LOS HIJOS OCULTOS DEL CEO romance Capítulo 12

Cap. 10: REPLICA

Ricardo llega a su casa, después de ducharse y cambiarse a ropa de casa, va a su despacho. Está sentado frente al ventanal, sus pensamientos lo ocupan Isabel y sus hijos.

Ricardo Del Hoyo, ha vivido estos últimos años pagando su proceder tan injusto cuando dejó ir a Isabel de su lado, hasta entonces no supo darse cuenta de cuánto significaba ella en su vida.

Sintió a alguien caminar por el pasillo, pensó que era su padre y se volvió y era una de las señoras del servicio.

—Señor Ricardo, hay alguien que quiere verle…—la señora cede el paso.

Entra un niño bien visto, se para justo frente él.

—Señor Ricardo, yo soy Ricardo Del Castillo y Blanco, y mi mamá me informó hoy que usted es mi papá —El niño mira a los ojos del hombre con una expresión seria.

Ricardo se queda totalmente sorprendido, la forma de presentarse del niño es tan formal. Está vez puede verlo de cerca y está claro que es su hijo, es que, efectivamente, no sólo es una réplica exacta de él, sino que además, su hijo, tiene toda la pinta de ser un pequeño caballero, como todos los demás miembros de la estimada familia del Hoyo.

Se levanta inmediatamente, y se acerca al niño. La expresión de extrañeza de su rostro había desapareció al instantes de verlo entrar y fue sustituida por una espléndida sonrisa.

—¡Hijo mío! Deja que papi te abrace —Ricardo empezó a poner a prueba sus escasas habilidades de crianza. De un hombre divorciado a un padre decente. Se adaptó a su nuevo papel con una rapidez sorprendente y fue a agacharse a alzar a su hijo y lo abrazó contra su pecho.

Ricardito también rodeó su cuello y lo apretó, pero luego lo soltó y sólo se quedó esperando a que Ricardo lo soltara.

—Prefiero que me baje, señor Ricardo.

Las frías palabras de su hijo cayeron como hielo en su corazón, pero se mantiene sonreído y emocionado en su recién adquirido rol de padre, entonces le responde con tono suave—: ¡Puedes llamarme papá! —se agacha lentamente y coloca con cuidado al niño en el suelo.

Mientras Ricardo trataba de detener las lágrimas que pugnaban por salir, sólo pudo carraspear y preguntarle:

—¿Viniste con tu mamá?

—No, mi abuelo me sacó a dar un paseo y no me dijo que venía para acá, me dijo en la puerta de esta casa: “aquí vive Ricardo Del Hoyo, pregunté por él” y después se fue en su coche, en ese momento supe que estaba en la puerta de la casa de mi padre.

—¿Pero tu mamá sabe que estas aquí?

El teléfono de Ricardo sonó, era un número desconocido. Ricardo sintió su corazón latir acelerado con sólo la sospecha de que fuera ella, apenas lo puso en su oído oyó la desesperación de Isabel.

“Ricardo, estoy en la puerta de tu casa, por favor, sólo quiero que me devuelvas a mi hijo, mi padre es un irresponsable, sé que tenemos que hablar, pero ahora sólo quiero que me devuelvas a mi hijo”

Ricardo fijó sus ojos en su hijo que lo miraba con tanta seriedad y a la vez oía las palabras de Isabel, desesperada y con la voz quebrada.

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