Matrimonio de primera romance Capítulo 263

El hospital estaba en las afueras. Yadira arrancó conduciendo hacia andurriales.

No había muchos coches allí. Delfino la adelantó justo delante. Cruzó su coche en medio de la carretera y detuvo el coche de Yadira.

Yadira frenó y detuvo el coche, pero no salió del coche.

Delfino se acercó y trató de abrir la puerta, solo para descubrir que estaba cerrada con un candado de seguridad y no se abría en absoluto.

-¡Yadira, baja del coche!- Delfino dio dos fuertes golpes en la puerta del coche.

Yadira miró a Delfino, bajó un poco la ventanilla y llamó a 122 delante de Delfino.

-Estoy en la calle león al sur de la ciudad y hay un coche en medio de la carretera...-

Antes de que Yadira pudiera terminar sus palabras, Delfino metió la mano y le arrebató el móvil.

Él colgó enseguida antes de decir con voz fría, -Baja.-

Yadira enarcó las cejas y abrió la puerta para salir del coche.

Nada más salir del coche, Delfino estuvo a punto de cogerle la mano.

Yadira intuyó el movimiento de Delfino con antelación y, con un ligero paso atrás, ella evitó la mano de Delfino.

La expresión de Delfino cambió al instante y parecía que la temperatura a su alrededor bajó varios grados en un instante.

Yadira dijo en tono tranquilo, -Vamos a romper.-

Al principio ella pensó que se casó con Delfino. Entonces pasó el asunto y sabía que el contrato matrimonial estaba a nombre de Perla y Delfino.

Más tarde, Delfino y Perla se divorciaron. Él quiso empadronarse con Yadira, quien no dijo que sí, sino que lo había estado postergando.

La intuición femenina es realmente lo más sorprendente de este mundo.

Ella no sabía entonces por qué había estado posponiendo el registro, pero ahora había una explicación razonable.

Delfino entrecerró los ojos y su expresión se volvió inusualmente peligrosa, -Repite eso.-

-De todos modos, ahora no confías en mí. He estado encerrada como un prisionero por ti todos los días. Solo puedo sentarme y esperar a que vosotros los Dominguez me condenéis. Estoy harto.-

Yadira se volvió más firme, -Está bien si no me crees, entonces nos separamos. Puedo ir a buscar pruebas para demostrar mi inocencia.-

-¿Quieres alejarte de mí?-

Delfino se burló, -Ni por soñación.-

La cara de Yadira palideció. Al segundo siguiente, todo su cuerpo fue recogido y metido en el coche por Delfino. Y luego él subió el coche, y arrancó el coche hacia delante.

Ella no era rival para Delfino en cuanto a la fuerza física.

Yadira cerró los ojos. Estaba un poco cansada, luego los abrió de nuevo y dijo fríamente, -Nos separamos o me dices exactamente lo que quieres hacer.-

Delfino no le prestó atención, sino que siguió conduciendo en silencio.

Yadira esperó un rato. Hasta que estuvo segura de que Delfino no le iba a responder, giró la cabeza para mirar hacia la ventana.

Delfino la envió directamente al chalé.

Esta vez, Delfino había unido más hombres al chalé.

Muchos guardaespaldas lo rodeaban como un muro de ladrillos.

Yadira se asomó al balcón del segundo piso y observó con frialdad cómo Delfino daba órdenes a sus guardaespaldas en el patio.

Como si sintiera la mirada de Yadira, Delfino miró hacia ella.

Yadira se dio la vuelta y volvió a la habitación.

Todavía hacía un poco de frío durante el primer mes del año.

Ella volvió a su habitación y se acurrucó en el sofá con una manta, usando su ordenador y arreglando su guion.

La puerta de la habitación no tardó en abrirse.

Yadira no levantó la cabeza, pero el sonido de los pasos de la persona indicaba que era Delfino.

Delfino se puso delante de ella, -Estoy muy ocupado últimamente, así que tienes que cuidarte.-

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