Matrimonio de primera romance Capítulo 246

Delfino llegó a la habitación de Alejandro.

El sirviente que quedó fuera de la habitación, cuando vio a Delfino, se inclinó respetuosamente y le llamó, -Señor.-

Luego, le ayudó a abrir la puerta.

Al entró, el sirviente cerró la puerta.

Alejandro aún sentaba en el sofá, con la cabeza apoyada en la espalda del sofá. El programa fue óperas tradicionales, con voz no muy alta.

Al Delfino acercarse, descubrió que abuelo ya estaba dormido.

Delfino aún no produjo nada sonido, pero Alejandro bruscamente abrió sus ojos. Los ojos fueron agudos y tenían algo turbio fugaz.

Miró firmemente a Delfino, quien estaba ahora frente a él. Parecía que algo le asustó y sus pupilas bruscamente disminuyeron.

Sin embargo, rápidamente se recuperaron claros y brillantes.

-Has llegado.-

Su voz fue un poco ronca. Al Delfino oírlo, no creía en que las palabras que abuelo dijo fueran decir a él.

Delfino sentó frente a Alejandro con ceño fruncido, observando a Alejandro cuidadosamente.

Recordó el estado de Yadira de que quería decir algo pero no atreverse. Ahora vio la situación de Alejandro y entendió razones.

Él podía hacer lo que quería por su capricho y Alejandro trataba de él con paciencia y cariño. El principal motivo fue que Alejandro creía que Delfino fue clavado a él mismo. Por eso naturalmente le dio más mimo y no le importaba lo arrogante de Delfino.

Alejandro siempre estaba inteligente, sabio y hábil. Nunca les mostró su fragilidad frente a los demás.

Con mucha frecuencia Delfino veía al abuelo que llenaba de autoridad y majestad. Ahora al ver que Alejandro estaba tan obviamente cansado y frágil particularmente de los viejos, Delfino se sintió muy sorprendido.

Delfino frunció el ceño con más fuerza y le preguntó directamente, -¿Qué te pasa?-

Los dos, Alejandro y él, fueron como buenos amigos a pesar de la gran brecha de edades, en muchas ocasiones, en lugar de abuelo y nieto.

Aunque anteriormente Alejandro no le permitió que investigara el asunto sobre su madre, algo que le dejó que estuviera un poco alejado de Alejandro, en su corazón cuidaba siempre a Alejandro.

Alejandro no le permitió que investigara el asunto de su madre, lógicamente con sus propias razones, pero ese asunto en absoluto estaba relacionado con Alejandro.

-Mañana es la Nochebuena. Al pasar ese día, aumentaré un año más. Ahora vivo un día y me acerca la muerte un día. Por eso quería decir más contigo.- Alejandro le miró, con ojos que no se podían observar su humor.

La forma de hablar de Alejandro le dejó a Delfino molestar un poco, y le dijo con impaciencia, -Dime directamente si tienes algo que decirme.-

Alejandro no se puso enfadado ni cambió su cara por la impaciencia de Delfino, sino le dijo sonriendo, -Entre los descendientes de nuestra familia, Fidelio y tú son los más honestos y sinceros. Sin embargo, la excesiva honestidad y sinceridad no es provechoso para sacar éxitos considerables.-

-Yadira es tan menor y sus caracteres son muy diferente contigo. Si bien es una chica buena, pero creo que no es apropiada para ser tu mujer…-

Veía que Delfino empezó a enfadarse por esas palabras. Alejandro le dijo con una sonrisa, -Aún no he terminado de hablar. ¿Por qué tienes tanta prisa?-

Delfino no le contestó, se apoyó en el sofá y esperó sus palabras continuas.

-Ella tiene una buena paciencia. Le he dejado acompañarme a ver los programas de óperas tradicionales, sin impaciencia alguna. Sincera, hermosa, si fuera joven yo y viera a una mujer tan guapa, también caería en enamorarse profundamente.-

La primera mitad de esa frase estaba bien, pero Delfino creía que la última estaba un poco extraña.

Delfino movió sus cejas y le dijo con la cara fría, -Abuelo, di con seria.-

Alejandro frunció el ceño, batió al sofá con gran fuerza, indicó a Delfino y le dijo, -Chiquito, de todo modo, yo soy tu abuelo. En tu infancia te abrazaba. Incluso no te castigué cuando orinaste en mi cuerpo y mojó mi ropa. ¿Ahora tienes tu mujer y no me amas ni me respetas? Si tienes el coraje, ¿puedes decir así frente a Yadira?-

Delfino movió su cabeza y le dijo cómodamente, -Ella es una chica pequeña. Debes cederla. ¿Quieres comparar con esa chiquita y tú ya tienes tantos años?-

Alejandro estaba tan enfadado que cogió directamente el mando de televisión sobre la mesilla y lo arrojó hacia Delfino.

Delfino no pudo evitarlo y fue golpeado fuertemente por ese mando a distancia. Tomó un respiro de dolor.

Delfino presionó el lugar dónde fue golpeado por el control remoto, -¿A causa de puedes vencerme en palabras, me das la violencia?-

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