Más que un trato romance Capítulo 31

•William•

Mi corazón se estremeció cuando escuche a mi amada diosa gritar con dolor y agonía el nombre de su querida tía Diana, así que corrí y entre en la panadería en cuanto entre la escena que mire me desgarro el alma; mi Afrodita sostenía el cuerpo de Diana y se estaba meciendo mientras las lágrimas caían de sus ojos con la vista perdida, hice de tripas corazón (o sea tratar de hacer a u  lado los sentimientos) me acerqué a las dos mujeres me nique y tome la mano de Diana para tomar su pulso era lento pero aún estaba su pulso.

- Afrodita tu tía aún está viva, déjame llevarla al hospital -mi pobre Afrodita se encerró en su dolor que no me escuchaba, escuche el sonido de la campaña de la puerta al voltear era John- Ayúdame para que lleves de inmediato a Diana al hospital -John asintió y me incorporé para ponerme detrás de mi amada de un sólo movimiento lo hicimos yo le aparte las manos y John tomo el cuerpo de Diana y mi pobre Afrodita comenzó a gritar histérica.

- No, no, no devuelveme a Diana, devuelmela, devuelvemela....

- Isabela Afrodita Arismedi Montesinos reacciona tu tía no está muerta, tienes que recuperarte para que no te vea así cuando despierte - mientras le hablaba ella seguía repitiendo las mismas palabras pero de repente se callo.

- ¿Está... está viva?

- Sí está viva mi amor te ayudo a levantate debemos ir al hospital también.

Ella asintió y nos levanté a ambos la abrace de lado para que no se callera o tropezar, se ve tan frágil y pequeña que desearía que todo su dolor me lo pasará a mi para que ella no sufriera, pero este mundo no es perfecto. La metí al auto y le abroche el cinturón de seguridad para después irme al lado del piloto y comencé a conducir el auto, aunque había tráfico yo subí la velocidad y esquivo los autos para evitar chocar a los minutos llegamos al hospital y bajo para abrirle la puerta, aún no está en sus cinco sentidos mi Afrodita y me parte el alma verla como una muñeca que se mueve a mi voluntad cosa que no me gusta, prefiero que me grite por qué así se que su estado mental este bien. Al entrar miro a John regresar del área de urgencias, al verlo mi diosa intenta escapar de mis brazos pero no la dejó.

- ¿cómo está mi tía?

John me mira y le asiento con la cabeza para que diga lo que sea que sepa- el doctor dijo que tenía que hacerle unos estudios para saber la razón de su desmayo pero.... -se detuvo ya que al parecer no quería decir que está llegando a la face final.

- Dilo... dime John.

- Dijo que la señora estaba en al etapa terminal que la familia debía prepararse.

Escuche el sollozo de mi amada y la abrace lo que ella dejó que la consolara con el abrazo que le doy, miro a John quien parece angustiado.

- Señor....

- Gracias John, avísale a mi padre por favor y ve a descansar.

- Yo me quedo con ustedes señor.

- Esta bien pero ve a comer y deja a alguien.

Asintió y yo lleve a Afrodita a sentarse en uno de los sillones de la sala de espera siendo un buen hospital no es tan incómodo estar esperando en una silla de hule duro, escuche como llora y termina sollozamdo hasta que dejó de escuchar sus sollozos y la miro; la pobre se había quedado dormida después de haber llorado tanto.

- Señor deben comer un poco- alzó la mirada y veo a John que trae una lonchera en las manos.

- Es mejor dejarla dormir y despierte ya con noticias de su tía, yo comeré después.

- Como usted guste señor.

- John ¿qué dijo mi padre?

- Qué él se encargaba de avisar a las familias y que vendrían más tarde por separado para evitar el amontonamiento de gente en la sala de espera.

- Muy bien -miro la hora y ya han pasado casi seis horas desee que fue ingresada Diana, miro a mi pequeña diosa y la acomodó para que este más comoda y no sufra alguna torcedura pasan poco más de treinta minutos y siento como se estremece el cuerpo de Afrodita y al mismo tiempo llaman a los familiares de Diana y nos ponemos de pie y vamos con el médico.

- ¿Cómo está mi tía? -pregunta desesperada Afrodita.

- Me temo que la metástasis a avanzado más de lo que se había previsto.

Afrodita abre sus ojos asustada- ¿qué quiere decir doctor?

- Me temo que a su tía le queda máximo un mes de vida siempre y cuando este aquí en el hospital si ella se va sólo serán días.

- ¿quiero verla?

- ok, pero sólo por unos minutos.

Seguimos al médico y después Afrodita se pone una bata médica, cubreboca y guantes, era raro que fuera así pero supongo que es para evitar algún virus que pueda llevar, la enfermera la sigue y sólo entra tres minutos y sale con sus ojos llenos de lágrimas.

- Vamos para que descanses - le dije pero ella me miro.

- No yo me quedo.

- En tu estado crees que puedas ayudar a tu tía... - se que mis palabras son duras pero es la realidad ella me da una mirada de enojo pero sigo hablando- no eres médico y también tu estado mental no está bien tendremos mañana por la mañana.

- No yo me quedo -dijo con firmeza sabía que sería difícil hacerla salir de aquí pero debo persuadirla.

- eres tan obstinada.... pero esta bien más tarde vendrá mi padre, por mientras vamos a que comas un poco.

- No tengo hambre.

- Entonces no te dejaré quedar.

- ¿Quién te crees que eres para decidir por mí?

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