La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 66

Mientras Sasha y Jacob se demostraban cariño, era diferente con José y Elisa, ambos dormían en diferente habitación. Elisa no le hablaba a José a menos que fuera necesario, esa mañana José se levantó y preparó el desayuno para los dos, fue a hablarle a Elisa y luego volvió a la cocina, Elisa ya estaba vestida para ir a trabajar y caminó directo a la puerta.

—Si no te alimenta bien, terminarás por desmayarte, ven y desayuna antes de irte.

Pero Elisa no le hizo caso y fue a la puerta, pero al querer abrirla, esta estaba cerrada con llave.

—No abriré la puerta hasta que desayunes.

De mala gana Elisa fue a sentarse y desayunó.

—Elisa, podemos hablar sobre la boda, tengo a un conocido religioso y podríamos casarnos por la Iglesia también, ¿te gustaría?

—Como quieras —dijo Elisa sin emoción alguna, lo cual dejó a José un poco desanimado.

—El fin de semana podríamos ir a comprar el vestido para ti, un corte sirena o princesa ¿cuál te gusta más?... —José esperó su respuesta pero no llegó, sonrió un poco—, te gustaría que fuera al aire libre o...

Elisa lo interrumpió:

—Ya termine, me cepillaré los dientes, espero que esté abierta la puerta —Elisa se puso de pie y se fue a lavar los dientes. José abrió la puerta y la esperó.

—Elisa, ¿podrías por lo menos dar tu opinión en algo? —le dijo José a Elisa cuando estuvieron frente a frente.

—Solo será la boda por el civil, no quiero invitados ni nada, vestido tampoco lo quiero, sólo nos casamos por el bebé y no porque haya algo más —salió Elisa aprisa adorando la puerta, sin saber que con las palabras apuñaló el corazón de José, este le dio un golpe a la pared de frustración, porque terminaron así por su culpa y de nadie más.

Cuando Jacob llegó a la oficina, Elisa ya estaba en su lugar y lo saludó al igual que los demás, aunque no le importaba demasiado si así era, porque para él su mundo era Sasha y a la única persona que le prestará toda su atención.

Durante la mañana recibió fotos de Sasha y de Sánchez de Sasha trabajando, Sánchez se las enviaba por orden de él, se quedó tranquilo al ver que ninguno de los trabajadores le prestaba demasiada atención si no les daba alguna orden, después guardó algunas fotos donde Sasha parecía una niña pequeña jugando con tierra, Jacob no podía hacer nada más que suspirar y no se dio cuenta de que una de esas veces entró Joel.

—¿Qué miras? ¿que suspiras tanto?

—Nada que te importe, ¿ya llegó la persona? —cuando miró a Joel, vio la vacilación en su rostro y frunció el ceño—, ¿hay algún problema?

—La persona con la que estuve hablando enfermó, pero mandó a una persona de confianza.

—Mientras tenga conocimiento pleno, no veo el problema —dijo indiferente.

—Ok, entonces esperaremos, ella viene en camino.

Jacob no le prestó atención a Joel y comenzó a trabajar, su celular empezó a vibrar con mensajes, y antes de que lo tomara Joel le ganó y miró las fotos de Sasha.

—Le está quedando muy bien....

Jacob le arrebató el celular.

—Es privado, no vuelvas a hacerlo —dijo enojado, ya que no tenía que ver las fotos de Sánchez ni las de Sasha, en eso tocaron la puerta—, adelante.

Elisa entró:

—Señor, hay una mujer que dice que viene en nombre del señor Louren.

—Hazla pasar —dijo Jacob y Elisa le dijo a la mujer que podía pasar, entró una mujer de 1.70 mts, morena y cabello rojizo con ojos color marrón oscuro casi negros, la cual no le quitó la vista a Jacob en cuanto lo miró.

—Buenas tardes, señor Martínez y Meier, soy Susan Louren, vengo en representación de mi padre Marcus Louren.

Jacob y Joel saludaron a la mujer con cortesía, empezaron a hablar de negocios, pasaron varias horas en las cuales Susan no dejaba de mirar a Jacob, al inicio sólo le parecía un hombre atractivo pero conforme, hablaban de negocios, su interés aumentaba y más por el porte de Jacob, lo cual era tan atrayente para cualquier mujer que lo tuviera de cerca.

Joel salió, porque recibió una llamada de Viridiana quien tuvo un accidente, sin importar que sólo estuvieran los dos. Jacob continuó hablando del proyecto que tenía en mente la empresa de L&L company.

—Escuché que era viudo.

Jacob frunció el ceño, ya que la forma en que lo preguntó Susan era seductora.

—Tengo a mi joven y amada esposa —Jacob hizo hincapié en las palabras “joven y amada”, lo cual irritó a Susan quien sintió que la llamó vieja, y también supo que era errada la información que le dieron.

—Debe de ser afortunada.

—Soy afortunado, si no tiene alguna otra duda de la cooperación en su proyecto, aún tengo una llamada que hacer.

Susan entendió la indirecta de que la estaba echando de la oficina, la única verdad del informe era que nunca dejaba entrar más allá de los negocios:

—Entonces me retiro, un placer conocerlo, señor Meier.

Ambos se dieron la mano, y cuando salió Susan, Jacob sacó una toalla húmeda y se limpió la mano, sólo para mirar los mensajes de Sasha quien le preguntaba sobre hacer una pequeña huerta, lo cual le sacó una sonrisa, justo en ese momento Susan se devolvió, ya que había dejado su teléfono a propósito y se quedó embelesada con la sonrisa de Jacob, la cual se borró en cuanto la miró.

—Lo siento, olvidé mi celular.

Jacob miró la mesa, ignoró a Susan y le contestó el texto a Sasha.

"Claro, puedes hacer lo que quieras, también es tu casa, ojitos"

Susan salió enojada, ya que nunca la habían ignorado, incluso se había inclinado más de lo usual y Jacob sólo prestó atención a su celular.

Cuando estuvo sólo, Jacob volteó a mirar a las flores y sonrió, porque le recordaban a Sasha, ella las había comprado para mí, pero él se quedó la planta.

Sasha estaba cansada y estaba descansando en la sala y bordaba, ya que también hizo una manualidad para golpear a José, así que cuando escuchó la puerta, dejó lo que estaba haciendo y corrió hacia Jacob quien la recibió con los brazos abiertos, ambos se abrazaron como si hubieran pasado días sin verse y se besaron con la misma intensidad.

—Te extrañé —dijo Sasha y se abrazó más a Jacob.

—También te extrañé, amor, te ves con más color que esta mañana —Jacob la abrazó más y Sasha se quejó y Jacob la soltó.

—Los señores me dejaron el suelo listo para sembrar, ¿quieres verlo?

Jacob le dio un beso en la frente:

—Mañana lo veré, ya es tarde.

Jacob caminó y cargó un poco a Sasha para que ella no caminara:

—¿Qué tal el trabajo?

—Aburrido sin ti para distraerme, ¿mañana irás conmigo?

Sasha asintió:

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