IntensaMente (COMPLETO) romance Capítulo 10

N U E V E

—O sea, tu eres abogada y tú familia te dió la espalda... —culmina Pamela

—Exacto y por eso estoy aquí... ya te conté todo lo relacionado a mi y espero que nadie más se entere... no quiero que me relacionen con ellos ahora dime todo de ti.

—Ok... hace un año encontré a mi esposo con su amante y desde luego, lo corrí. Él me ha amenazado con quitarme a mis hijos, y no se como enfrentarlo... —se queja ella.

—Primero, él tiene las de perder... por infidelidad te darán el divorcio rápido y la custodia completa a tí... hablaré con un amigo fiscal para que para la próxima semana salgamos de esto y que se prepare él porque te pagará una pensión…

—Gracias... —dice con los ojos cristalizados.

—Ella es buena en lo que hace —dice Ariel que ha estado escuchando nuestras quejas.

—Entonces tú eres la novia de Ethan, el director de ventas... —pregunta Pamela

—Sip, estamos cuadrando la fecha de la boda.

—Que bellos, se van a casar...

Salimos del centro comercial y fuimos cada quien a su casa, ya es tarde. Lo bueno que estoy culminando algunas materias por lo que tengo muchas tardes libres y mi sábados son relajantes.

Llego a mi departamento y está una Hummer que conozco muy bien.

—¡Hola! —saluda el chico con sus manos en los bolsillos.

Ya no confío, de penoso no tiene nada.

—Hola... —me limito y llego a la puerta donde está él.

—He estado llamando y no contestas...

—Lo tengo apagado... —reviso mi cartera sacando mi celular y mostrandoselo.

—¿Quieres ir a cenar o al cine o a cualquier lugar...? —dice encogiéndose de hombros.

—Mauro... —chasqueo la lengua— si solo quieres... tener nada serio conmigo, ahórrate llevarme a algún restaurante o centro comercial sólo dilo y yo te diré si quiero o no.

No quiero falsedad.

El mira mis ojos y siento todo volcarse y perder control dentro de mí.

Es podridamente guapo el condenado.

—Ok... ¿quieres tener sexo conmigo? —suelta.

Que directo... eso es todo. Desde un principio fue éso.

Me acerco y lo tomo de su chaqueta y hago lo que hice la primera vez, besarlo.

—Creo que no...  —el sonríe cuando dejo de besarlo. Pero estaba la tentación, quería enmendar mi vida y eso lo integraba lo sentimental y había aprendido que no todo en la vida era lo carnal.

Nos besamos, me tontó, por todo el camino, subiendo las escaleras, abriendo la puerta... no separamos nuestros labios.

Casi me caigo pero sus fuertes brazos me mantuvieron pegada a él.

—Lo siento pero no...

El domingo fue tranquilo, aproveché para hablar con un amigo para que me ayude con el caso de Pamela.

Y el resto fue Netflix.

Me levanto con dolor en las caderas, señal de que alguien me visita, algunos le llaman Andrés... el que me visita cada mes; otro le ponen nombre propio... yo le llamo la inesperada porque viene cuando no la espero y cuando la espero no viene; aquí describo mi irregular ciclo menstrual.

Deje de ir al médico y me dijo que era hormonal. Bueno mis hormonas son bipolares, aveces me viene el mes correspondido como aveces no lo hace…

Está vez vino con dolores fuertes.

Llego al trabajo, me coloqué un vestido suelto, no quiero nada ajustado, me duele hasta mis senos. Siento mis glándulas inflamadas.

Para cualquier mujer, la evidencia de que lo es, es doloroso.

Camino a paso lento, como cual tortuga lleva al caracol. Y espero a que el ascensor suba.

El mister asiático está a mi lado junto a otros colegas, inexpresivo como siempre. Ni respondió a mis buenos días.

Salgo del ascensor y me encamino a donde está América.

—¿Te dieron una paliza? —se burla.

—Sí.. la paliza de cada mes...

—Uy... lo bueno de estar embarazada es que te olvidas por meses de ver ese martirio rojo.

—Que graciosa… prefiero el martirio rojo que el baby.

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