¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 14

‒ Ábreme Livy, mi pequeña vejiga de bebé no aguantará si sigues sin abrir, no me hago responsable si un líquido amarillento entra por debajo de la puerta y empapa toda tu fina alfombra ‒ amenaza y toca un poco más fuerte.

‒ Me dijiste que abriera, abrí y no estabas; vuelve pronto, gracias por participar.

‒ ¡Abre la puerta! ‒ grita de verdad desesperada.

¡Uy!

Viendo en realidad que la situación es una emergencia, abro la puerta, lo primero que veo entrar son un gran número de bolsas de una costosísima boutique de la quinta avenida, seguidas de una muy apresurada Jillie, deja las bolsas como sea en el ya aglomerada mesa, entra corriendo al baño como alma que lleva el diablo, me rio, de seguro ha estado tomando de esos jugos para bajar de peso, que la mantienen cada dos segundo en el baño. Ideas de querer adelgazar cuando está más flaca que un palo. Pero bueno, cada quien con sus locuras. Suspiré resignada.

Bueno después de un poco más de cinco minutos, aquí estaba yo esperando a que saliera Jillie, tomé un plato poniéndole unas pocas galletas de avena, contribuyendo a la causa, con eso de sus dietas, que de nada le servían, al rato devoraba una enorme hamburguesa como si nada, justificando una baja de azúcar. Preparé un par de tasas de té, con unas gotas de crema, llevando todo a la pequeña sala,

‒ Traje un hermoso vestido negro, lencería a juego y unos fabulosos zapatos LB, te van a quedar divinos, quedarás hermosa, preciosa, yo me encargo de eso, ya te dije que era tu hada madrina ‒ palabras que salen antes que ella del baño.

‒ Pero da la gran casualidad que yo no soy ninguna cenicienta.

‒ Ahorita mismo te estas comportando como una de sus feas hermanastras, la tal Gertrudis o Clodomira o algo así, por lo menos mira los regalos, luego ya dirás.

‒ Tengo todo listo, no necesito nada lujoso ni mucho menos costoso para una simple cena.

‒ Arruinas mis intenciones, no puedes asegurar que va a ser una simple cena, algo más puede pasar, no sé digo yo.

‒ Primero debes consultar a la persona interesada, si en dado caso ella aceptar, sería algo de su gusto, zapatos cómodos, lencería tengo de sobra y nada va a pasar el día de hoy.

‒ ¿Te vino a visitar Andrés?

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