Esposa falsa de Simón romance Capítulo 8

Frida Casaus se quedó en silencio por un momento, su mirada se posó sobre la criada.

A primera vista se podía ver que tenía un propósito.

Frida no dijo nada, después de un silencio se alejó.

-De verdad pensaste que podrías casarte una noche, alejarte volando a una rama y convertirte en un fénix. -

-De hecho, mírala, escuché que ayer en la noche Frida la había echado para dormir afuera, si yo fuera ella, me apresuraría a empacar mis cosas y tomar mi ropa para volver a casa, para evitar seguir haciendo el ridículo. -

-Este tipo de chicas, ¿no sabrán lo que es la vergüenza? ¡En sus ojos, solo hay dinero! -

Se fue lejos, no habían escuchado nada sobre ellas, el rostro de Frida se puso pálido, se tocó el pecho en frente de la puerta y lentamente se puso en cuclillas.

¿Por qué?

¿Por qué ella soportaba esto? ¿acaso porque se había divorciado?

Frida colocó su rostro entre sus rodillas, por sus oídos habían pasado los dichos de las sirvientas, después del divorcio regreso a casa de los padres que tenían que soportar esta escena.

Esa noche…

Repentinamente empezó a sentir un poco de malestar en el estómago, Frida levantó la cabeza asombrada.

No, ¡no puede ser!

Por la mañana, debía ir al hospital para un examen médico.

Ella no podía estar embarazada, ¡no era posible!

Cuando Frida levantó la cabeza, casualmente la puerta de la habitación se abrió, Rafael Secada empujaba a Simón Freixa para entrar, al escuchar el grito de Frida, de manera inconsciente miro hacia allí.

Simón solo la miró de manera normal, el hermoso par de ojos llorosos de Frida llegaron directamente a su inconsciente, sus ojos oscuros, parecían pequeñas chinas, que habían sido arrojados sobre un tranquilo lago, alejándose entre pequeñas olas.

La apariencia de Frida no era nada fea, por el contrario, sus rasgos faciales estaban bien definidos, tenía pestañas largas y rizadas, un par de pupilas clara como agua de manantial, parecía que toda la energía mística del mundo convergía en sus ojos.

Solo que esta agua de manantial tenía el agua congelada.

Porque por lo general su mirada daba una sensación fría, no era una chica coqueta.

En ese momento había lagrimas sobre sus pestañas, esas cuencas rojizas en sus ojos, la hacían sentir débil.

Donde estaba esa pequeña chica en cuclillas estaba hecha bolita, la gente no podía evitar sentir lastima por ella.

Los dos se quedaron sin palabras.

Después de un rato, Frida habló y dijo en voz baja -tú, ¿vas a salir? -

Su garganta estaba seca, y tenía un fuerte sonido nasal.

De una manera sin precedentes, Simón apretó los labios y asintió con la cabeza -Sí-

-Vale-

Después de eso Frida no dijo nada más, bajo la mirada, viendo sus pies con una mirada perdida.

Simón se quedó mirando fijamente sus ojos hundidos.

- ¿No te dije que no te quedaras aquí avergonzándote? -

Al escuchar esto, Frida levantó la cabeza y la miró tímidamente, -Pero, lo que hablamos antes, ¿no lo había prometido? -

Ah. -Simón rio y dijo - ¿Lo prometí? ¿Cuándo? -

Frida se quedó sin habla, parecía que él no había prometido nada, pero aquella noche él se fue y no regresó.

Entonces, ¿ella lo había malinterpretado?

Pensando en esto, Frida bajó la mirada y se mordió el labio inferior.

De repente.

-Antes de poder encontrarla, pude dejar que te quedes aquí. Pero nuestro contrato tiene tres capítulos-

Frida levantó la cabeza -¿encontrar a quién?-

Los ojos de Simón se eran oscuros y sombríos, era intimidante, -No preguntes, es mejor si no preguntas-

Frida volvió a bajar los ojos, sí, ¿a quién sea que esté buscando, que tiene que ver con ella? porqué ella pregunto eso, después de todo ellos solo estaban casados en el papel.

Él solo le permitía quedarse.

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