Matrimonio de primera romance Capítulo 306

Perla Jimenez asistirá al casting de Ciudad Abandonada porque seguramente que no sabía que la guionista de Ciudad Abandonada era Yadira Jimenez. Aunque después de lo que había pasado durante estos dos días, Perla ya debería de saberlo.

Cuando volvía de Ciudad de Cine, una furgoneta se detuvo delante de ella.

La puerta del automóvil se abrió y bajó Perla con sus gafas de sol puestas.

En pleno agosto, Perla llevaba una cazadora de cuero, toda una víctima de la moda.

Con los brazos cruzados, la barbilla ligeramente levantada y una mirada por encima del hombro se acercó a Yadira diciéndole, -Me comentó tu madre que también estabas en el Ciudad del Cine.-

Yadira no dijo nada, solamente la miró.

Perla se irritó tras ver a Yadira ignorarla por completo. Sin embargo, después se acordó de su intención y se lo tuvo que aguantar.

-Has escrito tu Ciudad Abandonada?- le preguntó.

-Sí.- contestó Yadira con ganas de saber qué era lo que tramaba.

-Me imagino que te llevarás bien con el productor de Ciudad Abandonada, ¿cierto?- dijo quitándose las gafas de sol. -Me gustó este guion. No necesariamente me tienes que dar el papel de la protagonista. Me vale con el papel secundario. Así que, si me la das, quedará solucionado todo lo que pasó. De esta manera, podrás también regresar a la familia Jimenez.

-¿Cómo que quedará todo solucionado? ¿Acaso te debo algo?- dijo Yadira haciendo una mueca. -. Y en cuanto a regresar a la familia Jimenez, ni aunque me lo rogaras no voy a volver.

Perla no se esperaba que Yadira fuera tan desagradecida.

Se enfadó tanto que se puso pálida. -Esta es la última oportunidad que te doy. Ya que vives sola, te doy la oportunidad de regresar a la familia Jimenez y ¡no estás nada agradecida por ello!

¿Acaso Yadira no sabía lo que pensaba Perla?

La oportunidad de la que hablaba Perla no era nada más que Yadira regresara a la familia Jimenez y continuar siendo la mandada de antes por Perla.

Ciertamente, Perla jugó buenos movimientos con las fichas de su plan. A pesar de eso, Yadira no caería en su trampa como una tonta.

-Pues así de desagradecida soy, mejor dale la oportunidad a otra persona.-

-Eres…-

Yadira lo dejo pasar y directamente se fue.

Yadira conocía bien a la gente de la familia Jimenez y sabía que Perla no iba a dejarlo pasar tan fácilmente.

Como era de esperar, Henrico Jimenez la llamó al día siguiente.

La única virtud que Henrico poseía probablemente fuera que tenía un cariño infinito hacia sus hijos.

Por supuesto, excepto Yadira.

-Ya que has vuelto a la Ciudad Mar, ¿no pasarás por casa?- dijo Henrico sin tener en cuenta la noticia de que Yadira disolvía la relación con su padre, como si hubiera perdido la memoria.

Yadira tampoco tenía la intención de dejar que Henrico la enredara así por así, ella le recordó, -Ya que al Señor Henrico se le ha olvidado, déjame recordarle que hemos disuelto nuestra relación de padre e hija.-

Henrico no tuvo en cuenta en absoluto las palabras de Yadira y dijo, -Si deseas volver a la familia Jimenez, yo estaré dispuesto a hacer borrón y cuenta nueva.-

Yadira quiso reírse cuando lo escuchó.

-¿Qué te he hecho de malo para que quieras hacer borrón y cuenta nueva?-

“Nunca entenderé qué es lo tienen en la mente la familia Jimenez” pensó Yadira.

Estaba claro que era ella la que había sido utilizada y también había sido la víctima durante todo este tiempo.

Sin embargo, cuando las palabras salían de la boca de la familia Jimenez, se convertían en que ella les había hecho algo malo y que eran ellos los tienen un corazón magnánimo que la dejarán regresar a la familia Jimenez.

Henrico abajó la voz y dijo -Tú sabes muy bien lo que has hecho. De todos modos, nosotros, la familia Jimenez hemos tenido la labor de criarte, ahora es tu turno de saber agradecer.-

-Señor Henrico, será mejor que tenga una visita en el hospital con el psiquiatra para que le miren si es que le sucede algo en la cabeza.-

Yadira colgó el teléfono en cuanto terminó estas palabras.

Después de que se sirviera un gran vaso de agua y de que diera un profundo suspiro, se sentó en el sofá.