Más que un trato romance Capítulo 11

- Dime que me lo ibas a decir -no controla su enojo es tan evidente que Jen tenía los ojos abiertos como plato.

- Sí, lo iba a hacer -safo mi mano y escondo las marcas al bajar la manga- no tenías que exponer mi brazo frente a Jen... lo siento Jen me tengo que ir -dejo el pago de la comida y la propina, en cuanto me pongo de pie me toma del brazo no es brusco apenas y siento el agarre y me lleva casi arrastrando fuera del restauran o así se ve porqué: un paso de él son 2 a 4 mios, una jeep nos espera al abrir la puerta John entró y me dirijo hasta la otra puerta lejos de William.

- Debiste llamarme cuándo bajaste a enfermería.

- No eres mi novio -alza una ceja- aún.... lo siento, no estoy acostumbrada a buscar un hombre cuando me pasa algo y no eres mi novio esa pedida de esta mañana es lo más horrible y no quiero inventar como me pediste que fuera tu novia -me cruzo de brazos y William se masajea la cien.

- ¿Qué quieres que haga?

- Flores, chocolates... no sé, pon a trabajar tu cabeza tienes 4 días para pensar en algo bueno -me mira y de nuevo una chispa en sus ojos brilla- seré tu novia pero en ese contrato, tú señor mujeriego serás fiel y si eres infiel el contrato se anula.

- ¿Cuántas veces a la semana pasarás en mi casa?

- No soy tu prostituta, no me gustas y no me acostaré contigo ni con nadie igual tú.

Se ríe- ¿me tendrás en abstinencia?

- Sí, a menos que me enamores, que lo dudo.

- Bien entonces hasta que no me lo pidas no te tocare, sólo tenías que decirlo -me le quedó viendo incrédula- jamás tocaría a una mujer si no quiere ¿bien?

- Me besaste sin que quisiera.

- Te robe un beso que es diferente y hablando de ellos, en público nos besamos como cualquier pareja.

Eso ya sabía pero que lo diga me hace poner los ojos en blanco- ya se no soy tonta.

- Me besaras ahora.

- Iuu no, sólo está John.

- Esta bien, esperaré a que bajes del auto -me guiña un ojo y yo pongo los ojos en blanco- ¿te duelen mucho?

- Ya no me arden, tienen una buena enfermera, sólo me duele no haberla golpeado, pero es modelo de la empresa y no quería que me demandará por daños y perjuicios.

- Hiciste bien, aunque terminaste dañada espero que se borren antes del viernes.

- No me importaría llevar un vestido con manga larga -la verdad no me importa después de todo es una cena benéfica ¿no?

- Ya veremos amada novia -no se como interpretar sus palabras porque parece que ironiza y a la vez se escucha serio.

- Y entonces ¿cómo nos conocimos? -nos quedamos viendo- Eres un mujeriego así que a ti se te dan mejor las mentiras.

Su ceño se frunce creo que dije algo malo porqué de nuevo está que echa chispas por los ojos- no soy un mentiroso, siempre dejó las cosas claras con cada mujer que se mete en mi cama.

- Sí mientes, diciendo que somos novios -me cruzo de brazos.

- Omito la verdad, pero ya pensaré en algo.

- No, se me ocurre una idea, diremos que me rogaste para que fuera tu novia.

- ¡No diré eso!

- Es una verdad a medias, porque insistes en que yo sea tu novia, y aunque sea sólo por un contrato pero me hago del rogar -cierro los ojos con orgullo porque tenía razón.

- Te obligue a que fueras mi novia.

- Porqué yo no acepté por las buenas -picó de nuevo su orgullo y el mío se agranda no me dejaré de este hombre que siempre tenía lo que quería agrandar su ego.

- Porqué eres terca.

- No, eso es porqué no tienes tacto y si no me gusta como me pides que sea tu novia te voy a volver a rechazar, así que ponte creativo -el auto se detiene frente a la panadería, me quedo sentada al estar del lado contrario de la acera.

- Veras que te vas a enamorar cuando te lo pida.... -me mira y mira mis manos y yo escondo mi otra mano

- Deja de mirar los rasguños de mis manos, no es como si hubiera quedado marcada de por vida.

- Sólo porque fue una mujer quien lo hizo porque si fuera un hombre créeme que lo aría pagar por cada marca en tu piel -me sorprende escucharlo, pero su cara era sería, no mentía con lo que decia, se notaba que odiaba ver a una mujer con marcas de golpes, por primera vez siento que puedo confiar en él, sin decir más baja y al extender la mano se la tomo y bajo del auto, es bastante más alto que yo aún con estos zapatos con tacon pero me pongo de puntas y le doy un beso de pico tomándolo por sorpresa.

- Gracias por traerme William, llevaré a la tintorería la prenda y la regresare -camino hacía a la puerta.

- Es tuya si te gusta y la necesitarás estos días eso dijo la enfermera... -volteó a verlo iba anegarme pero tenía razón la necesitaría si no quería tener miradas en mis brazos- hasta mañana Isabela -entra pero no cierra la puerta- ¿mañana comes conmigo? -miro la panadería al pensar en Diana- entiendo si no puedes.

- Es una cita entonces... Hasta mañana novio -me despido con la mano y entró, Diana me mira con una sonrisa traviesa, algo me decía que también canfabuló en esto- ¿se pusieron de acuerdo verdad?

- No se de que hablas niña -se hace la que no sabe nada pero su sonrisa la delata- vi que lo besaste ¿te gusta?

- Sí y no, lo hice porque estábamos en público.

- ¿Qué quieres decir?

- Vamos lo sabes Diana, firme un contrato con el señor Ivan aunque el diga que fue Susan, ella no hace nada malo para congraciarse de nuevo con él y su padre, y creo que tú ayudaste en decirles como hacerme caer en la trampa.

- Deberías de escribir un libro niña -se voltea al saber que la caché y sólo hace que acomoda algo.

- Tía, tengo un novio que no quiero, pero si eso te hace feliz no importa, yo sólo quiero que tus últimos días sean los mejores -camino a la puerta que da a la casa.

- ¿Hoy no aras pan?

- No puedo, una perra gata me araño los brazos -digo desde la sala y llega corriendo mientras me siento en el sillón.

- ¿qué dijiste?

- Una estúpida que quería las llaves de la oficina de Jonathan, me araño los brazos- me remango las mangas y ve las líneas rojas y lleva sus manos a la boca.

-¡dios linda! ¿cuánto estarás así?

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