Matrimonio de primera romance Capítulo 209

Noela envió a Yadira el emoji de “indiferencia”, -Lo digo en serio. Ahora estás soltera de todos modos.-

Cuando Noela dijo eso, Yadira recordó lo del certificado de matrimonio.

En él hubo los nombres de Delfino y Perla.

Después de casarse con Delfino, no había visto su certificado de matrimonio hasta ahora, en que ni ella ni Delfino sabían quién eran los nombres.

Y la foto fue enviada a Perla por Jaime.

Perla aparecía como una víctima. A pesar de lo que hubiera hecho o lo desordenada que fuera su vida personal, mientras siguiera siendo la esposa legal de Delfino, Yadira estaba destinada a ser una “amante”.

Cuando Noela terminó de hablar, reaccionó a lo malo que dijo.

-No, me refiero a... - intentó explicar Noela.

-Está bien.- Yadira respondió.

Tras colgar el teléfono, Yadira fue a buscar a Delfino.

Él no fue a trabajar sino que estaba muy ocupado con los asuntos de Yadira.

El primer día fue la noticia de la salida del armario de Apolo y el segundo, el anuncio de una relación entre dos famosas estrellas de la industria del entretenimiento.

Ya era el tercer día. Las noticias que habían surgido en estos dos días básicamente habían desviado la atención de los internautas y casi no había nadie hablando de Yadira.

Y todas eran las estrellas del Grupo Auge.

Yadira conocía bien que esto era hecho por Delfino.

La noticia fue cubierta y lo único que quedó fue la licencia de matrimonio.

Perla lo pasó mal estos días, cerrada en casa por Evelio Jimenez, que no la permitió salir ni ver a Jaime.

Evelio era una persona estricta y comprendía muy bien la naturaleza de Perla.

Si Perla se dejara salir en este lío, era seguro que fuera a los medios de comunicación a decir tonterías.

Ahora solo quería la paz del Grupo Jimenez, no volviendo a provocar a la familia Dominguez.

...

La puerta del estudio de Delfino no estaba bien cerrada, así que Yadira la abrió con un suave empujón.

Antes de que pudiera entrar, escuchó el rugido furioso de Delfino procedente del interior.

-¿Realmente crees que no sé que tuviste algo que ver contigo lo que le pasó a mamá entonces? ¿Qué cosas vergonzosas has hecho para complacer a Evelio? ¿Y ahora te metes hasta con mi licencia de matrimonio?-

Solo había una pequeña lámpara de escritorio encendida en el estudio y Delfino estaba de pie en las sombras, con la voz fría.

De repente, notó algo y miró hacia la puerta, viendo la esbelta figura de Yadira de pie junto a la puerta.

Hizo una pausa y colgó el teléfono enseguida.

Yadira se acercó y dijo, -He venido a preguntar por la licencia de matrimonio.-

Delfino intentó recuperar la calma, reprimiéndole la ira y dijo con voz suave, -No tienes que preocuparte por este asunto.-

-Solo quería saber qué está pasando exactamente.- Yadira respondió con los pensamientos complicados en este momento.

De hecho, le gustaba Delfino en su corazón.

Después de saber que ella y Delfino no tenían un certificado de matrimonio, le sorprendió una especie de alegría inexplicable.

Sin ella, no era una pareja legal. De modo que si algún día quería dejar a Delfino, sería libre de hacerlo.

Delfino era un hombre tanto insondable como peligroso. Una vez que eligiera casarse con él, contaba con una conciencia que se lanzó a aventuras.

Sin embargo, tan repentinamente, tuvo un camino de vuelta...

Delfino la miró fijamente con sus ojos oscuros.

Al principio, Yadira se quedó mirando a Delfino, pero gradualmente tuvo un sentimiento de debilidad bajo su mirada, como si él ya hubiera conocido los pensamientos de su corazón.

Yadira giró la cabeza tímidamente, -No pasa nada si no quieres hablar de ello.-

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