que sí.

En todo caso, el par de pendientes era lo que le gustaba, si lo compró Simón no hubiera sido para ella, para qué lo habría comprado, además no se lo dijo a ella.

Después de la negación, Frida descubrió que parecía revelar algo, mordió los labios y miró a Naomí embarazosamente, Naomí agarró su hombro inmediatamente, -Así que ya lo sabías, yo creía que te lo dijera como una sorpresa.-

Frida se sonrojó y asintió con la cabeza.

-Lo descubrí sin querer, pero... no estoy segura de que si este par de pendientes fuera para mí.-

-¿Qué va? Si no fuera para ti, ¿a quién daría?-

-Sí, pero no sé a quién quiere darlo.-

-No pienses disparatadamente, eres su esposa, y además... también probaste este par de pendientes cuando él estaba el otro día, ¿no era que él quería comprarlo en ese momento? Pero te diste una vuelta y te fuiste. Por eso no lo compró, luego regresó, pero pensaba en esto todo rato, ¡y volvió a comprarlo sin dejarte saber! Por supuesto que es para ti, Frida, siempre dices que no tenéis sentimientos entre vosotros, veo que Simón te trata muy bien.-

Al escuchar esto, no podía aguantar a mirar a Naomí.

-¿Me trata bien?-

-No lo sabes porque eres la persona concerniente, pero otras personas lo saben claramente, la mirada que te mira es justo igual que la de mi padre mira a mi madre.-

Frida dijo, -... ¿Qué es esta expresión?-

-Mi padre trata a mi madre super bien, y se han enamorados durante muchos años. Por lo tanto, tienes que vigilar bien a Simón, un hombre tan destacado no puede dejar que otros se lo roben.-

Al oír esto, Frida no pudo aguantar a reírse, -¡Qué va!-

Las dos hablaron un rato más, Frida observaba el tiempo en cualquier momento, notó que casi llegaba media hora, despidió de Naomí, iba a salir para buscar a Simón.

No esperaba que acababa de salir de la oficina de Naomí, vio a Simón que había aparecido en su frente en una silla de ruedas empujado por Rafael.

Se miraban mutuamente, los ojos oscuros de Simón llenaban de disgusto.

-¿Por qué has tardado tanto?-

Frida tuvo que acelerar su paso hacia adelante y caminó detrás de él, -¿Para qué vienes?-

Simón frunció el ceño con impaciencia, -Ya ha pasado media hora.-

Cuando oyó esto, Frida miró la hora y murmuró, -Acaba de pasar.-

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