Ex esposa vuelve a mi romance Capítulo 9

Laura tomó el brazo de Scott, y pronto llegaron hasta el salón principal, ahí estaba la familia de Scott, Diana no tenía un rostro feliz, en realidad nadie lo tenía.

—No parece una boda, sino un funeral —dijo Frank, Melissa evitó reír ante sus ocurrencias

—Calla, nos pueden oír —dijo siseando con lentitud

El juez ya estaba ahí, comenzó a dar todos los pormenores de la boda, Scott tenía la peor cara, estaba tan agotado, y en su interior yacían unas ganas de salir huyendo, mientras Laura parecía ajena a todo eso.

—Scott Brighton, ¿Acepta como esposa a Laura Bailey? —Scott tardó unos segundos en reaccionar y aquel silencio se volvió incómodo

Laura tuvo que tirar de su brazo con suavidad para hacerlo reaccionar, mientras sonreía

1Eh… sí, acepto —dijo con voz apagada, mientras su madre le miraba sorprendida de su actuar

—Señorita Laura Bailey, ¿Acepta al señor Scott Brighton como esposo?

—Claro que acepto —dijo segura

—Bien, debemos firmar el acta de matrimonio.

Laura tomó el bolígrafo entre sus manos, iba a estampar su firma se veía segura y feliz, pero de pronto, escucharon la voz de la servidumbre, que parecía en un grito

—¡No puede pasar! ¡Deténgase! —gritaban

Todos se quedaron estáticos, pero Laura se apuró a volver a intentar firmar, sin embargo, la puerta se abrió con rudeza, los ojos de Charlie se clavaron en la imagen de la mujer, ante esa hoja de papel

—¡No te atrevas a firmar esa acta de matrimonio, Laura Bailey! —exclamó dejando a todos atónitos.

Los ojos de Valentina se abrieron despacio, todo lo que miró a su alrededor era un cuarto blanco, se sintió aturdida y cansada, pronto vio a la enfermera

—¿Cómo se siente?

—Mal —aseveró—. Todo da vueltas en mi cabeza.

—¿Aún estás mareada? Bien, es un poco normal, te hemos medicado, tu presión arterial se elevó, debemos controlarla, eso no es bueno para el bebé.

—¿Bebé? ¿Qué bebé? —exclamó confusa

—El bebé que estás esperando, ¿No lo sabías?

Valentina abrió ojos enormes, sintió que la respiración le faltaba

—Pero, ¿Qué dice? —preguntó turbada

La enfermera sonrió

—Si, estás embarazada, apenas y tienes pocas semanas, no te agites, es muy importante que te cuides ahora, porque los abortos espontáneos son muy comunes en las primeras semanas.

Valentina estaba pálida como la nieve, no podía creer lo que decía, ella estaba embarazada y divorciada, ¿Cuándo en la vida creyó tal destino? Era tan inverosímil, creyó tener una oportunidad de alejarse del pasado, de vivir una vida nueva, ahora se daba cuenta de que todo era un error, era imposible, porque Scott Brighton era su pasado, era un ancla también en su futuro de la que nunca podría huir por completo, menos ahora que un bebé se gestaba en su vientre, un bebé del cual él era el padre.

Lucius caminaba despacio, las calles aledañas a ese hospital estaba semi desiertas, tenían muchos callejones por los que infiltrarse, y pudo ver a ese hombre que seguía a Valentina caminar como si nada, era tan libre que sintió rabia, lo observó bien, el tipo revisaba en su cámara fotografía, ni siquiera sintió que alguien estaba cerca de él, Lucius sacó de su bolsillo aquella navaja, la llevaba consigo siempre, observó bien que no hubiese ningún testigo, tampoco cámaras, se acercó tan despacio, y cuando por fin, el hombre lo sintió cerca no pudo hacer nada, Lucius lo acuchilló tantas veces, que la sangre roja corría como un río, cuando estuvo convencido de que no había posibilidad de sobrevivencia, lo dejó sobre el suelo, Lucius tomó la cámara, y abandonó el lugar, se quitó los guantes negros, bañados del líquido rojo, luego guardó también la navaja, todo en una bolsa de plástico que resguardó bien en su auto

«Ni siquiera lo pienses, Scott Brighton, no vas a tener oportunidad de nada en la vida, tú lo has tenido todo, yo nada, ahora es mi turno, pronto iré por ti, y por todos los Brighton» pensó con los ojos verdes tan brillantes como furiosos.

—¿Quién es usted? —exclamó Diana al ver a ese hombre irrumpir en su hogar como si nada pasara

—¿Charlie? ¿Eres el tipo del bar, ¿Cierto? —preguntó Scott

—¿Se conocen? —la voz de Laura era temblorosa, sentía como si la sangre se hubiese ido a sus pies

—Hola, Scott, si, soy yo, ¿Sabes por que estoy aquí?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ex esposa vuelve a mi