Ex esposa vuelve a mi romance Capítulo 19

Cuando los ojos de Scott Brighton se posaron al fin en la mano de Valentina enlazada a la de ese hombre sintió que algo ardía en su interior, un mal presentimiento de que todo estaba a punto de ser peor que en sus pesadillas.

Meredith fue la primera en reaccionar y acercarse a ella, y abrazarla con fuerza, de verdad la extrañaba mucho, Valentina disfrutó aquel abrazo, parecía que ese tiempo no había hecho mella alguna entre las amigas, Valentina sentía como si la hubiese visto ayer, pero cuando se miraron a los ojos, supieron que tenía muchas cosas que contarse, cuando Meredith miró al acompañante de Valentina, no pudo evitar recordarlo, era aquel grosero sujeto con el que había chocado ese misma tarde, bajó la mirada, esperando no ser reconocida, pero supo por su gesto que él lo había hecho.

Scott caminó hacia ellos, miró a Valentina, incluso aunque no se habían visto en un tiempo, sentía que su rostro lo reconocería en cualquier parte

—Hola, Valentina, bienvenida a casa, de nuevo —dijo con voz débil

Ella sintió que temblaba, pero no estaba dispuesta a demostrarlo, no quería ser la misma Valentina que caía a sus pies como una niña, ahora ya no lo era, era una mujer que fue lastimada por él, una mujer a la que le querían robar su fortuna, a la que habían dejado huérfana, ella no venía a recuperar el amor de él, sino a recuperar lo que era suyo

—Hola, Scott, me alegra verte bien —sentenció con voz firme—. Les presento a Esteban; mi prometido.

Scott se quedó congelado, su rostro se turbó, para Valentina fue evidente que estaba perplejo, y se preguntó en su interior, si de verdad le había afectado saberlo, ella creyó que no era nadie para él, pero ante ella, ese hombre no se veía bien, parecía desolado, y sintió curiosidad por saber que sentía realmente

—¿Prometido? —exclamó é con voz titubeante

—Sí, así es, Scott, voy a casarme —aseveró como si no importara—. Esteban, déjame presentarte a mi mejor amiga, Meredith Brighton, y él es su tío, Scott Brighton.

—También soy tu ex esposo, no debes olvidarlo —sentenció tomado su mano con firmeza, y saludándolo, Esteben abrió ojos enormes, pasó la mirada de Scott a Valentina, y luego volvió la mirada a Scott, sintió ese tipo de desafío masculino, que había en un simple apretón de manos, pero Esteban era de sangre fría, no se dejaría atormentar por eso, no esperaba conocer al ex esposo de Valentina, el hombre que rompió su corazón, y menos al padre de Henry, pero estaba seguro en su interior, de que él solo era el pasado de Valentina, ahora él era su presente y sería su futuro.

Cuando por fin Valentina se encontró con Diana, la mujer la abrazó con fervor, y Valentina sintió un escalofrío que recorrió su cuerpo

—¡Mi querida niña, volviste! Estaba segura de que algún día podrías perdonarme, estaba segura de que algún día volverías —dijo Diana

Valentina apartó el abrazo y la miró severa, pero luego sonrió

—He venido por algunas razones específicas, Diana —dijo con firmeza

Diana la miró con tristeza, ella ya no la llamaba abuela como en el pasado, y no había rastro del cariño profundo que le tenía

—¿Puedo saber cuáles son esas razones?

—Sí, quiero mi herencia y quiero vender la casa de mis padres.

Diana la miró perpleja, bajó la mirada, parecía que la noticia le había tomado por sorpresa, demasiado y para Valentina eso fue una señal

—Hija, querida, tú sabes que tus padres pusieron sus reglas en el testamento, y ahora tú estás divorciada.

—Por eso vine, querida abuela, me casaré de nuevo, y después, cuando lo haya hecho me darás mi herencia, traje a mi prometido conmigo, y también a mi hijo, no podrás negármela, ¿O sí?

Diana abrió ojos enormes, estaba tan consternada, y arrugó el gesto

—¿Hijo?

—Sí, tengo un hijo —dijo bajando la mirada

—¿Qué edad tiene? —cuestionó intrigada, con una duda que le provocaba angustia, Valentina tuvo miedo

—Solo tiene… seis meses…

—¿Es de tu prometido? —preguntó Diana con una duda latiendo en su interior

Valentina trago saliva, sabía que no podía ser tan mala persona, iba a decirlo, pero fueron interrumpidas por Melissa quien la abrazó con fuerza

—Hija mía, ¡Por fin volviste! —exclamó.

Luego todos saludaron a Esteban, y se sentaron en el comedor, cuando la gente se marchó, Esteban con rapidez se ganó la atención de todos, tenía una plática fluida, y anécdotas intrigantes, Frank, Melissa, y Kevin, el mejor amigo de Scott y medico familiar estaba en la mesa, también Diana, Meredith, Valentina y Scott.

—¿Y cuándo será la boda? —preguntó Melissa, Scott bajó la mirada, el ambiente era incómodo, se podía palpar en el aire

—Pronto, madrina, pronto será.

—Discúlpenme, provecho —dijo Scott abandonando la mesa.

Diana se disculpó y fue tras él.

Scott estaba mal, sentía una rabia en su alma, algo que lo atormentaba, y Diana logró detenerlo

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