Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 2

Vanesa se sorprendió y luego ladeó las comisuras de la boca.

—No hace falta, deberías haber querido divorciarte de mí hace mucho tiempo, lo sé.

En realidad, no le había pillado por desprevenida. En otras palabras, cuando se casó, ya sabía que el día del divorcio no estaría muy lejos. Sin embargo, ese día llegó antes de lo que pensaba.

Enrique Icaza falleció hacía poco más de un mes, pero Santiago tenía prisa por divorciarse de Vanesa.

Santiago se sorprendió con la respuesta de Vanesa, se desconcertó un momento y luego resopló.

No se lo explicó.

De esta manera, Vanesa sintió que lo que dijo debería ser correcto.

Santiago dio algunas caladas, al final presionó la colilla en el cenicero que tenía al lado.

No continuó el tema de antes, sino que le preguntó a Vanesa,

—¿Qué vas a hacer ahora?

Vanesa parpadeó y pensó en ello.

—No lo sé, aún no tengo planes ahora, a lo mejor voy a viajar.

Ahora que se acababa de divorciar de Santiago, realmente estaba un poco asustada.

La mujer que había dejado Santiago definitivamente sería burlada y compadecida por mucha gente.

Sobre todo la razón por la que se casó con Santiago era un poco humillante.

Sí, la razón para expresarlo era superficial y supersticiosa, hasta humillante.

Se casó con la familia Icaza porque había un mito en la sociedad antigua en la que decía que, si alguien de la familia estaba gravemente enfermo, una boda de los familiares podía traer suerte y curar su enfermedad.

Como Enrique se estaba muriendo, obligó a Santiago a casarse con ella.

Vanesa se acordaba de que al principio Santiago lo rechazó..

Pero en ese momento, la moralidad y el afecto familiar lo estaban presionando, por lo que finalmente no tuvo otro remedio que aceptar la decisión de su abuelo.

En cierto modo Santiago se casó con ella en circunstancias desesperadas.

Sin embargo, se pudo comprobar que ese mito de la sociedad antigua realmente se trataba de una tontería.

Enrique se puso de mejor humor debido al matrimonio de su nieto, pero su salud no mejoró. Sufrió bastante con el último período de su vida, luego falleció.

Había pasado menos de un año desde que se casó con Santiago hasta el divorcio. Por lo que se podía imaginar qué expresiones y miradas le dirigirán la gente cuando la viera.

Era mejor que se fuera para esconderse en algún sitio.

Vanesa recogió su mirada y la enfocó hacia el vaso de agua que tenía a su lado.

—Volveré unos meses después..

Santiago pensó un rato.

—Si tienes alguna necesidad en el futuro, puedes buscar a Adam para que te ayude.

Adam Escobar era el asistente de Santiago, había trabajado para Santiago durante muchos años.

Adam se encargaba de manejar todos tanto de los asuntos relacionados con el trabajo como del trabajo y los asuntos personales cotidianos de Santiago.

Vanesa no aceptó pero tampoco lo rechazó.

—De acuerdo.

Cuando llegaron los platos, Vanesa tampoco se comportó demasiado cortés con Santiago, directamente se puso a comer.

Ella dejó de hablar. De hecho, no sabía qué decir.

En el matrimonio fugaz de menos de un año que tuvieron no se comunicaron mucho.

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