Más que un trato romance Capítulo 12

Después de una noche larga pude descansar, aunque al despertar la imagen de Isabela usando ese bello coyar que es para el escote de la espalda, me pregunto si tendrá pecas o será lisa su espalda o tendrá algún lunar, pero lo que más empieza a atormentarme es como lucirá de frente sin ropa usándolo como si esa fuera su lencería, esos eran mis pensamientos al bañarme aunque intentaba no hacerlo ya que tendría una erección, pero al desayunar y al ir de camino a la empresa sólo pensaba en esa pequeña mujer que me rechazó y amenaza con seguir rechazandome, al llegar a mi oficina sólo quería verla así qué.

- Recepción.

- Buenos días Jen.

- Buenos días Señor Strelnikov ¿en que puedo ayudarlo?

- En cuanto llegue Isabela que venga a mi oficina.

- Yo le digo a la señorita Arismendy -Jen es muy profesional por eso se le dio el empleo en recepción, pero me recuerda a Isabela que me trataba de usted, aunque a Jona no. Cuelgo y me pongo a trabajar media hora más tarde recibo una llamada.

- Buen día Will -la amable voz de mi tía como siempre que llama.

- Buen día tía ¿qué sucede?

- Verás.... Samantha se niega a tomar las llamadas.

- No importa, dejale un mensaje que si no viene va a tener que compensar las pérdidas.

Cuelga y también lo hago, me pongo de pie y me dirijo a la mesa que tiene los planos de la mina en África, cada vez es más difícil traer los diamantes o cualquier piedra preciosa sin que piensen que son de sangre Se tuvo que hacer una bodega oculta para proteger a los trabajadores y también a los diamantes, y evitar que caigan en el mercado negro, este es el mayor de los problemas de Grupo Lion's a la hora de hacer exportación y extracción de ese país, ya que la competencia intenta hacernos ver como el mayor comprador de diamantes de sangre, siempre que me pongo a trabajar en estos planos se me pasa el tiempo sin que me de cuenta, el sonido del teléfono me saca de mi concentración y me dirijo a contestar.

- ¿Qué sucede Margie?

- La señorita Arismendy está aquí -veo mi reloj dando un suspiro ya eran las 11 sin que pudiera hacer mucho en los planos.

- Qué pase.

- Sé lo diré señor.

- Y Margie, Isabela como mi novia puede entrar sin invitación a menos que yo diga lo contrario.

- Sí señor.

No pasan ni dos minutos de colgar el teléfono cuando tocan la puerta- adelante -la pierta se abre y entra Isabela, su cabello largo es más corto por las hondas que se hizo, lleva una parte del cabello como media cola, trae puesto un vestido corte princesa con la falda a la rodilla y amplia que hace resaltar su cintura y pecho al estar la tela pegada a su cuerpo en esas partes es blanco con flores y los zapatos nud le hacen ver las piernas más largas evitando que se vea más chaparrita de lo que es, la torera no hace juego pero le queda bien, parece una linda muñequita con el maquillaje semi formal.

- Buenos días Isabela.

- Buenos días William ¿querías hablar conmigo?

-Sí, acercate más -me quedo en mi lugar esperando a que se acerque al escritorio.

- No olvide que tenemos una cita para comer -dice acercándose pero se queda parada frente al escritorio y yo me levanto.

- No era eso de lo que quería hablar contigo -le doy la vuelta al escritorio.

- Acaso me dirás que pensaste mejor lo de ser novios.

Hace que me ría un poco 《¿sólo eso piensa?》- ya quicieras - uso sus propias palabras en español.

- Busca tus propias fraces -dice con disgusto se ve linda enojada y sentí qué es como una niña.

- No te enojes o te pondrás roja, sólo quería informarte que cualquiera que se atreva a tocarte como lo hizo Samantha.... quedará en la ruina, quizá te enoje que haga esto.

- Es porque soy tu novia y se supone que debo de ser más importante que una modelo, si me enoja -dice enojada que no siente que la tomo por la cintura y la siento en el escritorio aún así mantiene sus piernas juntas y soy yo quien las rodea- pero tampoco es correcto que ellas abusen por ser la cara de la empresa -grita de enojo e impotencia la cual tenía retenida desde ayer.

- Tienes razón -acaricio su mejilla- nadie tiene ese derecho y ahora soy el único que puede tocarte sin tu permiso, por tu carácter se que eres una pequeña fierecilla déjala salir cuando intenten acerté lo mismo que ayer ¿me entendiste? Porque no quiero volver a ver un sólo rasguño -desabrocho la torera y comienzo a bajarla.

- ¿Sabes que esto es acoso?

- No si eres mi novia y no se defiende o me dice que me detenga -la torera queda sobre sus delicadas manos y cierro los ojos dando un suspiro al ver las marcas rojas en partes parecía que aría costra, dejó mi rostro pegado al de ella y mi nariz roza junto la de ella y puedo sentir su respiración agitarse- ¿tienes miedo de mi?

- No -dice con seguridad- confio en ti en tu palabra -sonrió al recordar que le dije que no la tocaría hasta que ella me lo pidiera, aún así se pone nerviosa. La puerta se abre sin ser tocada y se que estamos en una posición muy comprometedora aún así no me muevo.

- Debes de ir con mi tía Sophi en el piso 15 y cambiar la torera por una a juego a tu vestido, y dile a mi asistente que te de el código de hoy para el elevador que usamos la familia -le digo casual al oído para que sólo ella escuche no se quien entró pero es mejor así.

- No se detendrán ni porque entre -escucho a Samantha hablar y la respiración dd Isabela se hace pesada y lleva su mano a mi brazo para tomarlo algo anda mal ella puede ver a Samantha, me doy la vuelta dejando a mi espalda a Isabela, pero me quedo sorprendido al ver la cara golpeada de Samantha, gracias a Jona sabe mejor que nadie lo que más odio es una mujer llena de golpes.

- ¿Me citaste aquí para terminar mi carrera? sólo por defenderme de esa pequeña arpía -grita señalando detrás de mi hacia Isabela.

- ¡¿Qué?! -dice con sorpresa y enojada Isabela- estas loca jamás te toque... ¿William?

- Isabela ve a donde te dije - digo con calma si me dejó llevar por el coraje que siento porque esa mujer trata de usar lo que más odio, terminaré asustando a Isabela y pensará que no confío en ella, escucho como baja del escritorio y camina, la sonrisa de ganadora de Samantha es de lo peor, Isabela pasa de largo- Isabela, no se te olvida algo -ella se voltea y camina hacia mi y me da otro de esos beso a de pico.

- Tenemos una cita, no la atraces.

- A la hora que quedamos.

Se va sin mirar a Samantha mientras se acomoda la torera ocultando las marcas y cierra la puerta detrás de ella, no sin antes darme otra mirada y yo le sonrió, está mujer se abría regresado pese a que enojado la intimidó.

- ¿Qué pretendes al venir así? -pregunto frío sin dejar de mirar la puerta.

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