Esposa falsa de Simón romance Capítulo 86

Simón estaba un poco frenético, y tardó un momento en calmarse antes de darse cuenta de que la persona en sus brazos era demasiado tranquila, muy diferente a la forma en que ella se había resistido a empujar contra él antes.

Bajando la vista, la mirada de Simón se encontró con la suya.

No hubo ira imaginaria. En cambio, sus ojos estaban tranquilos, como un lago sin ondas.

¿Qué está pasando?

Él había sido muy duro con ella y ella no había reaccionado en absoluto.

Al segundo siguiente, Frida parpadeó y le miró inocentemente: -Simón, ¿acaso estás celoso?-

Simón: -…-

Frida continuó parpadeando, mirando fijamente a sus ojos oscuros, como si tratara de captar alguna emoción de debajo de ellos.

-¿No es así?- preguntó Frida una vez más al no recibir respuesta.

Simón: -…- La primera vez que se había cabreado hasta el punto de estallar de rabia por una mujer, y después de todas las barbaridades que había hecho, le había preguntado tranquilamente si estaba celoso…

Frida vio que no contestaba y miró el traje azul destrozado, con voz suave: -Si no estás celoso, ¿para qué los destrozas?-

Frida, ahora cubierta sólo con ropa interior. Estaba agarrada a Simón, con sólo una camisa entre ellos.

Simón le dirigió una mirada significativa y se burló: -Frida, ¿quién te ha hecho la ilusión de que yo esté celoso de romper tu vestido?-

Los ojos de Frida eran claros: -Si no estás celosa, ¿por qué tan enfadada?.-

Sus ojos estaban más limpios que el agua, mirando directamente al corazón de él, esa emoción escrutadora y curiosa gritando bajo sus ojos, con una pizca de anticipación.

¿Anticipación?

Esta mujer …

-¿En qué estás pensando? ¿No pensaste que me gustaría una mujer como tú?-

Frida se puso congelada.

-Una mujer de segunda mano que fue abandonada por su propio ex marido, embarazada y que todavía liándose con otras personas, ¿me gustaría?-

Frida palideció y se defendió: -Yo no he seducido a nadie más, sólo me encontré con Óliver sin querer cuando me desmayé, así que …-

-¿Intentas explicarme lo que acabas de hacer y me finges lástima? Ese truco no te conviene.-

Simón le agarró la barbilla con una sonrisa socarrona: -Si estás dispuesta a complacerme con tu cuerpo, tal vez, podría considerar si creer o no lo que acabas de decir.-

La odiaba y la insultaba, a Frida le parecía tolerable.

Pero en el momento en que Simón le habló con un tono y una mirada tan duros y provocadores, Frida sintió que la humillaba deliberadamente.

¡Y esta humillación es exactamente lo que Frida no puede tolerar!

Se mordió el labio inferior, enfadada, y sus ojos le miraron con odio.

-¡Ni se te ocurra!-

La mano en su barbilla se apretó un poco más y la desagradable sonrisa de Simón se amplió: -¿Qué? ¿No parecía que lo esperabas, cazafortuna, me has enamorado, no?-

¿Qué? Los ojos de Frida entraron en pánico al oír esas palabras.

Cómo es posible que le gustara Simón que tenía una mala personalidad, no es que tenga problema en la cabeza.

-Primero te gusté, ¿y ahora quieres echarme la culpa a mí y preguntarme si me gustas?-

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