La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 13

Jacob había llegado a tiempo a la oficina, sus dos secretarias y su secretario ya lo esperaban, los cuales le dieron el pésame después de saludarlo. Jacob abrió directamente la puerta sin decir nada, pero dentro ya lo esperaba Joel quien miraba detrás de Jacob.

—¿Qué buscas detrás de mi? —preguntó Jacob sin cerrar la puerta.

—Sólo quería saber si trajiste a Sasha.

—No, ella se quedó en casa —dijo y cerró la puerta—, creo que es peligroso que salga y la encuentre su familia.

—¡No le dijiste!... aunque tienes razón, sabes qué debes decirle ¿no?

—Sí, lo haré en unos días —la puerta se abrió y entró Orlando.

—Buen día —dijo y volteó a ver a los lados.

—No la trajo —dijo Joel.

—¿Ambos sólo vinieron para verla?

Orlando y Joel asintieron.

—Sí, quisiéramos algo de ti, te llamaríamos.

—Bien, no vino ella y no vendrá, así que salgan.

—No, yo debo pedirte que me regreses a una secretaria, te devuelvo a tu asistente.

—Bien, llévate a la que quieras.

Las secretarias escucharon todo, ya que Orlando no cerró la puerta. Las dos mujeres tenían curiosidad por saber de quién hablaban, lo único que entendían era que era una mujer y parecía que Orlando y Joel le tenían cariño, así que pensaron era una familiar de Jacob.

Orlando se llevó a una de las chicas y dejó a Benjamin, mientras caminaba con la secretaria, esta no pudo contener la curiosidad:

—Señor...

Pero Orlando la interrumpió:

—No intentes sacar información de mí, además si Jacob escucha rumores sobre esto, ten por seguro que serás despedida, así que dile a tu amiga que mantenga la boca cerrada también —Orlando conocía la historia sobre la madrastra de Sasha y el peligro que corría si alguien llega a filtrar el nombre, así que antes de llegar a su oficina, se dio vuelta y miró a Ana con cara fría y sin expresión alguna—, señorita Franco, olvidé el nombre que escucho, ni siquiera lo pronuncié, le diré algo, ya que había planeado que fuera mi asistente, así que debe saberlo... ella está en peligro de muerte, si ese nombre sale de este piso, lo cual hará que salga del edificio, y no creo que quiera poner en peligro a dicha persona.

Los ojos de la chica se abrieron de par en par:

—No señor.... yo no escuché nada y Elisa tampoco.

Orlando relajó su rostro y sonrió:

—Perfecto, ahora a trabajar, señorita Franco.

—Sí, señor.

Ambos llegaron a la oficina. Ana tomó su lugar y llamó de inmediato a Elisa y le adhirió que no dijera nada.

Sasha había comido demasiado tanto que al empezar de nuevo el bordado se quedó dormida en la sala. Naomi, al verla, la recostó y le puso una manta y llamó a mi madre quien le pidió que la mantuviera al tanto de Sasha.

—¿Cómo está?

—Está bien, señora, pero al parecer las desveladas le pasaron factura y se quedó dormida en la sala.

—Pobre... ¿y Jacob cómo la trata?

—No es ni muy bueno, pero tampoco es malo con ella.

—Bien, si algo sucede, me llamas.

—Sí, señora.

Ambas colgaron y Naomi se encargó de llevar la ropa de Sasha que llevó Ramón, la acomodó en el armario de su habitación, dio un suspiro al ver que ya sólo tenía limpio el traje de enfermera que traía puesto.

Sasha despertó a eso de las cinco de la tarde y desorientada, ya que sentía que había dormido día y noche, y a la vez aún tenía ganas de dormir, pero se obligó a levantarse, por la manta deducía que había sido Naomi quien la había acomodado y puesto la manta.

—¡Ya despertó!

—Sí, me hubieras despertado, no suelo dormir de día ya que no puedo dormir de noche.

—Es que se veía muy tranquila, además pasó dos noches en vela, sin mencionar que se levanta en la madrugada para saber que está bien el señor, de seguro que sí dormirá bien en la noche.

Sasha se puso de pie y guardó las cosas del bordado:

—Eso espero Naomi —dijo en una suspiro y recordó la cena, así que llamó a Jacob.

Jacob estaba en una reunión cuando su teléfono timbró. Todos voltearon a verse con miedo de quién había dejado encendido el celular en la junta, pero cuando Jacob sacó su teléfono guardaron silencio.

—¿Qué sucede?

—Sólo quería saber ¿qué le gustaría cenar?

Jacob dio un suspiro porque no quería regresar a casa y más dormir en una cama vacía:

—Cena lo que quieras, llegaré tarde a casa, no te olvides de dormir temprano —fue todo lo que dijo monótono y colgó—. Sigamos, entonces señor López ¿por que no podemos terminar la colección?

—Tenemos un problema con el proveedor....

—Entonces resuélvalo, busque otro proveedor.

—Señor, en eso estamos, pero no tendremos la materia prima a tiempo.

—Demanden al proveedor, y esta temporada sacaremos como edición limitada.

—Señor, no creo que ganemos nada con demandar, la empresa entró en recesión —dijo el abogado.

—¿Cómo es posible? no investigaron la empresa —les gritó Jacob dejando de lado su tono neutro.

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