La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 25

Mamá se despertó temprano despertando a papá:

—Será que no hice un buen trabajo anoche que despiertas tan temprano.

—Podría quedarme dormida hasta medio día, pero saber que mi hija está aquí me renueva las energías.

Papá besó en los labios a mamá:

—Ahora me siento celoso.

Mamá se soltó riendo:

—Jajaja, qué exagerado eres Ricardo, nos vemos en la cocina —dijo y le dio un gran beso en los labios para después salir de la habitación, caminó animada a la habitación de Sasha, tocó la puerta, y como nadie contestó, así que entró, miró la cama desecha y fue al baño, tocó y nadie contestó, así que de nuevo abrió la puerta, en cuanto miró que no estaba por la habitación, empezó a entrar en pánico, salió de la habitación con prisa y con la cara pálida, papá que salía la miró.

—¿Sara qué tienes? —le preguntó preocupado.

—No está, no está —le dijo con desesperación.

—Sara cálmate, y dime ¿quién no está? —papá trataba de calmarla.

—Sasha no está.

Al ver la desesperación de mamá, papá pensó un poco:

—Quizá esté abajo, cálmate cariño.

—No, no se cambió de ropa.

Esto preocupó a papá, pero aún así se mantuvo calmado frente a mamá:

—Cálmate, mira, nadie puede entrar sin que lo sepamos ¿sí?, ahora vamos con Jacob, ya que él ha convivido más con Sasha, tal vez sepa donde encontrarla.

Mamá asintió y fueron a la habitación de Jacob, mamá no tocó la puerta por la desesperación, pero lo que miró la dejó desconcertada, Sasha estaba dormida en la cama con Jacob y este la tenía pegada a su cuerpo.

—¿Cariño? ¿qué...

Mamá cerró la puerta antes de que papá mirara lo que ella vio:

—Ya la encontré.

—¿Cómo que la encontraste? si.... —papá cayó en la cuenta de que fue lo que miró mamá—, hablaré con él...

—No, déjalo, no saques conclusiones, además, los dos estaban vestidos.

—Aun así hablaré con él después —ambos bajaron para ver que todo esté preparado, pero los abuelos ya les habían ganado.

—¿Aun sigue dormida?

—Si mamá, creo terminó demasiado cansada.

—Aparte de las desveladas causadas por Jacob —lo interrumpió la abuela.

El abuelo miró con desaprobación a mamá, y mamá sólo le sonrió:

—Papá, Sasha es una mujer adulta y no puedo obligarla, además prometió que si algo sucedía o ya no podía, vendría aquí.

Los abuelos asintieron:

—Hablaré con Jacob.

—Mamá, lo haré yo, además tengo algo más de que hablar con él.

Mientras se preparaba el desayuno y los demás integrantes de la familia respetaban, Sasha empezó a despertar y estaba atrapada, abrió los ojos, y como sospechaba no estaba en su habitación, se movió un poco.

—No te muevas así, ¿sabes lo cerca que estamos uno del otro?

Sasha se detuvo, ya que Jacob le recordó algo.

—Suéltame —le ordenó.

—No, yo doy órdenes, no las recibo.

Sasha apretó los labios y resopló:

—Me puedes soltar por favor —pidió amable.

Jacob la soltó y Sasha se incorporó en la cama y agarró la almohada y empezó a golpear a Jacob:

—Estás loco, porque me sacaste de la cama, sabes lo que van a pensar de mí?

Jacob se cubrió un poco aunque no le dolían los golpes de la almohada:

—Entonces ¿si te importa lo que piensan los demás?

Sasha dejó de golpearlo:

—Pensarán que vine a meterme a tu cama. ¿Por qué no te quedaste tú en mi habitación? —enfatizó la palabra "TÚ".

Jacob se quedó callado, y Sasha se enojó, se bajó de la cama mientras murmuraba, cosa que Jacob escuchó:

—Perfecto, ahora tendré que salir como un estúpido ladrón.

A Jacob le parecía graciosa la forma en que murmuraba, era la primera vez que la escuchaba murmurando y enojada.

—Y ni siquiera fue por traerme mis pantuflas —si veía cada detalle y lo decía con más enojo, pero sin dejar de murmurar, antes de salir, se fijó si no había nadie, al no ver a nadie, salió y azotó la puerta con fuerza, lo que no miró fue que Vanesa y Daniel salían de su habitación que estaba a un lado:

—Es un idiota, cree que porque no me importa lo que los demás piensen no tengo dignidad... se cree mucho porque fue militar.... menudo militar... al diablo con su dignidad, la mía vale más —entró a su habitación murmurando, pero Vanesa y Daniel la escucharon y después el azotón de la puerta.

—Mami, el tío Jacob ¿hizo enojar a mi prima?

—Eso parece, cariño, quizá el tío amaneció de mal humor hoy.

Apenas dijo cuando Jacob salió:

—Vieron si Sasha ¿se fue a su habitación?

—Tío, la hiciste enojar mucho, caminó diciendo muchas cosas tuyas.

—¿Ah sí?

Jacob sonrió de lado divertido, cosa que extrañó a los dos, y a la vez pensaron que Sasha estaba en problemas.

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