incitame a pecar romance Capítulo 25

LAGRIMAS

MONICA

Ha llegado el día de la boda de mi amigo y yo no estoy tan emocionada, desperté con un sentimiento de tristeza, pero bueno para eso no estoy aquí, vine para divertirme, tal vez hoy encuentre un hombre guapo con el cual pasar el rato y sacar mi estrés, o tal vez me valla antes de que termine la noche.

Después de arreglarme y vestirme con un hermoso vestido azul rey que según la vendedora resalta mis ojos y curvas, me dirijo a la salida, ya que es a las cinco la boda y ya son las cuatro veinte, cuando llego al lobby veo a Maxwell de espaldas tan guapo como siempre con un traje azul marino y colgada de su brazo se encuentra Daisy con un vestido morado corto, con mangas largas, yo solo suspiró melancólica, niego con la cabeza sabiendo que no vale la pena y saco todas las ideas tristes y sonrió, espero a que salgan ya que no me los quiero topar, no estoy para platicas sin sentido donde todo se trata de atacar y defender, cuando ellos ya se fueron yo me dirijo a la entrada donde me espera un chofer, lo contrate para todo el día, no quiero manejar además en la boda voy a beber hasta embriagarme, y el es encargado de que no muera en un accidente automovilístico, si es que decido volver al hotel.

Luego de llegar a la iglesia me siento en una de las últimas filas, Maxwell está cuatro filas enfrente así que no me ha visto, ni se porque pienso en él.

La boda pasa muy lento, ella va a el altar con una gran sonrisa yo solo me recuerdo de niñez cuando planeaba mi futura boda con un vestido blanco de princesa que era comprado con los pocos ahorros de mi madre, un vestido parecido al de la novia, recuerdo cuando anduve con Maxwell, yo alguna vez llegué a pensar que me casaría con él, que tendríamos una boda fabulosa llena de flores e iba a ser muy feliz en sus brazos como en los cuentos, caminando al altar tal y como ella con una gran sonrisa donde demostraría como lo amo, que tonta fui, una lagrima se deslizo por mi mejilla, y se me formo una sonrisa melancólica, pero rápido volví a la realidad, una en la cual nunca tendría esa historia, ese vestido y mucho menos esa sonrisa, nunca, creces y te das cuenta que el verdadero romance no se consigue en estos días, o al menos no todos lo logramos, por eso es bueno enfocarse en algo seguro que es el trabajo, esforzándote por esos sueños sin pensar en el amor, eso solo es secundario.

Cuando ellos estaban ya juntos en el altar se quedaron viendo con tanto amor que me pregunte si alguna vez alguien así me a mirado o si alguna vez alguien me mirara así, lo cual claro no pasaría, “no es mi destino” pensé, mi destino es ser una mujer de negocios, cuando ellos están diciendo sus votos volteo a mirar por todo el salón y me topo con varias mujeres que estaban llorando y me pregunto, ¿Por qué están llorando?, la verdad yo antes pensaba que lloraban por los novios y su felicidad, lágrimas de alegría y felicidad por ellos, pero ahora que lo pienso pueden llorar por distintas razones, porque se imaginan cuando se casaron o otras como fue su boda y su historia con su pareja después de esta, puede que mala o buena eso solo lo saben ellos, o tal vez por algo que pudo ser y dejaron ir, yo que me imagino que pudo ser si me hubiera casado con un buen hombre que haya conocido en el camino de mi vida, como fuera mi vida, y si aún fuese..... Feliz.

Luego de que acabara todo, ellos salieron muy felices de la boda, con todos siguiéndoles celebrando con una gran sonrisa la mayoría, y con ellos me incluyo, con el pasar del tiempo he descubierto que soy feliz viendo como los demás lo son.

A Maxwell no lo veo y es lo mejor ya que sé que me soltaría a llorar si lo viera y no quiero eso, no quiero que me vea débil, eso me haría sentir patética.

Luego que los novios partieron todos se empezaron a retirar para irse a la recepción pero yo me quede ya que quería pensar, así que me volví a meter en la iglesia, a decir verdad yo no soy tan creyente y casi nunca voy a la iglesia solo voy cuando quiero paz y creo que la necesito ahora, necesito pensar, así que me senté y pensé en que estoy haciendo con mi vida, digo tengo todo lo que soñé, y más por conseguir que con trabajo lo are, pero falta algo, algo en mí no se siente completo, algo me dice que falta una pequeña pieza, tal vez, deje ese pensamiento a medias es.., digo yo siempre envidie eso de todos, envidiar es una palabra muy fuerte pero es cierta, solo hubo un tiempo que no lo hacía, yo envidiaba que ellos tienen con quien compartir su vida y yo no, tienen con quien hablar sus penas y ser reconfortados y escuchados con amor, siempre envidie sólo eso, siempre me enfoque en mis estudios y nunca tuve amigos tan duraderos y con los años he sido así he alejado a todos de mí y me he cerrado al amor, después de Maxwell nunca tuve otro novio ya que tengo miedo, miedo de que me rompan el corazón y esta vez no poder resistirlo, solo he tenido acostones de momento pero nada serio, nada que me pueda dañar.

Siento que estoy soltando lágrimas y uno que otro sollozo, me tapo la boca lo bueno es que no hay nadie solo está el padre el cual solo me ve, cuando lo veo me siento tan tonta, tan vulnerable hace tiempo que nadie me ve llorar, suelto más sollozos que no me puedo controlar el se acerca pero yo niego y él no se acerca más y se va sin preguntar lo cual agradezco.

Luego de un rato me calmo ya que no vale la pena pienso, simplemente esto no es para mi no nací para que me amen, el padre que solo se me quede viendo todo el rato se acerca con un pañuelo el cual me ofrece y yo le agradezco para así limpiarme la cara la cual he de tener todo el maquillaje regado.

-Si tienes un problema puedes contármelo- yo sólo niego sonriendo ya que no me gusta que nadie sienta lastima por mí, ya no.

-Mis problemas no tienen soluciones tan fáciles como el consuelo- le agradezco por el pañuelo y me retiro.

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