La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 3

Sasha salió de la ciudad en un autobús con dirección a un pueblo donde empezó su nueva vida aunque fue difícil, porque los pequeños restaurantes ya tenían chef y no les faltaba personal, el poblado era chico y de igual manera los negocios eran suficientes para el trabajo, pero aun así no se dio por vencida y pudo encontrar trabajo como despachadora en una heladería.

—Sasha ya es hora de que salgas —dijo Mariana la dueña de la heladería.

—Sí, está bien —Sasha empezó a dejar limpio y cuando estaba a punto de irse.

—Dime ¿ya conociste todo el poblado?

—Aun no.

—Ya veo, por cierto aquí está tu paga.

Le entregó un sobre y un recibo de pago. Sasha lo guardó y salió de la heladería, empezó a recorrer las calles, rumbo a su casa había rentado una habitación cerca de la clínica por si alguna vez podía ingresar allí, aunque ella habría preferido seguir con su carrera de chef que era su pasión.

—¿Saliste temprano hoy niña? —le preguntó el amable señor Roberto.

—Hoy sólo era de medio día y mañana es mi día libre —le contestó amable—, ya que no conozco el lugar me podría decir qué lugares visitar.

—En estas fechas sólo la plaza es bonita jajaja.

—Jajaja no diga eso, debe de haber otros lugares.

—El hotel que está aquí desde la época colonial, o si vas a la salida, ahí está el rancho Ferrero, lo único verde es la alfalfa y los limoneros y naranjos.

Sasha se le quedó mirando porque nunca pensó que los árboles de limones soportarán el invierno, y la curiosidad por verlos llenó su cabeza, así que iría a verlos. Sería lo primero y después la plaza, ahí descansará.

—¿Le gustaría que hiciera un asado?

—Niña hoy es vienes, sólo carnes blanca —Sasha se le quedo mirando—, eres cristiana, judía, testigo....

—No soy católica, es sólo que ya había perdido la noción del tiempo.

Sasha se fue a la cocina y preparó unas tostadas de atún y algo de comida de Cuaresma, después de terminar de comer, Sasha se fue a su habitación y se recostó pensando en que este año no había celebrado San Valentín, pero sólo estaba José como su amigo y ahora también consideraba a Alfonso como uno, así que sólo a ellos los tenía, pensando en José sintió remordimiento por abandonar así su departamento pero era por su bien, quería hacer una cuenta falsa para comunicarse con él, pero si lo estaban monitoreando no podía dejar que la descubrieran.

El día pasó rápido y llegó la mañana, Sasha hizo el desayuno para ella y el señor Roberto y después salió de la casa, con un abrigo blanco para amortiguar el frío y un jeans negro y botas negras de plataforma, hoy era un día soleado que parecía un día de verano, porque el poco viento se sentía caliente, ese sábado el clima estaba un poco loco porque aún hacía frío, pero si te daba el aire caliente, era el día perfecto porque no hacía frío pero tampoco calor.

Al llegar a la salida del poblado, se topó con las hectáreas de alfalfa. Sasha caminó hasta encontrar el camino que daba directo al rancho, pero en ese camino se topó a los limoneros a los costados con algunos de durazno que aún estaban secos, pero al acercarse se percató que los botones de las flores ya estaban brotando. Sasha caminó sin detenerse, y allí en la entrada la vi cuando se quedó parada sin saber si entrar o regresar.

—Tráela, hace mucho que no conozco a alguien —le dije al mayordomo que estaba a mi lado, les diré que hacía más de un año que vivía en ese rancho por mi propia salud y nadie venía de visita que no fuera mi familia. Ramón dio la orden de que fueran por ella, al ver la escena me pareció gracioso porque aún desde lejos se veía que Sasha pedía disculpas por estar en la propiedad, no sabía que en realidad se había asustado de muerte cuando los dos trabajadores se le acercaron por la espalda, pero cuando le dijeron que la señora quería conocerla se relajó.

Cuando Sasha estuvo frente a mí, me sorprendí por el parecido con mi madre pero mucho más joven y el cabello castaño claro, mi madre por otro lado tenía el cabello negro igual a mí y saben que tenía una enorme cantidad de pestañas risadas.

—Siento si la hice enojar —dijo apenas estuvo frente a mi.

—Al contrario, gracias por la visita y romper mi rutina —le sonreí.

Sasha miró a una mujer delgada, cabello negro y ojos azules no zafiro como los de ella pero eran azules, también ese día no llevaba maquillaje por lo que me vio pálida.

—Soy Sasha Herrera.

—Mucho gusto Sasha soy Samantha Martínez, en este momento la señora de la casa.

—Señora no debería...

—No digo mentiras, mi madre es la gran señora de aquí —callé a Ramón y lo regañé con mis palabras sin ser grosera.

—Mucho gusto —dijo y cuando extendió la mano. Ramón la roció con alcohol y limpió su mano con un pañuelo, era muy cuidadoso.

—La señora es propensa a enfermar rápido —dijo y yo sonreí divertida y tomé la mano de Sasha para cerrar el saludo de mano.

—Deberías de venir seguido y poner los nervios de punta de Ramón —dije con diversión.

Sasha se sentó a mi lado y me habló de que apenas había llegado al poblado omitiendo la razón de porqué lo hizo, para mí fue como si inyectaran un poco de vida en mí, no había extrañado conocer personas hasta ahora, y también sentía que no quería que Sasha se fuera, porque con ella podía hablar de cosas triviales y dejar de simplemente esperar en casa.

—Creo que tengo que irme —dijo cuando casi llegaba la hora de la comida.

—Quédate a hacerme compañía y comamos juntas, mi marido está de viaje.

Sasha no sabía si aceptar, pero cuando le hice ojos de cachorro ella aceptó. Mientras comíamos, me contó que ella estaba esperando entrar a la clínica como enfermera o asistente, y en eso entró mi amado Jacob con su traje de negocios, su cabello negro estaba un poco alborotado por el aire del helicóptero, sus ojos verdes se posaron en Sasha y frunció el ceño, lo cual a los ojos de Sasha Lucía aterrador. Jacob tenía cuerpo de actor de novela y su altura era de 1.90 metros, y con la pequeña estatura de Sasha para ella era enorme, y al no conocerlo la primera impresión no fue buena.

—Regresaste cariño, ella es Sasha, vino de paseo y yo la invité a que me acompañara.

—Terminé mi trabajo rápido para estar contigo —me dio un beso en los labios y luego miró a Sasha—, gracias por acompañarla —lo dijo tan frío que me tomó por sorpresa y a Sasha la hizo sentir mal en ese momento, yo no lo supe pero si sabía que había sido grosero y me empecé a preocupar por cómo se comportaba con las demás personas.

—Grosero... No le hagas caso Sasha, Jacob está un poco de genio por el viaje —defendí a Jacob por su comportamiento—, Jacob tomó asiento y le proporcionaron su comida.

Después de comer Sasha se fue y en casa Jacob me llevó a la habitación: —No debiste invitarla ¿qué tal si trae consigo algún virus y te enfermas?

—Jacob, estoy cansada, no me regañes y también estoy cansada de estar sola aquí, necesito una amiga para desahogarme, y Sasha es enfermera.

—¿Enfermera?... ¿quieres que la emplee? —no sabía qué pensar, porque realmente me agradaba la compañía de Sasha, pero tampoco quería que dejará su trabajo.

—Ella ya tiene un empleo —le digo un poco desanimada—, cuando venga la próxima vez le preguntaré.

—Bien cariño, se hará como tú digas.

No pasó mucho cuando me quedé dormida, realmente estaba cansada aunque feliz por ese día, al verme dormida Jacob salió de la habitación y mandó llamar a Ramón.

—¿Señor qué puedo hacer por usted?

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