LO ÚLTIMO EN MIMOS romance Capítulo 31

El Grupo Serrano

—Señorita Serrano, la policía ha evacuado a doña Gloria y ha llegado su hija. Ella quiere verle —Pedro se acercó a Rosa y le susurró.

—Déjala entrar.

Paloma empujó la puerta del despacho y vio a Rosa leyendo un documento sin levantarse.

—Rosa, se ha llevado la policía a mi madre —se acercó a Rosa sollozando.

—Lo sé —Rosa siguió leyendo los documentos como si lo que dijo Paloma fuera irrelevante.

Paloma se puso furiosa con su actitud:

—Lo sabes, ¿pero eres tan tranquila? Rosa, mi madre es tu tía, es tu familia. Vino a Rosa para ver su actitud. Ya era muy desesperada. «Ella ha cambiado totalmente como una persona diferente. Antes era una chica que siempre nos toleraba, pero ahora, sospecho que está poseída por los demonios.»

—Fui yo quien entregó las evidencias a la policía —Rosa la miró.

—¿Cómo? —Paloma la miró con incredulidad y gritó—, ¿Por qué? ¿Las evidencias? ¿Qué delito ha cometido mi madre? Si te molestamos, puedes decirlo. No es necesario vivir contigo, es porque a mi madre le da pena que no tengas familia a tu lado. No puedes hacernos esto.

—¿Le da pena? ¿Es el asesinato de mi prometido una parte de su pena?

—¿Qué dices?

—Paloma, deja de fingir. ¿No es difícil? No creo que no sepas sobre el asesinato de Antonio planteado por tu madre. Tienes que atenerte las consecuencias —La expresión de Rosa era tan fría que daba miedo.

«Antonio, es un hombre que había arriesgado su vida lanzándose al fuego por mí en mi vida anterior. El matrimonio es para darle la merced. No soporto que alguien le haga daño.»

—Rosa, esto puede ser un gran malentendido. Es imposible que... Paloma quería aflojar, pero Rosa la miró fijamente y le costó a Paloma decir las palabras completas.

—A partir de hoy, no se te permite entrar en la mansión de la familia Serrano. Como eres mi proma, te permito regresar a casa, empacar tus cosas e marcharte esta noche. No quiero verte en mi mansión —Rosa habló con frialdad. Al pensar que en su vida anterior, Paloma se unió con Ramiro Álvarez para quemarla viva, Rosa quería estrangularla con sus propias manos. «Pero no merezco cometer un crimen por ella. Puedo castigarla poco a poco y destruir todo lo que quiera.»

Paloma no pudo creer.

—¿Quieres echarme de la casa? Rosa, no olvides que yo también soy la nieta del abuelo. ¡Tengo derecho a vivir en la mansión!

—Abuelo me dejó la mansión a mí, por eso soy la dueña—Rosa la miró y dijo seriamente—No puedes ir contra mi mandado.

Paloma estaba tan enfadada que su cuerpo temblaba. No esperaba que Rosa se atreviera a echarla. «¿No tiene miedo de que se diga que no tiene tolerancia moral?»

—Rosa, el abuelo puede sentir eso en el cielo y se sentirá decepcionado por ti —Paloma sabía que la persona que más le importaba a Rosa era su abuelo, pensaba que al mencionar al abuelo, Rosa se ablandaría más o menos.

Nunca hubiera creído que al oírla mencionar al abuelo, la expresión de Rosa se volvió aún más fría:

—Es inapropiado para ti hablar del abuelo. ¡Fuera!

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