La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 28

—Porque yo tengo el otro 4%, recuerda que Nancy y su hija tenían el 10% restante, tú por supuesto enredaste el 100% de tu padre que es el 90% en total de la empresa.

Sasha se sorprendió al escucharlo:

—Sí, eso sí, lo sé pero ¿cómo...

—Cómo obtuve el 4%, no fue fácil, y tampoco importa, lo importante es que con ese porcentaje sólo es cuestión de tiempo para que vendan el restante.

Sasha frunció las cejas, ya que no entendía cómo podría ser eso posible si aún obtendrán ganancias, Jacob sonrió.

—Cuando quieres un pez grande, lanzas una buena carnaza, pero también puede no ser tan buena como creía.

Sasha intrigada volvió a releer la propuesta, pero no encontraba el fallo, pensando para sí misma que Jacob era bastante bueno, ya que sabiendo la trampa no la encontraba. Jacob la miraba divertido, ya que le parecía bastante linda buscando la trampa que había puesto.

—No lo encontrarás sólo en ese documento, ven aquí y te enseño.

Sasha se puso de pie y fue donde Jacob, se puso a un lado de él, miro el documento de Word que ya había redactado, en este documento se bajaba el salario a los inversionistas para resarcir la pérdida que tendría la empresa por demandas debido a la tardanza de los envíos en materia prima.

Sasha entonces miro el documento que llevaba en la mano, una cláusula decía que la empresa no podía despedir a los empleados hasta dentro de un año, que terminará esta propuesta.

—Impresionante general —dijo, ya que Jacob usaba estrategias tipo militares en los negocios, o quizá siempre ha sido así, pero a ella le parecía que si Jacob hubiera estado en alguna guerra, habría ganado varias batallas o quizá la guerra en sí.

—Siento que merezco un premio, ¿cuándo lo tendré?

—¿Un premio?... ¿quieres un beso?

—No, piensa en algo y espero sea igual de bueno que mi idea.

—Pero si eres rico, ¿qué hay que no tengas que pueda obsequiarte?

—Ese es tu problema, Sashis, tienes 10 días, no más.

—Owh, está bien, diez días.

Cuando Sasha volvió a la pequeña sala, Jacob percibió que Sasha dejaba el rastro de su aroma, ambos volvieron al trabajo, Jacob aún tenía que afinar esta propuesta y no dejar algún cabo suelto, ya que quería que fuera perfecto este plan.

Al día siguiente, ambos salieron de la casa, Sasha iba vestida casual, pero no demasiado casual, ya que iría al encuentro con José, además que su lugar de siempre no era un lugar al que iría demasiado casual.

—¿Entonces a dónde irán?

—A un Starbucks —dijo Sasha orgullosa del lugar.

—Pensé que irían a otro lugar.

—Nop, José y yo no teníamos para darnos lujos, bueno, yo sí, pero ya sabes, Nancy y Berenice nunca me dejaban en paz si gastaba en algo lujoso, así que vivía con lo de una persona promedio, y José, le quitaron sus lujos, así que siempre nos encontrábamos en un Starbucks, aunque nunca entrábamos e hicimos una promesa que cuando pudiéramos entraríamos juntos a ese Starbucks

—Bueno, ya que será un lugar público, debes de tener cuidado y esperar.... —Sasha lo interrumpió.

—Sí, lo sé esperar a Sánchez y Benítez y no alejarme de Natalia ni Viridiana, y si voy al baño, me las llevo conmigo o por lo menos a una, ya lo me lo grabé, general, y no desobedeceré órdenes, ya que no podré salir de nuevo hasta que estén listos los demás custodios.

Jacob aún estaba preocupado por Sasha, y más aún que siguiera sus instalaciones al pie de la letra, ya que es sólo una civil que jamás tuvo que lidiar con órdenes y mucho menos tener que decirle a alguien que la acompañara, amigas no tenía sólo a José, así que nunca fue de las chicas que iba en grupo al baño.

—Sólo me preocupo por ti.

Sasha le dio un beso en la mejilla:

—Gracias por preocuparte, pero estaré bien, ¿tu estarás bien?

—Será pan comido, además Orlando irá como abogado.

Jacob bajó del auto en cuanto estuvieron frente a la empresa, se acercó a Natalia y Viridiana quienes le dijeron que Alejandra no podría ir. Jacob les encargó a Sasha y se metió en la empresa, ambas mujeres se metieron al auto y se saludaron las tres, Sasha se ponía nerviosa.

—Vamos, aunque sólo mayores que tú, tratamos como amigas —dijo Natalia.

—Es que ese es el problema, nunca tuve amigas —confesó Sasha.

—Entonces seremos las primeras y trátanos como a tu amigo —dijo Viridiana.

—Lo intentaré...

—Perfecto, así podremos ir de compras al cine.

La plática fue amena cuando de hacer planes se trataba, y Sasha se emocionaba de pensarlo, además de que le gustaba tener amigas mujeres por primera vez, sentía como si siempre hubiera pertenecido a ese grupo de mujeres, el auto se detuvo, aunque Natalia y Viridiana salieron, Sasha no salió hasta que Sánchez y Benítez salieron, y cerraron las puertas del auto.

—Qué bien portada —dijo Viridiana.

—Es que, si no sigo al pie de la letra las instrucciones de Jacob, no creo que me vuelva a dejar salir.

—Ese capitán... bueno, sigamos —dijo Natalia que no quería perder el tiempo, las tres mujeres avanzaron al frente y los dos custodios atrás. José esperaba a Sasha en la entrada y se avanzó sobre Sasha en cuanto la miró.

—Ojitos bellos... ¿por qué me dejaste?... mi corazón se rompió en mil pedazos.

Sasha había correspondido al abrazo, pero al escucharlo le dio unas palmadas:

—Vamos, no hagas dramas en la calle José, o pensarán que soy una mala mujer que te rompió el corazón.

José se apartó de Sasha y la agarró por los hombros:

—¿Y no eres una mala mujer? me abandonaste sin decir nada... y mi corazón se hizo puff añicos por tu culpa, mala amiga.

—Lo sé, lo sé, sólo vamos adentro ¿sí?

—Oh sí sí, casi me olvidó que ya no eres una persona común.

José abrazó a Sasha y los seis entraron. Sánchez y Benítez se sentaron en una mesa aparte para darle privacidad y más aún para ellos tener una mayor vigilancia.

—Antes que nada, José, te presento a las capitanas Natalia y Viridiana.

—Un gusto, señoritas, doctor José Keiler, justo por esto me gusta ser visto por tan lindas bellezas.

—Quizá Viridiana pueda seguir su coquetería, pero yo soy una mujer felizmente casada —dijo Natalia mostrando sus argollas de compromiso y de matrimonio.

—Es una pena en verdad —dijo José sonriendo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA)