¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 10

Pero Jillie es de las personas que le gusta amenizar las comidas, por no decir que habla hasta por los codos, según no tenemos tiempo de hablar en otra ocasión, así que debíamos aprovechar ya que Owen me extendió el tiempo de la comida. Cosa que nunca pedí, Jillie es la que se encargaba que nuestras comidas se extiendan demasiado.

Hablamos de todo un poco, la cuestión era que había dejado de lado el tema de su hermano. Un punto a mi favor.

‒ Dentro de dos días vamos a ver el lugar donde se llevará a cabo la boda, tú como dama de honor tienes que acompañarme ‒ dijo con una sonrisa dibujada en su rostro.

‒ Claro, por supuesto que iré ¿a qué hora es la cita?

‒ A las seis de la tarde, no necesitas pedirle permiso a Owen, el también irá, lo más probable es que vayan juntos, ahora que no tienes auto es lo que espero, porque no acepto un no como respuesta.

‒ Está bien ‒ respondí, no tenía muchos ánimos de llevarle la contraria, insistiría tanto en el asunto del transporte, que terminaría de todas formas aceptando.

Ya saben entrar en una discusión con Jillie, era una tarea bastante complicada, a veces daba miedo enfrentarse a ella. Era como uno de esos villanos, que no te llegaban a caer mal del todo, era una especie de Loki versión mujer.

‒ Tienes que ir perfecta, no sabemos que pueda pasar después de todo, soy como tu amuleto de la buena suerte.

Me quedé con cara de ¡WHAT!, primero que mi hada madrina y ahora amuleto de la buena suerte, y todavía tiene el descaro de decir que no necesita un tratamiento psiquiátrico.

‒ Disculpa, pero no he entendiendo gran parte de lo que acabas de decir.

De verdad mi amiga sobrepasaba el límite de decir tantas locuras en un solo párrafo y ni quien le lleve el hilo de todo lo que sale por su boca.

‒ Sé que suena un poco raro, no te preocupes amiga, yo me entiendo.

Y vaya que sí, a veces pensaba que hablaba en otro idioma, siempre con sus planes, sus apuestas, sus ocurrencias, como si siempre estuviera planeando algo macabro todo el tiempo. Si algo salía mal entre Owen y yo por su culpa, no se lo perdonaría. Era un ben jefe, no tenían por qué complicarse más las cosas.

‒ Hablo en serio Jillie, no quiero que estés de celestina, entre tu hermano y yo no hay nada.

‒ Livy, déjalo fluir, nada pierdes con intentarlo.

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