Esposa falsa de Simón romance Capítulo 45

-¡Tú!- Frida exclamó con una cara ligeramente pálida y le miró con disgusto.

Nico se burló con una sonrisa extraña, -¿Acaso me equivoqué? ¿No hay adulterio? Cierto, ese Simón es un inválido, así que es verdad que no hay ningún adulterio entre vosotros.

Al escuchar el comentario de que Simón era un minusválido, Frida se puso furiosa de inmediato, y apretó la cuchara en su mano, diciendo, -Señor Fernán, tal ataque personal no sería la conducta de un caballero, ¿verdad?

-¿Cómo?- Nico extendió sus manos indiferentemente, se inclinó hacia el que estaba detrás de él y se burló, -Esto es algo conocido, ¿no? Si Simón no fuera incapaz, su viejo no se habría apresurado a encontrar una mujer para él, ¿no? Pero no sirve para nada, sigue siendo un incompetente, un lisiado, ¿para qué se casó? ¿Acaso no es un azote para esa mujer? Pero me puedes llevarle un recado de que no me importa hacerlo por él si realmente no es capaz...

Justo cuando las palabras terminaron, una taza de café caliente fue salpicada en la cara de Nico sin previo aviso.

Frida bajó con fuerza la taza que tenía en la mano, apretó los dientes y le miró fijamente con enojo, diciendo, -Tú eres un verdadero Don Juan, tan promiscuo que ni siquiera sabes qué son los sentimientos , ¿qué calificaciones tienes para juzgar indiscriminadamente a los demás? Ni hablar para hacerles ataques personales, ¡completamente eres un villano!

La gente de la cafetería se quedó atónita ante la escena y miró sorprendida hacia este lado.

La taza de café estaba muy caliente, y tras salpicarla en la cara de Nico, éste se quedó pasmado durante unos segundos antes de reaccionar, -¿Te atreves a salpicarme?-

Entonces se levantó, alzó la mano e intentó golpearla a Frida.

Frida se quedó en su sitio para enfrentarlo, con sus ojos sin miedo.

Fue una lástima que su mano fuera bloqueada antes de que pudiera tocar el bello rostro de Frida.

Rafael le agarró la mano y dijo,

-¡Si alguien quiere golpearla, hay que pedir el consentimiento de Simón!

Después de decir eso, con la fuerza de su mano, lanzó a Nico directamente.

Nico derribó la mesa de al lado y cayó al suelo tras ser empujado.

Frida también se sorprendió por este cambio y miró a la persona recién llegada. Su rostro no había cambiado nada frente a la bofetada de Nico, pero ahora muestró una expresión de pánico.

Apretó la punta de su ropa y miró a Simón, que estaba sentado en una silla de ruedas, sin saber qué decir, pensando, ¿Por qué vino?

Estaba segura de que él no había salido del despacho cuando ella se fue, pero ¿cómo la encontró aquí precisamente en ese momento? ¿Acaso lo sabía todo el tiempo?

Al pensar en las preguntas que anoche le hizo Simón, Frida sintió de repente que era tan estúpida.

Nico se levantó del revoltijo, recibió un puñetazo en la mandíbula y la sangre rezumó de la comisura de la boca. Después de levantarse, se limpió su comisura, luego saltó una risa fría y agarró la silla que tenía al lado y la lanzó hacia Simón.

-¡Simón!- Rafael se situó no muy lejos de Nico, sin esperar que éste fuera realmente tan despreciable.

-Ah.- Frida se dio la cuenta y, ni siquiera pensarlo, se lanzó hacia adelante para proteger a Simón.

Simón estaba a punto de decir que Nico estaba buscando la muerte, pero no esperaba una oscuridad delante de sus ojos. Era en realidad esa estúpida mujer, Frida que corrió havia él y abrazó sus hombros, aparentemente tratando de bloquearle la silla. Cuando ella se inclinó, su suave pelo le golpeó la cara, y la fragancia propia de una mujer también se adentró en su aliento a medida que se acercaba.

Simón estaba totalmente aturdido.

-Maldita sea, ¿qué estás haciendo? Quítate de en medio.-Al ver que la silla lanzada por Nico venía hacia aquí, la mirada de Simón se hundió ferozmente, agarró la muñeca de la mujer y la atrajo hacia sus brazos, luego su otra mano reaccionó extremadamente rápido para girar la silla de ruedas.

¡Bum!

La silla arrojada aterrizó con un golpe seco en el espacio vacío, exactamente donde estaba la silla de ruedas de Simón hace un momento.

Probablemente por la demasiada fuerza, la silla chocó el suelo dejando algunas marcas.

Cuando la gente del restaurante vio esta escena, se asustó tanto que su corazón palpitó fuertemente.

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