IntensaMente (COMPLETO) romance Capítulo 17

D I E C I S É I S

Todos estaban durmiendo, sólo se escuchaba el silbido del viento golpear las ventanas. Esos sonidos tan relajantes, que para algunos es aterrador, sumando el picoteo de un pequeño animal allá afuera completaba el sentimiento de miedo.

Mire por la ventana y ví el reflejo de la luna en el agua, es tentador.

Salgo de la habitación con mi camiseta del equipo de Hockey, y voy al lago.

Todo es muy lindo, estoy guardando en mi cerebro la majestuosidad que ven mis ojos. Puro éxtasis experimento.

Mañana o hoy cuando salga el sol retornaremos a Toronto.

Mis pies juegan con la fría agua del lago, estoy disfrutando de su helada y relajante agua.

Me dejo llevar.

Estoy casi sumergida, me llega por la cintura. Mi cuerpo contempla la exquisitez, me hundo por completo y dejo de respirar por varios segundos.

Estoy completamente empapada. El frío del ambiente es soportable.

Me sumerjo una y otra vez, quedo flotando y mis ojos se cierran.

Todo es silencioso sólo se escucha la voz de la naturaleza.

Decía yo que tanta paz era normal, pero no; unos brazos fuertes me tomaron y erguiendome delante de él se adueñó de mis fríos labios.

¿Quién en su sano juicio hace esa locura?

El nivel del agua llegaban cerca de mis hombros, estábamos muy retirados de la orilla.

Traté de separarme pero sus manos acunaron mi rostro.

Violento un poco, brusco, veroz, ordinario...

¡Si no puedes con el enemigo únete!

Deje que me besara, su manos se posaron en mi trasero impulsadome a rodear su cintura con mis piernas, ya no estaba baja a su altura, estar rodeándolo con mis piernas me elevó unos centímetros más, provocando que él levante un poco la cabeza para besarme.

El agua ya no estaba tan fría.

Nos separamos por falta de aire y sus jadeos se inmiscuyen con los míos.

—No tienes sostén... —me dice apenas audible.

Mi cuerpo está pegado al suyo, la camisa mojada forra mi anatomía, dejando en evidencia mi senos endurecidos.

—Nunca pensé que un asiático chiflado vendría a por mi a someterme en el agua...

—Aún no lo hago...

Hizo lo propio, se que es un acto de masoquismo dejar que después de su trato en la mañana, ahora esté con él a media noche como dos lapa, pegados.

Fue cuestión de tiempo deshacerme de mi prenda, mi camisón desapareció en el agua junto al resto de la ropa.

Primera vez que hacía una barbaridad como ésa, en el lago, a la luz de la luna, con una casa llena de personas, dos menores de edad, cuatro que nos reprenderian, una que nos abucharia y otra que me quitaría la  viva.

Él silbido y el golpe del viento con las hojas se mezclaban con nuestros jadeos y gemidos.

Sus labios, esos que besé hace semanas y me dejó volando por días, ahora se adueñaba otra de los míos, su tacto me inhibe; sus manos, apretandome más a él, reclamandome como de él. Cada roce cada fibra de nuestro cuerpo gozaba de una experiencia libidinosa.

—Perdí mi ropa —dije abrazada a su cuerpo, su pecho se movía exagerado cuando respiraba, imagino que yo estaba igual.

—Deje mi camiseta en el suelo... déjame buscarla para ti.

Lo detuve antes de irse.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: IntensaMente (COMPLETO)