La mate de Hades. romance Capítulo 25

—Aquí me tienes, ¿Qué es lo que quieres? —Su voz salió enojada, Percy estaba recostado en la puerta que se encontraba cerrada mientras ella mantenía la mayor distancia posible. —¿Tú sabias de esto?

Percy suspiró.

—No me conoces... Te haces llamar una omega, pero no respetas a un alfa. —Ella se carcajeo con ironía.

—¿Disculpa? ¿Acaso no eras tú el que vociferaba la igual de los rangos?—Los ojos de Percy se pusieron en blanco en señal de frustración.

—Tú... —El cuerpo de él se acercó al de ella, deseaba tocar su cuerpo con irreverencia, sin pudor, sin siquiera consultar si se sentía cómoda con su boca entre sus piernas.

—No. —La mano derecha de Ónix se levantó tratando de evitar su cercanía. —Solo, no...

—Haz herido mi hombría, Ónix, pero no me molesta. Me motiva —El recuerdo de hacía dos noches abordó su mente, ella reprimía ese recuerdo, pero al parecer él se negaba a dejarlo ir.

—Percy, solo... Olvídalo, yo no deseo que seas mi alfa, quiero irme de este lugar, recuperar mi vida —Mentia, la única realidad es que quería irse, pero de aquella habitación. No quería caer en el abismo que había en los labios de Percy.

—Que hayas mencionado el nombre de Hades no me molesta, Ónix —Ella reprimió una maldición, él por su parte se acercó a ella haciendo que ambos cuerpos cayeran a la cama, él sobre ella, ella bajo él, sus miradas conectadas. —Me motiva lo suficiente para desear que digas el mío, que lo jadees, que lo gimas y lo grites a los cuatro vientos, que yo Percy te hice sentir una mujer. —La sensación de humedad entre las piernas de Ónix incrementó. Ella solo carraspeó, tratando de contener sus deseos de pedir atención ahí... Atención de parte de Percy.

—Percy...

—Sky y Rea esperan por mi.

Su voz salió seca, parecía ser un hasta nunca, pero ella sentía que no, no sería un hasta nunca dado que ellos estaban a poca distancia, estaban los dos tentados a tocar las puertas frente a sus habitaciones.

Existía la tentación de caer en el infierno del placer, en ese lento y placentero juego llamado sumisión, que ella no estaba dispuesta a jugar a menos que él, hiciera que ella lo hiciera por las malas.

En el fondo, muy en el fondo sentís la necesidad de un alfa fuerte entre sus piernas, que tocara cada parte de su cuerpo como si fuese una obra de arte, anhelando, deseando, queriendo obtener. Sí, ella lo deseaba, incluso con Hades, pero su deseo de ser respetada lo era mucho más.

Ónix deseaba ser esa Omega que no cedía ante los deseos de su alfa, ella quería desear y montar por decisión propia, ella sentía que tenía todo eso con Percy y sentía que ese sentir la llevaría lejos.

Liz había hecho eso por ella, ahora debía volverse fuerte, por ella, por su mejor amiga. Volverse fuerte por si en un momento veía nuevamente a Hades tuviese la valentía suficiente para frenarlo, ella... Ella quería que él se fuera de su cabeza, pero es que...

Hades...

Percy...

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