La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 18

Sasha se mordió ambos labios mientras procesaba los ojos y contras, también recordaba a su padre cómo le enseñaba a llevar la empresa aunque él lo disfrazaba diciéndole que era para cuando ella tuviera una cadena de restaurantes, también que siempre le decía que esa empresa era su sueño y mayor logro.

—Esa empresa era muy querida para mi padre, no puedo dejarla ir a la ruina y es mi herencia, así tenga que estar rodeada por guardias al salir, Jacob por favor sé mi representante legal.

Jacob había previsto la respuesta de Sasha, así que ya tenía listos los documentos:

—Muy bien, sólo firma y el lunes iremos sin falta al banco —Sasha firmó el documento al igual que Sánchez, ya que él sería el testigo.

—Sánchez, ve al piso veinte y busca a los mejores en campo, y de entre ellos saca a quien creas que es ideal para ser tu compañero, los demás que refuercen su entrenamiento ya que serán quienes resguarden en las sombras.

Jacob no quería correr ningún riesgo, Ricardo y Sara no estarán agusto si no hace esto ni el mismo. Por su parte Sasha no entendía porqué lo enviaba al piso veinte, pero esperó hasta que Sánchez se fue.

—¿Qué hay en el piso veinte?

Jacob sonrió:

—La razón por la que este edificio es el más seguro del mundo —dijo con orgullo—, vamos a la sala de juntas, te enseñaré lo que se hace en este edificio.

La curiosidad de Sasha estaba al tope, lo primero que imaginó es que el edificio tenía alguna agencia privada en el piso veinte, así que siguió a Jacob. Elisa y los chicos estaban ocupados en su trabajo, así que solo caminaron hacia el ascensor. Jacob puso el piso 76 al salir del ascensor. Sasha quedó impresionada con los maniquíes con uniforme militar de fuerzas especiales, chalecos, algunas piezas que no sabía de qué eran, y al final había dos vestidos de colección y maquillajes incluso sólo los recipientes de cosméticos, había un traje que había llamado la atención de Sasha, era de un general.

—No te quedes atrás —le dijo Jacob al verla detenerse frente al traje.

Sasha leyó el nombre o más buen el apellido escrito:

—Meier....

«Ese apellido es más común de lo que imaginé»

Alcanzó a Jacob hasta una puerta, la sala era como cualquier sala de juntas, una mesa en el centro y sillas, pero a los lados había más uniformes y un dron, el cual Sasha había mirado en algún reportaje sobre el Ejército o en alguno de los desfiles.

—Veo que reconociste el prototipo del dron grado militar.

—¿Por qué lo tienen aquí?

—Es porque aquí se creó, la empresa no sólo es cosmética o moda, es sólo lo más destacado, dentro del Gobierno nos destacamos por llevar lo más nuevo a manos del ejército, y también reclutamos lo mejor del Ejército y policía para limpiar desde adentro la corrupción, los entrenamos para ser custodios de funcionarios de altos mandos, o si lo prefieren ser agentes federales en otros países, somos la élite en cuanto a agentes se trata, es por eso que este edificio es el mejor custodiado, sin mencionar que tenemos a los mejores hackers, así que el piso veinte es único además de ser el puesto de seguridad.

—Increíble —dijo Sasha sorprendida, jamás habría imaginado algo así en un edificio que sólo parece un edificio empresarial cualquiera, además de que el semblante de Jacob cambió al hablar—. No entiendo ¿por qué haces algo así?

—Por ti, Sara siempre te buscó en lo más bajo que hay en la sociedad, y para eso necesitaba lo mejor, pero no hace mucho que estuvo al cien por ciento de su capacidad y lista para emprender en tu búsqueda.

Una sensación de que era querida y buscada por su madre la hacía feliz y llenaba de emociones nuevas, sus ojos se aguaron:

—¿El amor de una madre llega a ser así de grande?

—Hay madres que incluso dan su vida por sus hijos.

Sasha ahora entendía ese amor de sus padres, quizá su padre estaba con Nancy por algún motivo oculto, quizá jamás sabrá ese motivo o quizá fue para protegerla y su madre. Nuestra madre en su infinito amor jamás dejó de buscarla al pensar, había sido alejada de su padre.

—Jacob, entiendo, pero ¿no te estoy haciendo trabajar de más con la empresa de mi padre?, puedo ayudarte, déjame ayudarte, no puedo estar aquí o en casa sin hacer nada.

—¿Y qué tal hablar con tu amigo el doctor?

—¿José? no quiero meterlo en problemas... ¿cómo....

—Recuerda que te investigué, recuerda que me diste tu consentimiento.

Sasha hizo un puchero torciendo los labios:

—Lo sé... ¿el lunes podré hablarle a José?

—Si así lo quieres, puedes hacerlo, yo no te impuso que lo hagas, eres una mujer libre de hablar con quien quieras.

—Vale —dijo Sasha desparramándose en la mesa de junta—, ¿Jacob qué edad tienes?

Jacob apoyó su codo en la mesa y después su mejilla en la mano:

—Es un secreto, intenta averiguarlo... ahora volvamos a la oficina.

—Ok, ¿cuál es el nombre de Sánchez?

—Es Sánchez.

—Ese es su apellido, ¿cuál es su nombre?

—No, Sánchez es el nombre que le dimos, todos los agentes dejan su nombre en confidencial.

—Debe de ser difícil acostumbrarte a otro nombre... aunque si me cambiara el nombre a voluntad, sería Elizabeth.

Jacob se rió internamente de lo que dijo Sasha:

—¿Por qué Elizabeth?

—Porque me gusta ese nombre, además tiene muchos diminutivos, Eli, Beth, y quizá también Isa.

—Sólo por eso?

—Claro, Sam y José me tenían de apodo Sashis, no es que no me guste, pero no es corto, hasta es más largo que mi nombre.

—Es un buen apodo, es mejor que el diminutivo Sashita.

—Iuuh, sí que se escucha feo, mejor que quedó con mi nombre o Sashis.

Ambos entran al ascensor. Jacob estaba relajado hablando con Sasha y burlándose de ella mentalmente. Jacob se puso a trabajar y Sasha a su bordado hasta que terminó el trabajo Jacob, ya que se habían ido su secretario y secretaria así como su asistente, ya no había más que hacer, así que a las seis y media de la tarde, salieron de la oficina. Sánchez los esperaba en el auto con una carpeta, la cual se la entregó a Jacob. Sólo miró un poco y asintió. Entraron los tres al auto y de camino a casa Sasha parecía cansada.

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