Matrimonio de primera romance Capítulo 62

Los ojos de Delfino estaban fijos en ella, con escrutinio y seriedad no dejaba escapar ninguna expresión sutil en su rostro.

Se miraban mutuamente, ninguno dijo ni una sola palabra, como si fuera una competencia silenciosa.

Al final, Yadira apartó la mirada primero.

¿“Fidelio” era Delfino?

Pensándolo de cualquier forma, le parecía muy absurdo eso.

Delfino miró las expresiones cambiantes en su rostro y supo que había dicho las cosas demasiado abruptamente.

Retiró la mirada, tomó un sorbo de agua con calma y dijo sin prisa, -Si te digo que no, ¿me creerías?-

Yadira se dio cuenta de su tono en broma y se sintió aliviada, -Por supuesto que no, ¿de verdad te crees que soy tan tonta?-

Delfino dijo a la ligera, -No, qué va.-

No creía que era tonta, sino que era tonta sin más.

Después de comer regresaron al dormitorio. Yadira seguía pensando en lo que dijo “Fidelio”.

No había convivido con “Fidelio” durante mucho tiempo, pero la arrogancia y altivez en su ser no le permitiría nunca ser manipulado por otros como para casarse con una mujer que no le agradaba.

Sin importar que fuera Perla o ella quien se casó, ellos podían averiguar sus identidades de cualquier modo.

Jadira era “fea y estúpida” en ese momento, Perla tenía su vida privada hecha un caos, salía con sus amigos por allí en pleno semestre, así que ninguna de ellas era una buena opción.

Si “Fidelio” era realmente Delfino, no necesitaba aceptar esa injusticia de casarse con ella o Perla.

Además, Delfino era una persona con discapacidad, y en comparación su indiferencia hacia Yadira era más auténtica y creíble.

Con ese análisis, Yadira se calmó y llevó la ropa al baño.

Al salir de la ducha, escuchó sonar el teléfono.

Cogió la llamada sin mirar quién había llamado.

-¿Te escabulliste hoy del trabajo?-

Yadira se quedó sorprendida por un momento con la voz severa de Henrico. Luego puso el manos libres y dejó el teléfono sobre la cama. Mientras se estaba secando el cabello dijo, -Me volví a casa nada más salí esta mañana. Y te enteras de que falté al trabajo ahora que ya es de noche, qué eficacia tienen tus noticias, papá.-

Seguro que el hombre que le acompañó a hacer el estudio comercial esa mañana era alguien enviado por Pietro para vengarse de ella.

Porque si no, con lo mucho que le gustaba a Perla molestarla, ¿cómo habría podido esperarse hasta la noche para contárselo a Henrico?

Probablemente Perla también se había involucrado en ese asunto, tal vez después de confirmar que ese hombre no tuvo éxito, fue a chivárselo a Henrico.

Perla realmente anhelaba fastidiarla a toda costa.

¡Todavía no había saldado las cuentas con Perla sobre el asunto del Club Violado de la última vez!

Ese día cuando estaban en la oficina de Henrico, dijo que Perla había ido al Club Violado de nuevo a propósito para averiguar si Perla de verdad había ido al Club Violado ese día.

Aunque el cerebro de ese asunto no podía ser nadie más que Perla, necesitaba verificarlo una vez más.

Henrico no sabía nada sobre lo que le había sucedido a Yadira hoy. Así que al escuchar su tono arrogante, la ira en su interior se hizo más fuerte, y gritó en la llamada, -¡Yadira! ¿Te crees que siendo la señora de la familia Dominguez no puedo controlarte?-

El tono de Yadira era perezoso, -Qué va, si quieres controlarme puedes hacerlo en cualquier momento.-

Sin embargo, desde que era pequeña, Henrico no se había preocupado nunca por ella, solo le echaba un vistazo cuando quería sacarla provecho.

Las palabras de Yadira dejaron a Henrico sin saber qué decir durante un rato, luego dijo varios “bien” con voz fría, -¡Bien, bien! ¡Hablaré contigo el lunes en la empresa!-

Dicho eso, colgó el teléfono.

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