La mate de Hades. romance Capítulo 12

El día se sentía pesado. Mucho de hecho, la temporada de celo se acercaba, pero antes de esta llegaba la semana en la que las parejas estaban juntas en casa.

Y en esos días estaba Ónix, con su alfa Hades. El hijo de perra más grande, tenía ganas de arrancarle la cabeza y junto a ella a Eda. Sí sabía que no tenía porqué sentirse celosa, pero decir aquellas palabras había sido un detonante.

—¿Vas a desayunar conmigo? —La voz de Hades hizo que se estremeciera en la cama, habían pasado tres días desde el incidente y la relación entre ambos no era la mejor. Ella mantuvo silencio.

El cuerpo de él se acercó hasta la cama, entró al campo de visión de su Omega. Al momento de hacerlo ella le dió la espalda y cubrió su cuerpo hasta la cabeza con la sábana.

—¿Vas a seguir así? —Se quejó el alfa—¡Estoy hablando contigo, Omega! —Su grito la asustó. El corazón de Ónix se aceleró rápidamente haciendo que él se arrepintiera al instante.

Él bufo y se alejó de ella. Cómo lo había hecho los días atrás. Sabía que estaba siendo un poco inmadura, pero le valía, tenía dieciséis años. No estaba preparada para una relación seria, y menos con el líder de su manada, con quién ya había tenido sexo.

El sueño la abrazo nuevamente, durmió una hora más, estando bajo la mirada de su alfa.

Hades se echó la culpa, él la tenía. Podía percibir el odio y los celos en su Omega y aún así seguía llevando a Eda a su casa. ¡Eran amigos, por la luna! Y ella había llegado a su vida recientemente, él se había adaptado a las personas que estaban al alrededor de ella.

El día estaba pesado para ellos, pero solo podía estarlo para él. Había llamado a la casa de la mejor amiga de su Omega y había conseguido que su madre la dejara salir.

La chica había llegado a la cabaña diez minutos después, sin siquiera saludarlo y caminando hasta donde estaba su amiga. ¡Sin siquiera saludarlo! ¿Dónde estaba el respeto que se le debía rendir al alfa? ¿Se había ido a la basura?

—Oye —Agitó Liz a su amiga. Esta se quejaba en la cama, quería dormir más. Solo un poco más —¡Joder levántate!