Esposa falsa de Simón romance Capítulo 50

Ella tiró la mano del hombre, y todavía quiso ponerla en su cintura. En este momento un hombre agarró su cuello y lo arrastró hacia atrás.

¿Qué pasa? Al reflexionar, el hombre sintió que la temperatura de este bar comenzó a bajar. Un hombre en silla de ruedas lo miró con ojos agudos.

En este bar, todo el mundo iba bien con este lugar, pero él era muy diferente.

Sólo sentó en la silla de ruedas y miró a las personas, todavía era muy elegante. Su temperamento era diferente de todos los demás.

-¿Qué quieres hacer a ella?- Rafael cuestionó y agarró el cuello del hombre.

-Perdón.- El hombre se disculpó inmediatamente. Aunque Simón estaba en una silla de ruedas, no era un hombre común a primera vista por su temperamento. Y cuando el hombre que detrás de él lo sacó, no tenía habilidades para resistir. ¿Qué significa? Después de estar aquí tanto tiempo, ya comprendió todo.

-No sé que ella tiene compañeros. Perdón. Déjame ir, por favor.-

Simón no habló con los labios delgados apretados, y estaba mirando fríamente a las manos del hombre.

-¿Qué mano la tocó?-

Este hombre se quedaba como una piedra, y sentía mucho miedo. Los ojos agudos de Simón, como una montaña sobre sus hombros, lo hicieron sentir humilde y levantó lentamente su mano derecha.

-Mutílalo.-

Palabras tranquilas en el sonido de música alta, como si una bomba cayera al suelo.

Este hombre dio mucho miedo, y los dientes temblaron -Yo no la toqué con intención. No sé... Señor, por favor.-

Las palabras no estaban terminadas, e inmediatamente unos hombres con trajes y gafas de sol se le llevaron.

Este hombre nunca vio una escena así, casi asustado al suelo.

Pero en este momento, las cosas cambiaron un poco.

Frida se ha acostada sobre la mesa, pero ahora se levantó de repente. Esta mujer que estaba muy delgada caminó hacia la dirección de Simón.

-Tú.-

Ella caminó hacia a Simón y le apuntó con su dedo.

La expresión de Simón no cambió, estaba muy tranquilo para mirarla.

Las mejillas blancas estaban rojas, los ojos fríos estaban borrachos, y los labios rosados ​​todavía estaban llenos de vino. Su pelo se esparcía caía suavemente sobre los hombros, cubriendo casi la mayor parte del rostro. En una escena así, parecía que la cara era con maquillaje, pero es más natural y cómoda que el maquillaje.

Simón estaba un poco intoxicado, casi inmerso en sus ojos.

-Por qué... ¿por qué me preocupas mis cosas?- Frida Casaus señaló a Simón y estaba muy enfadada.

Pero ella bebió mucho, por eso su cuerpo era suave y no tiene fuerza para hablar, en contrario llevaba una mirada femenina.

Los otros estaban tan sorprendidos al ver esta escena.

Esta mujer señaló a Simón, y le preguntó por qué le preocupó.

-Dime. Estoy preguntándote.- Frida vio que había estado sentado en la silla de ruedas, caminó un paso adelante, pero cayó hacia a Simón.

- Señor Simón.- Rafael estaba muy sorprendido y gritó en voz alta.

Simón miró a la mujer que cayó hacia a él. Si su mano moviera, podía evitarla.

Pero el resultado de evitarla era que caiga al suelo duro, el resultado de no la evitó era que se sumerja en sus brazos cuando los otros estaban mirando a ellos...

Todos estaban muy sorprendidos de ver esta escena.

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