La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 116

Sasha se abrazó de Orlando y alguien la movió de los brazos de Orlando, se iba a deshacer del agarre, pero el aroma de Jacob le inundó las fosas nasales.

—Tranquila, pequeña, él estará bien.

Tres helicópteros aterrizaron, uno era de la Policía Federal, otro del ejército y por último el que pertenecía a la familia en el cual llevaron a Orlando al hospital, al llegar Jacob no pudo hacer que Sasha fuera a que la revisaran, ya que estaba tan ansiosa por Orlando y siguió a la camilla aunque fue dejada atrás, sólo caminó hasta la sala de operaciones, una hora después José llegó corriendo y Sasha se puso de pie al verlo.

—José ¿le pasó algo a Orlando?

—Necesita sangre.

—Pero él tiene el mismo que mamá, no veo el problema.

José miró a Jacob y luego negó con la cabeza:

—No es así, tú y Orlando comparten el mismo tipo de sangre, es sólo que por algún motivo tenían el tipo de sangre erróneo, y...

—Usa la mía... pero que lo salven —gritó Sasha agarrando con fuerza las solapas de la bata de José, José tomó sus manos y miró a Jacob quien asintió.

—Pequeña, suelta a José y dale tu pulsera para que pueda tener acceso a la sangre que se guarda para ti —le dijo con calma Jacob a Sasha y puso sus manos en sus hombros, Sasha cayó en cuenta que no se podía sacar su sangre sin eso, soltó a José y le entregó la pulsera, José salió corriendo de inmediato.

—¿Quién haría algo así? Él podría haber muerto por la transfusión de sangre inadecuado...

Jacob la abrazó y pasó su mano sobre el brazo de Sasha:

—Solo hay una persona que hiciera tal cosa, amor, lo bueno que hicieron una prueba de su sangre antes de pedir la sangre.

Sasha y Jacob no volvieron a ver a José sino hasta una unas horas después que salió del quirófano con el cirujano.

—¿Cómo está?

—No tuvo daños en órganos por fortuna y salió bien, sólo debe de descansar, no despertará hasta mañana, deberías ir a descansar, Sasha —le dijo Orlando a Sasha quien dio un suspiro de alivio, ya que sabía que Orlando estaba bien, había estado tan estresada por la preocupación de que algo le sucediera a Orlando que cuando se relajó, sintió dolor en el vientre, lo que la hizo recargarse en Jacob que estaba a su lado, se puso la mano sosteniendo su vientre abultado.

—¿Sasha qué tienes? —le preguntó José.

—Me duele... ahh me duele.

—Tranquila, hay que revisarte.

Se llevaron a Sasha y Jacob sólo se quedó impaciente en la sala de espera hasta que José llegó.

—¿Está bien?

—Sí, casi entra en labor de parto por fortuna, no se le reventó la fuente o sería imposible detener el parto.... hay que cuidarla estos dos meses que restan, sé que hoy fue un día muy estresante y me sorprende que aguantara y no hubiera entrado en labor de parto desde antes.

—¿Cuándo me la podré llevar a casa?

—Mañana la daré de alta, hoy la dejaré en observación.

Después de darle a Jacob instrucciones dejó que fuera a la habitación de Sasha, donde recibió una llamada de mamá quien estaba preocupada por los mellizos, Jacob le dijo cómo estaban los mellizos y le pidió que alguien durmiera con Alex, ya que suponía que no sería fácil para él dormir después de lo sucedido y no estaba equivocado, ya que Joel fue quien durmió con él, y fue despertado cuando Alex se despertó gritando mamá por la pesadilla que tuvo.

—Todo está bien, estoy contigo, campeón.

—Tío Joel... ¿dónde está mamá? —preguntó Alex aún con lágrimas en los ojos.

—Está en el hospital, porque se sintió un poco enferma.

—¿Por mis hermanitos?

—Sí, pero José la curó aunque aún debe de quedarse en el hospital hasta mañana.

—¿Y el tío Orlando?

—Bueno, él aún estará unos días más.

—Sabes, que tío Orlando nos cargó a mamá y a mí.

—Lo sé.

—Tío Joel ¿tú y papá se hicieron cargo de los malos?

—Sí aunque no fuimos solos.

Joel habló con Alex hasta que se volvió a quedar dormido, al verlo se sentía extraño, porque quería tener a su propio hijo y comprendía aún más la decisión de Sasha y Jacob de tenerlo como su hijo, era un niño que se daba a querer y sobre todo inteligente, pensando en cómo salió herido Orlando pensó en Viridiana y en que ella pensaba que él tenía otra, cuando en realidad sólo le preparaba una magnífica pedida de mano.

A la mañana siguiente Sasha se despertó antes de que el cielo se aclarara, volteó a los lados y miró a Jacob dormido en un sillón con los brazos cruzados, Sasha pensaba que el día que Jacob no estuviera a su lado después de tener que ir al hospital ese día sería el día más doloroso, porque ella siempre lo buscaba, Jacob se movió, abrió los ojos, de inmediato miró donde Sasha y se topó que ella ya estaba despierta.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó preocupado.

—Bien, aunque con hambre.

—Casi entras en labor de parto, Sasha, amor, debes de cuidarte bien o los bebés nacerán prematuros y pondrías tu vida en peligro... no te estoy regañando, ya que fuiste secuestrada con nuestro hijo, y estoy orgulloso de cómo manejarse todo con la cabeza fría, pero ahora de nuevo me toca cuidarte y debo de ponerte un guardaespaldas mujer para ese tipo de eventos, y vaya contigo al baño —dijo Jacob y se puso de pie para ir al lado de Sasha, esta lo miraba y dejó que le acariciara la mejilla con ternura y cariño.

—Está bien, amor, se hará como digas, me asusté mucho cuando desperté en aquel lugar, pero nuestros hijos me dieron el valor para poder salir... y más el saber que Carlos quería llevarse a mis bebés, pero él no sabía que esperaba gemelos y mucho menos cuánto tenía de embarazo.

—No te preocupes por él...

—Jacob ¿cómo me encontraste tan rápido? —le preguntó Sasha con curiosidad.

—¿Rápido?... si eso fue una eternidad... pero te contaré, pequeña curiosa —Jacob tomó entre sus dedos el collar que le había regalado—, puse un rastreador en esto, mientras lo lleves puesto, te encontraré, si te hubiera mantenido en la camioneta con ese bloqueador de señal, me habría tardado más en encontrarlos hasta que escaparas por supuesto.

Hablaron un poco más. Jacob le trajo algo que desayunara Sasha y fue dada de alta a eso de las diez de la mañana, fue a ver a Orlando quien la mandó de inmediato a casa para que descansara y no fuera a sentirse de mal, Azul fue a visitarlos aunque ella se quedó donde Orlando hasta que fue mamá, y Azul fue a casa para pasar el rato con Sasha y asegurarse de que estaba descansado. Jacob, Sasha y Alex se quedaron en casa de mis padres por unos días, y Alex después de unos días les contó cómo su mamá parecía otra, y todos le dijeron que cuando Sasha se enojaba, era otra persona.

Los días pasaron y Orlando fue dado de alta, pero no fue a casa, sino que llevó a Azul a otro lado, al igual que Joel a Viridiana, la llevó de paseo aunque Joel y Viridiana terminaron en la base, donde Joel le pidió que se casara con él, Viridiana lloró de la emoción, ya que ella pensaba que Joel tenía otra, pero en lugar de eso, él estaba preparando la base para pedirle matrimonio, toda la base estaba adornada con carteles y fotos de ellos.

Por su lado Orlando había llevado a Azul fuera de la ciudad, más específico Acapulco, donde subieron a un yate y en ese lugar Orlando le pidió matrimonio a Azul, ya que al ser herido supo que debía de dar este paso y no tener pendientes, sobre todo con esa mujer que tanto amaba y le robaba los suspiros y sueños, Azul era su todo y para Azul Orlando también era su todo.

Sasha brincó de alegría cuando se enteró de que pronto se casarían sus amigas, sobre todo la boda de Orlando la llenaba de ilusión, mamá y la abuela también brindaron de alegría, porque la familia era cada vez más grande. Cuando Alex dejó de tener pesadillas, volvieron más a la normalidad, pero ahora Sasha tenía una escolta mujer que la acompañaba junto con Sánchez.

Las semanas pasaron y llegó el baby shower de Sasha, la casa se llenó de globos y flores azules y rosas, nadie sabía el sexo de los bebés y estaban muy emocionados, porque al fin sabrían, si eran niños, niñas o, niño y niña, Sasha se puso un vestido azul bebé, y Jacob se puso una camisa rosa pastel.

Los invitados quedaron muy satisfechos con la decoración y la opulencia que decía que habían gastado mucho dinero en el baby shower, el primer festejo era entre puras mujeres, donde se hicieron juegos. El segundo festejo ahora era una fiesta para todos, al llegar la hora de saber el sexo de los bebés se les pidió que miraran al cielo, el cual en unos segundos se empezó a iluminar por los fuegos artificiales en color rosa, Jacob abrazó a Sasha por la espalda, y puso sus manos en el abultado vientre.

—Tendré otras dos bellas mujeres en mi vida, espero su hermano mayor las cuide bien o yo tendré que cortar algunos penes —le dijo Jacob al oído a Sasha y esta se rio.

—No seas un papá celoso... quizá se casen con los gemelos de José y Elisa.

—No, ellas se casarán a los cuarenta —le dijo Jacob a Sasha en forma de broma, pero no dejaría que sus nenas tuvieran novio tan jóvenes, eso no lo diría en voz alta, ya que él le robó a muy corta edad su primer beso a su pequeña esposa.

—¿Ya tienen los nombres? —preguntó Azul.

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