Yadira miró al bebé entrecerrando los ojos.
Se dijo que los bebés recién nacidos fueron arrugados y feos. Sin embargo, su hija no así.
El médico a un lado no pudo evitar decir, -Es una niña linda.-
Yadira sonrío frunciendo los labios y cerró los ojos débil.
Cuando se despertó, ya era de noche.
Las luces llenaron de la sala.
Estaba perpleja un rato, pues, se hallaba lúcida totalmente.
Fidelio estaba acompañándola a un lado. Vio despertarse, se la acercó pronto, -Estás despierta.-
Yadira no dijo nada, solo se lo fijó.
Fidelio frunció el ceño , -Siempre no ha contestado.-
Los ojos de Yadira se oscurecieron por la desesperanza.
-¿Señora, quiere tomar agua?- se acercó la sirvienta a un lado.
Yadira asintió con la cabeza, bebió un poco de agua, miró alrededor en la sala y no había visto a la niña. Se volvió para preguntar a la sirvienta, -¿Dónde está el bebé?
La sirvienta respondió, -El niño empezó a llorar hace un momento, así que se la lleva por miedo de molestarle".
Tras escuchar, frunció levemente el ceño, -Quiero verla-
-Sí.-
No tardó mucho, se la trajo.
Yadira se apoyó en la cabecera de la cama y recibió al bebé.
Ya se estaba dormida la niña. Tenía una cara arrugada y grande como la palma. Pareció... pareció no igual a lo que había visto.
Yadira observó al bebé detenidamente. Más seguro que el bebé no tenía ningún lugar como ella o Delfino.
Después de un rato, bajó al niña y dijo con el rostro pálido, -Este no es mi hijo.-
-¿Qué significa?- Fidelio se acercó y miró al bebé.
"¿No fueron iguales los bebés?" él pensaba.
En ese momento, hubo un ruido afuera, -¿Adónde han llevado a mi hijo? Voy a demandarles. No dejaré de...-
Yadira mandó a la sirvienta, -¿A ver qué pasa?-
Al abrir la puerta, volvió a sonar la voz de aquella mujer.
Seguramente, su hijo ya había desaparecido.
Yadira miró al bebé acostado en la cama y halló una etiqueta con el nombre del bebé en la ropa del bebé.
-Fidelio, la invita a la mujer a venir.- Yadira alargó la mano y tocó la etiqueta.
A Fidelio le pareció tan anormal Yadira. Estaba un poco preocupado pero dijo, -Sí.-
Esa mujer llegó pronto.
La preguntó Yadira, -¿Cómo se llama tu hijo?-
Dijo un nombre mismo en la etiqueta. Yadira dijo con voz temblorosa, -Mira si este es tu hijo...-
Esa mujer se acercó y lo miró. Lloró sonriendo y dijo, -Sí, es mi hijo. Tienes una mancha negra de nacimiento en la planta de pie.-
Dijo mostrando el pie a Yadira.
Aunque no le mencionó la mancha de nacimiento en la planta de pie, supo que no fue su hijo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera