Esposa Mia romance Capítulo 16

Arthur.

-Señor acá tiene el dispositivo y la camara-Gamaliel me extiende la pequeña cámara digital junto al USB, con esto puedo ver cada uno de los pasos de mi esposa.

Al prenderlo lo primero que veo y escucho es al maldito de Maximiliano apreté mis nudillos con fuerza al oírla hablar con él

-¡Maldición! Ella aun lo ama y le está diciendo que se verán mañana.

-Me las vas a pagar Cariza, si no acabas con esta mierda me las pagaras.-Vocifere para mi mismo.

Llego al hotel las Brisas en Rivas, me siento enfurecido, no sé cómo sacar esta maldita cólera, me deje llevar por sus malditas mentiras, es una bruja falsa.

Pensé que lo de anoche era real, me deje llevar por su inocencia y la manera en que deseaba que la hiciera mía.

-Señor, si desea estar solo me retiro- me informa Gamaliel. Le hice un además con la mano para que se fuera de una vez. En estos momentos no soy la mejor compañía para nadie

Me recosté en la gran cama del hotel y nuevamente prendí la cámara. Al parecer se ha quitado la maldita prenda, por suerte tengo cámaras en toda la casa, buscare la de nuestra habitación. Entro y pongo lo de ahora. Como la extraño, pero no se merece mi amor. Ella esta recostada sobre la cama con los pies flexionado en sus piernas y en su mano lleva el jodido libro que a saber que mierda es, sus ojos lucen tristes.

Porque llora por él y no por mí.

No saques conclusiones erróneas.

Tú cállate, deja de inmiscuirte en mi cabeza.

La amas, no lo niegues tu y yo somos el mismo te guste o no Arthur.

Eso no quiere decir que me deje manipular por una chiquilla. Recibirá su castigo por derramar lágrimas por otro hombre.

No te atrevas.

Ignore a mi voz débil y deje el dispositivo en la mesilla de noche, busqué en mi maleta las pastillas y me las tome, no permitiré que ella y él se adueñen de mí.

Entre a ducharme, cerré los ojos por inercia y lo primero que se ve reflejado en mi mente era ella encima de mi moviéndose con su hermosa figura, su rostro ruborizado por la vergüenza de tomar el control sobre mí la noche de ayer.

Si no fuera por su esencia que está impregnada en mi piel, hubiera buscado alguna zorra para pasar el rato, pero para mí desgracia, desde que estoy con ella no deseo a otra mujer.

***

Llego a la empresa de CRANIC R.L. a cerrar un acuerdo para beneficencia de los niños sin hogar. Los socios pactamos el cierre con nuestras firmas y sellos. Extiendo mi mano a cada uno de ellos, trato de mostrar al buen Arthur.

-Arthur, quiero presentarte con uno de nuestros socios más destacados. Él es dueño de los hoteles Holiday Inn en la capital de Managua.

-Que bien, así nuestras pequeñas empresas para venideros proyectos aumentara-comente sincero.

-Dylan, ven acá amigo, quiero presentarte a nuestro socio mayoritario.

El tal Dylan se presentó conmigo, es un señor de unos 40 y tantos años, a su lado una mujer muy elegante de cabello largo y ojos marrones, muy hermosa.

-Mucho gusto mi nombre es Dylan Castillo. Le presento a mi amada esposa Melanie Rivas de Castillo - extendí mi mano hacia él y luego a su bella mujer.

-Arthur Miller Gillbert, el gusto es mio- dije con mi sonrisa mas sincera.

La cena concluyo entre una agradable conversación de nuestros proyectos. Me despedí del señor Dylan y de su esposa Melanie, quedamos en vernos. Llegue al hotel y cene, al terminar entro al baño a tomar una ligera ducha.

Me recosté pero antes quise ver el video de hoy, no quise llamar a Cariza, tal vez lo haga después. Encendí la cámara para ver si se reunió con ese desgraciado. Avance la grabación hasta donde se encontraba en el cafetín junto a ella estaba su amiga. La amiga le decía algo de una llamada del imbécil de Maximiliano, me siento enojado y furioso.

Al finalizar las clases, ella se dirigió al estadio. Mire todos sus movimientos y sin duda ella se notaba distante ya que su amiga le hablaba y ella solo le respondía con un "Ah".

Aumento la pantalla al ver al hijo de puta de Maximiliano, (obvio sin ofender a su pobre madre) él se encontraba de pie al lado de los banquillos de concretos.

-¿Qué le dirás Cariza?- le pregunta Keyla.

-No lo sé- respondió con tono nervioso.

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