Esposo Dominante: Éxtasis Pasional romance Capítulo 22

—Je —se burló Luisa—, no te hace falta fingir, ¿para qué me llamas otra vez?

Lorenzo respondió:

—¿Dónde estás ahora?

—Estás dejando que tu madre molestando a mis padres otra vez, ¿no?

Lorenzo se congeló:

—¿Qué dices?

Luisa ya no tenía ni una pizca de confianza en él:

—Lorenzo, estaba enamorado de ti desde que estaba en la escuela, te pretendía durante dos años, me casé durante un año, aunque no me ames, es algo entre nosotros dos, ¿por qué tienes que involucrar a mi familia? ¿Tienes que usar medios tan despreciables para que me arrepienta de haberte amado?

Todo lo de cariño del pasado era ahora sólo un lamento. Era absurdo que un ser al que antes amaba se había convertido en un enemigo.

Lorenzo pensaba que no importaba lo que Luisa dijera, pero cuando escuchó las palabras «para que me arrepienta de haberte amado», su corazón todavía se sacudió un poco.

En su corazón, Luisa era la persona que más lo amaba, y sin importar lo que hiciera, ella lo apoyaría, sería obediente y lo perdonaría.

Siempre había tenido un control total sobre Luisa, pero ahora esta mujer, que debería haber estado bajo control, estaba diciendo que se arrepentía?

¡No lo permitiría!

Lorenzo dijo negativamente:

—Luisa, no me importa si te arrepientes o no, ¡no podrás abandonarme!

—¿Qué pasa con Clara? Quieres la poligamia pero tienes que saber en qué era estamos, ten cuidado cuando te demande por bigamia y te meta directamente en la cárcel.

—Tú ... —Lorenzo estaba a punto de decir algo más, el teléfono ya había sido colgado, se enfurruñó, se levantó y dio una patada a los pies del sofá:

—¡Joder!

Pensando en lo que Luisa acababa de decir, Lorenzo marcó directamente el número de Jofefina: —Mamá, ¿has vuelto a buscar a los padres de Luisa?

Jofefina admitió rápidamente:

—Sí, no es bueno que no vuelva a casa, aunque Clara te acompañe, pero al fin y al cabo sigue siendo nuestra nuera, si esto sale a la luz ...

—¡Mamá! —Lorenzo la interrumpió— ¿No he dicho que no te metas en esto?

Que ella recordaba, su hijo nunca había discutido con ella por su nuera, así que Jofefina también se quedó helada con sus palabras:

—¡¿No lo hago por tu bien?!

—¿Por mi propio bien? Haces que Luisa más quiera divorciarse, cuando llega el momento de divorciarse de verdad, ¡ya ves si es bueno! —después de decir eso, Lorenzo colgó directamente el teléfono y lo tiró sobre la mesa de café.

El divorcio.

La sensación original de que algo muy lejano se estaba convirtiendo gradualmente en realidad, la sensación original de que la persona que definitivamente no se iría se estaba alejando lentamente, esta sensación hizo que Lorenzo se sintiera incómodo, como si todo estuviera fuera de su control.

—Lorenzo, ¿qué haces aquí de pie? —Clara entró por casualidad desde fuera, desde que Luisa se fue, había estado pegada al lado de Lorenzo, actuando como una esposa tierna.

Lorenzo estaba tan alterado que no tenía dónde descargar su frustración. Cuando la vio venir, la agarró y la apretó contra el sofá, sin contener la fuerza, estrangulando el brazo de Clara.

Sin una palabra, sin ningún juego previo, ni siquiera un beso, el hombre entró directamente en ella, deseándola con furia.

Clara sabía que estaba de mal humor y no se atrevía a decir mucho, así que sólo podía intentar cooperar con él.

***

Luisa trató de tranquilizarse antes de salir del barrio, donde el coche que la había llevado seguía esperando en la acera.

Subió al coche con los ojos enrojecidos y el conductor lo vio y no dijo nada, sólo le entregó en silencio el pañuelo.

Al verlo, Luisa casi rompió a llorar de nuevo.

Todavía estaba temprano, por eso llamó a Rubí para que saliera a charlar y cenar con ella.

Las dos quedaron en verse un restaurante típico local.

Cuando Luisa llegó al lugar, pidió al conductor que se fuera directamente, entró sola, no reservó una habitación privada, sólo en la posición del vestíbulo, de lejos, vio a Rubí con un vestido de punto rojo, brillante, y radiante.