Matrimonio de primera romance Capítulo 260

Yadira se emocionó con las palabras de Fidelio y le dio una palmadita en el hombro, -Estoy bien.-

Ella pensó para sí misma, “¿Qué podría haber hecho si me hubiera quedado en casa durante los últimos días sin hacer nada más que comer y dormir?”

Fidelio sonrió, -Bueno. Aunque pase algo, Delfino te protegerá.-

Fidelio no sabía lo que Delfino había dicho en el hospital ese día.

Yadira sonrió de mala gana.

Ella tenía algo que decirle a Delfino, pero no podía hablar de ello con Fidelio allí.

Delfino y Fidelio llevaron a Yadira al hospital.

El guardaespaldas que llevó a Yadira al hospital todavía estaba esperando allí.

Delfino le ordenó fríamente, -Envía a señora Yadira a casa.-

Yadira se paraba porque tenía algo para decir.

Fidelio era un observador. Él notó que Yadira quería hablar con Delfino por eso dijo apuntando al hospital, -Entro primero.-

Él se fue después.

Al confirmar que no había nadie alrededor, -Delfino, en la Nochebuena, vi a Sonia y tu padre entrar al cuarto, pero salieron muy pronto. Pienso que hay secretos entre ellos.-

Delfino se sacudió de la mano de Yadira y dijo con impaciencia, -¡Basta ya!-

-¡Delfino Dominguez! Todo lo que digo es verdad.- Yadira se rascó el pelo con fastidio, -Confía en mí.-

-¿Por qué debería creerte cuando todavía estás bajo sospecha?- el rostro de Delfino estaba muy frío, -Además, ellos son mi tía y mi padre. ¿Indicas que ellos conspiraron para matar al abuelo y luego hicieron las pruebas falsas para sindicarte? ¡Eso es ridículo!-

-¡No!- Podía que lo hubiera querido decir ella, pero no lo había dicho.

La expresión de Delfino se cambió por un momento, pero se recuperó rápidamente.

Él miró fijamente a Yadira y dijo con amenaza, -¿No es eso lo que vas a decir? Mi tía Sonia y papá son hijos de mi abuelo y que van a perjudicarlo?-

-¿No dijiste antes que había una conexión entre el asunto de tu madre y la gente de la familia Dominguez? Y ahora...-

Delfino no le dio la oportunidad de ella seguir hablando y la metió directamente en el coche sin emoción y le dijo, -No quiero escuchar estas palabras.-

Con eso, él cerró la puerta del coche con frialdad y se dio la vuelta para marcharse.

A través de la ventanilla del coche, Yadira le observó dirigirse al hospital sin mirar atrás.

Desinflada, ella se recostó en el coche, apretando el puño y golpeando con fuerza el cojín que tenía a su lado.

Era muy difícil adivinar lo que pasaba por su mente.

¡Era muy difícil!

Incluso Fidelio había dicho que Delfino la protegería.

Sin embargo, lo que ella quería saber ahora era lo que había en la mente de Delfino.

De lo contrario, siempre se sentiría inquieta.

Y la actitud de Delfino fue siempre tan fría, ocultando todo.

Ella no podía adivinar lo que estaba pensando, y con su actitud fría, Yadira no sabía cómo iba a confiar en él.

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