La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 8

Sasha estaba aterrada de ser encontrada por Nancy, y no quería salir de su escondite temiendo que uno de los secuaces de Nancy la encontrarán, no se percató del tiempo transcurrido hasta que la lluvia la hizo reaccionar dándose cuenta de que también había estado llorando, pues pese a que ya no tenía a su padre ella quería seguir viviendo, sacó el celular de la bolsa pero no sabía si llamar al chófer del rancho, ya que no quería preocupar a Samantha, al ver la hora pensó en que Jacob estaría de camino al Rancho, así que decidió marcarle.

Jacob acababa de bajar del auto y se dirija dentro de la casa cuando tembló su celular. Al ver el nombre del contacto, frunció el ceño ya que no creía que hubiera sido por Samantha, ya que era el día libre de Sasha, pero aún así contestó, pero no pudo decir palabra alguna cuando se escuchó la voz en sollozo de Sasha que lo puso nervioso.

—Señor Jacob, perdón por llamarlo, no se trata de Sam.... ¿podría pasar por mí cuando pase por la ciudad?

Jacob sabía que algo le había sucedió a Sasha, pero aún así dijo: —¿Por qué no llamaste al chófer?

—No quiero preocupar a Sam... pero si le molesta, llamaré al chófer.

—No, sólo espérame, iré por ti.

Dijo y colgó. Jacob no quería preocuparme y también recordó que me había prometido estar al tanto de Sasha, así que regresó al auto y salió a la máxima velocidad que podía conducir en un día lluvioso, ya que no quería sufrir un accidente.

Sasha estaba hecha bolita recargada en la banca y no se movió hasta escuchar el ruido de un auto y se asomó viendo el Jaguar negro, sabía que era el auto de Jacob, pero aún así no se puso de pie hasta que vio la figura de Jacob salir del auto, parecía buscarla y cuando caminó quedando del lado del copiloto, Sasha salió corriendo y lo abrazó.

—Señor Jacob snif snif... tenía tanto miedo.

Se soltó llorando cuando estuvo segura en los brazos de Jacob. Este se dio cuenta lo empapada que estaba y temblaba no sólo de frío sino de miedo o mejor dicho terror, y sintió pena por Sasha y también simpatía, porque se veía tan frágil en este momento.

—Tranquila, ya estoy aquí —trató de consolarla mientras acariciaba su espalda—, vamos dentro del auto o ambos nos resfriaremos.

Sasha asintió pero no se separó de Jacob. Los dos caminaron al auto y Jacob ayudó a entrar a Sasha y se dio cuenta que llevaba una bolsa de plástico que no soltaba, después de asegurarse que estaba bien acomodada en el asiento, cerró la puerta y se dirigió hacia el lado del chófer, entró y arrancó el motor del auto sólo para prender la calefacción. Sasha aún sollozaba y parecía no mejorar hasta que de un momento a otro dejó de sollozar. Jacob pensó que se había quedado dormida pero la voz de Sasha se escuchó.

—Perdón por molestarlo.

—No importa, ya te había dicho que me llamaras en caso de emergencia y esto lo parece... te asaltaron? —Sasha negó con la cabeza y la mente de Jacob viajó a lo peor—, te... No me digas que... —Sasha lo interrumpió antes de que dijera si sospecha.

—No, no fue eso... le contaré sobre mi vida así podrá entender —dijo Sasha al ver que Jacob perdía la paciencia.

Le contó cómo su madrastra y media hermana se metían con ella y cómo su padre fue quien las mantenía a raya, pero ella no decía nada por lo mismo, ellas seguían en la casa, le contó lo sucedido después de la muerte de su padre y cómo dejó la casa de su amigo José por amenazas de su media hermana hasta que llegó a la parte donde tuvo que huir de la ciudad por su propia seguridad.

—Jacob, le juro que nunca hice nada como para que me quieran muerta.

Jacob había apretado el volante tan fuerte que se habían puesto blancos sus nudillos al escuchar a Sasha.

—Entiendo... aveces sólo te odian por nacer..

—Jacob, entiendo si ya no me quiere cerca de Sam...

—Sam se pondría triste si te vas... No te preocupes, estás segura en casa con nosotros.

Al escuchar a Jacob, Sasha se sintió afortunada de toparse con ellos.

—Gracias —dijo sin mirar a Jacob y este la agarró del mentón y la hizo voltear a mirarlo.

—Dime ¿por qué siempre evitas mirarme a los ojos? incluso a la cara.

—Usted me pone nerviosa, incluso me da miedo mirarlo —dijo poniéndose roja al ser la primera vez que lo miraba a los ojos y tan cerca.

Por su parte Jacob pudo saber a lo que yo me refería cuando dije que ella se ponía roja cuando la cachaba en algo y le parecía tierna.

—No tienes porqué tenerme miedo... pero por ahora dejarás de venir al pueblo por tu seguridad.

—Jajaja es una ciudad.

Al escucharla, Jacob pensó en que ambas nos parecíamos.

«Las dos son tan parecidas incluso en la forma que lo dicen»

Pensó jacob y es por eso que aveces él prefería ignorar a Sasha, ya que creía que me veía en ella, pero me había prometido acercarse a ella.

—Una ciudad pequeña que parece más un pueblo.

—Pero sigue siendo una ciudad.

En la conversación los ojos de ambos se encontraron y no se movieron. Sasha sentía que sus ojos esmeralda parecían meterse dentro de sus pensamientos aunque en este momento su mente estaba en blanco.

Jacob se quedó mirando esos ojos zafiro que parecían llamarlo, y se acercó más a Sasha. Esta se puso más nerviosa, tanto que sentía que el corazón se le quería salir del pecho, y la respiración de ambos se fusionó al estar más cerca el uno del otro y casi sentía que la besaría, pero Jacob tomó el cinturón de seguridad y lo abrochó.

—Debemos regresar a casa —Jacob tenía tanto auto control que pudo detener el impulso de besar a Sasha justo antes de que sucediera, era la primera vez que deseaba besar a otra mujer que no fuera yo y al mismo tiempo deseaba que Sasha fuera yo, su Samantha.

Al llegar a casa Sasha estaba un poco somnolienta a pesar de que había imaginado que Jacob la besaría, pero poco a poco se fue relajada por eso estaba en ese estado de somnolencia y cuando abrió la puerta Jacob la detuvo.

—Espera, ya te ayudo a bajar...

—Gracias, pero puedo sola.

—No seas obstinada, podrías caer ya que estás casi dormida.

Dijo Jacob sin filtro, lo que hizo que Sasha se sintiera regañada. Jacob abrió la puerta de Sasha y la tomó en sus brazos. Sasha puso sus brazos en el cuello de Jacob. Al entrar los dos vieron que yo no estaba en la sala, por lo que subieron al segundo piso sin ser vistos al estar llegando a la habitación de Sasha.

—Jacob, puedo entrar sola a la habitación —la voz de Sasha le recordó a Jacob que no me llevaba a mí sino a Sasha. Se paró frente a la puerta de la habitación de Sasha y la bajó despacio.

—No olvides tomar una ducha caliente.

Sasha se sonrojó, lo cual hizo que a Jacob se le dibujara una pequeña sonrisa de lado.

—Ya lo sé —dijo Sasha y se metió a toda prisa a la habitación. Ya dentro se metió al baño sin buscar ropa para ponerse.

Jacob entró en nuestra habitación y al verlo mojado: —¿Jacob por qué vienes mojado?

—Sabías que Sasha está huyendo de sus familiares.

Lo miró porque no me preguntaba sino que afirmaba que lo sabía y no me quedaba más que decir la verdad: —Sí lo sabía... ¿por qué lo sabes tú?

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