LO ÚLTIMO EN MIMOS romance Capítulo 20

Paloma se asustó al ver a Rosa enfadada, pero aun así habló en voz baja:—Rosa, lo que dije no es desacertado. Antonio Jiménez quien es un playboy no te merece. Tú y él...

—Vale.

Rosa la miró fríamente:—No necesito que juzgues mis asuntos. Ocúpate de tus asuntos.

Paloma dijo ofendida:—Rosa, Lo digo para que estés bien.

Rosa se rió fríamente. «Si no haya muerto una vez, realmente creeré que lo haces para mí. Pero, no volvería a ser tonta.»

Rosa dijo con voz fría:—Te preocupas demasiado.

Gloria acababa de cabrear a Rosa ayer. Ahora veía a su hija agraviada, sólo podía fingir impotencia y decir:—Rosa, puede que Paloma no hable amablemente, no le culpa. Somos familiares y no te haremos daño.

Rosa le dio una mirada compleja.

Rosa la ignoró y le dio a Antonio un bollo de masa:—Come más.

Antonio lanzó una mirada provocadora a Paloma y dijo despectivamente:—Te preocupas demasiado.

—Tú...

Paloma miró ferozmente a Antonio, dejó los platos y salió.

Gloria tampoco tenía mucho apetito, se levantó y dijo:—Disfrute de su comida, estoy llena.

Antonio dijo sin levantar la cabeza:—Adiós.

Rosa le miró inexpresiva:—Hablas demasiado much.

Antonio se tocó la nariz, se acercó a Rosa y le preguntó:—¿No te gustan tu tía y tu prima?

—¿Qué te parece? Rosa no respondió directamente, sino que le preguntó retóricamente.

—Bueno, parece que es así. Pero esa prima tuya no parece una buena persona, así que es correcto que no te guste.

—¿Cómo se puede saber?

—¿Qué clase de buena persona puede ser si es tan fea y habla mal?

—¿Esa es tu razón?

—¿No es suficiente?

Rosa se quedó sin palabras.

Al ver el aspecto de Rosa, Antonio sonrió y dijo:—Bueno, la forma en que acabas de defenderme fue realmente hermosa, pero...

Rosa no pudo evitar mirarle. Continuó diciendo con una cara de impotencia:—La forma en que me miraste hace un momento me dio la sensación de que estaba siendo protegida por un presidente dominante y me sentí como una esposa joven.

Rosa levantó las cejas.

—¿Una esposa tan fornida?

Antonio se divirtió al instante:—Jaja, parece que no. Después de todo, estoy tan guapo y masculino, cómo puede parecer una mujer. Sin embargo, siendo protegido por ti de esa manera es bastante feliz. Rosa, encuentro que me gustas más y más. ¿Por qué no hacemos la boda pronto?

Rosa se quedó sin palabras.

—¿No estás contento?

—Hagamos lo que has dicho.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: LO ÚLTIMO EN MIMOS