Esposa falsa de Simón romance Capítulo 46

Simón respondió con una risa temible,

-A lo que significan literalmente.

Rafael con una expresión un poco extraña, preguntó,

-Simón, ¿de verdad quieres resolverlo desde el origen?

-¿Crees que estoy bromeando contigo?- Simón replicó dándole una mirada bastante indiferente, A Rafael se le puso inmediatamente la piel de gallina, diciendo,

-Vale, ya entiendo.- Luego arrastró a Nico.

-¡Simón! Eres un lisiado en silla de ruedas, ¿cómo te atreves a tocar a mi segundo?¡Tu abuelo Señor Freixa te deshará!-Nico exclamó con amenaza.

Rafael solo obedecía las órdenes de Simón, sin preocuparse de que acudiera al nombre de Señor Freixa, así que continuó arrastrándolo fuera de la habitación orgullosamente.

Frida que se quedó a un lado parecía alarmada y no pudo evitar dar dos pasos hacia Simón, murmurando, -Pues ...

-¡Si te atreves a interceder por él, te morirás!-

Frida se tragó todas las palabras que le vinieron a la boca.

Alrededor de Simón parecía haber una capa de humo negro, lo cual hacía que se viera muy violento e inaccesible, pero si ella no dijo nada por Nico, se convertiría en un eunuco.

Pensando en esto, Frida se adelantó y empujó su silla de ruedas, susurrando,

-Ya ha recibido una lección, déjale en paz.

Simón mantuvo silencio, pero la ira en sus ojos crecía como un círculo de tormenta que se expandía poco a poco.

-Si realmente lo castras, ¿qué harás con tu abuelo? De este modo...-

-Tonta, ¿no te dije que no abogaras por él?- Simón sujetó su fina muñeca y le miró con ojos llenos de frialdad.

Frida quedó atónita por un rato, luego movió sus labios, pronunciando,

-Yo, no estoy suplicando por él. Solo me preocupaba por que tu relación con el viejo se empeorara por eso...

Al escuchar estas palabras, Simón se quedó callado, luego preguntó con ojos entrecerrados,

-¿Estabas preocupada por mí?

Frida asintió moviendo la cabeza con una expresión atontada.

Sus ojos eran como una laguna helada, sin ninguna emoción extra, ni mucho menos la mirada de súplica por Nico.

Tras un momento de pausa, Simón retiró su mano,

-Empúja mi silla y volvamos.

-Pero qué hacemos con Rafael ...

-Esto no es asuntos tuyos.

Frida quiso decir algo más, pero Simón ya se marchó moviendo su silla de ruedas. Obviamente si Frida no lo siguió, él no le haría caso. No había otra manera. Aunque Frida estuviera aún más preocupada, no podría dejar que Simón se fuera solo, porque estaban afuera y sería muy inconveniente para Simón sin el acompañamiento de sí misma.

Pensando en esto, Frida la siguió rápidamente.

Agarró los mangos de la silla de Simón y estaba a punto de marcharse cuando un camarero se acercó temblando, y dijo,

-Señora y señor, por favor, esperen.

Frida tuvo que parar, preguntando,

-¿Qué pasó?

-Ustedes ...... han destruido nuestras pertenencias, tienen ...que pagarnos una indemnización-. El camarero les temía con razón después de presenciar la pelea anterior.

Simón no cambió su rostro y dijo con voz fría,

-Anota el nombre de la cafetería, mañana se enviarán aquí cosas nuevas como compensa.

Frida asintió y anotó rápidamente el nombre.

El camarero, viendo el poder transmitido por Simón, no se atrevió a decir nada más, así que solo pudo seguirlos con la mirada hasta la puerta.

Frida llevó a Simón fuera de la cafetería y caminó por el sendero de piedra mientras decía, -Simón, eres demasiado caprichoso. ¿Qué haríamos con tu abuelo?

-Has mencionado tantas veces a mi abuelo, ¿por qué? ¿Qué beneficios te ha dado para que pienses tanto en él?-

Al oír eso, Frida se paró y replicó con rabia mordiéndose el labio inferior,

-¡Deja de despreciar a los demás de esta manera! De verdad me preocupa mucho que la relación entre ustedes se deteriore.

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