Matrimonio de primera romance Capítulo 148

Yadira y Fidelio compraron muchas cosas en el supermercado.

La mitad de ellos eran snacks escogidos por Fidelio.

En sus palabras, las vacaciones de invierno estaban a punto de llegar y estaban para disfrutarse.

Al cobrar, Yadira sacó su billetera y Fidelio lo presionó, -¡Cómo va a pagar una mujer si va de compras con un hombre! ¡Lo pagaré yo!.-

Yadira, -…-

Antes vivía en su casa alquilada, cuando comía y bebía de lo suyo, ¿se le olvidó de que era un hombre?

El dinero de Fidelio era ganado haciendo los deberes de la gente o jugando al videojuego, lo había ahorrado con dificultad. Yadira estaba reacia a gastar su dinero, pero no podía con su insistencia.

Fidelio en la pubertad era delgado como un mono, pero tenía mucha fuerza detuvo bruscamente a Yadira y lo pagó él mismo.

Yadira no tuvo más remedio que darse por vencida. De todos modos, no llegaba a los cien euros, podría comprar algo para Fidelio más tarde.

...

Por la noche.

Tan pronto como Yadira llevó la comida preparada a la mesa, vio a Delfino entrar al comedor desde el exterior con una mala expresión.

Yadira preguntó, -¿Qué pasó?-

-El tío me dijo que iban a hacer una cena el club Dorado la noche siguiente, quiere que vayas tú también.- No sabía por dónde salió Fidelio, y respondió directamente a la pregunta de Yadira.

Yadira le dio a Fidelio una mirada dudosa y le preguntó a Delfino, -¿Qué cena?-

Delfino no habló y se sentó a la mesa.

-¿No quieres ir?- La expresión de Delfino expresó plenamente su disposición a no ir.

Fidelio se inclinó hacia su oído y le susurró, -El primo no quiere ver al tío.-

Yadira sabía un poco sobre las razones de por qué la relación entre Delfino y su padre Horacio no era buena.

La razón estaba obviamente relacionada con la madre de Delfino.

En cuanto a los detalles, Yadira tampoco comprendía del todo.

De vuelta en la habitación, Delfino todavía tenía una expresión distante.

Yadira se acercó y lo ayudó a desatarse la corbata, -No vayas si no quieres ir, no te va a obligar.-

Delfino se inclinó ligeramente para igualar la altura de Yadira para que pudiese desatar su corbata.

Sin embargo, mientras se inclinaba, un par de brazos sujetaron su cintura posesivamente.

Yadira lo miró sin palabras, -¡Suéltame!-

Delfino no solo no la soltó, sino que deslizó por su espalda aprovechando la situación, -Ya que me has desatado la corbata, ¿por qué no me quitas la ropa también?.-

Yadira lo empujó, -¡En tus imaginaciones!-

-Entonces te lo quitaré yo-, dijo Delfino, sus largos dedos se deslizaron desde la parte posterior de su cuello hacia delante.

La habitación estaba lo suficientemente caliente por el radiador, y Yadira solo llevaba una camisa desde que entró. Los dedos de Delfino se deslizaron por el escote de su camisa, desabotonándola con un movimiento suave.

Yadira sintió que el hombre que estaba delante de ella era tan desvergonzado que nadie pudo vencerlo.

...

Sábado noche.

Yadira estaba sentada en el sofá del salón y frente a ella había una fila de maquilladores y estilistas.

Un poco más atrás había una hilera de vestidos.

-¿Quién os había enviado?-

-Es el señor Delfino.-

Aunque sabía en su interior que nadie enviaría estas cosas excepto Delfino, pero a pesar de eso se sentía un poco irritable.

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