Matrimonio de primera romance Capítulo 76

Delfino no habló más.

Yadira le dio a Salia una mirada burlona, luego se dio la vuelta y salió.

Antes de que Salia entendiera lo que estaba pasando, Xulio ya se había acercado a ella, -señora Salia, por favor...-

Xulio asintió levemente, levantó la mano e hizo una acción de “por favor”, que claramente empujaba a Salia a salir.

Salia siempre era cobarde, sabía la grabación era falsa y sentía vergonzosa en ese momento, bajó la cabeza y salió.

Cuando llegó a la puerta y vio a Yadira, la estaba mirando directamente, apoyada por la puerta.

Salia vaciló y dio un paso adelante, -Yadira, tú...-

-¿Te importa si me llevas?- El rostro de Yadira estaba frío.

Tal Yadira era muy extraña para Salia, pero ella aún asintió.

...

En el auto, Yadira y Salia estaban sentadas juntas en el asiento trasero.

Yadira dijo con cara fría, - ¿Perla te pidió que vinieras? -

En el tono frío de Yadira, había una sensación de opresión, que silenció el “no” de Salia, -fue ella. -

-¿Recuerdo lo que dijo antes? ¿Dijo que alguien era obediente como una perra?- Yadira frunció los labios y sonrió como un demonio.

El rostro de Salia se puso pálido, y todavía estaba tratando de explicar por Perla, -Solo estaba confundida por un tiempo. Me trata bien, Yadira, creo que Delfino confía en ti. Debáis llevaros bien, ¿verdad? No pelee con tu hermana que la haga infeliz, obedécela, ella está tan enojada por tu asunto y come menos…-

Yadira apretó las manos y le gritó de repente, - ¡Basta! -

Yadira nunca le había gritado a Salia, ella estaba atónita.

Los ojos de Yadira estaban rojos, pero no había lágrimas en sus ojos.

Estaba tan histérica frente a Salia por primera vez en su vida.

-¡Incluso si nunca me tratas como a tu hija biológica, al menos me trata como un ser humano! Yo también tengo un corazón, estoy triste por tu tratamiento. ¡Soy una persona! ¡Tengo sentimientos, también me siento triste!-

-Lo sé...- Salia estaba asustada por el tono de Yadira, pero aun así dijo, -No es fácil para mamá estar en la familia Jimenez durante tantos años. Solo quiero que me ayudes...-

-Entonces, ¿es tan fácil para mí estos años? Desde la infancia, nunca me has comprado una prenda de vestir y vestía las ropas viejas de Perla o de las sirvientas. Siempre comía las galletas y frutas sobrante de Perla, incluso ahora, fui obligada a casarme con Delfino, todavía no me dejes ir...-

Yadira cerró los ojos, levantó la cabeza para que no cayeran las lágrimas y le gritó al conductor, -¡Para!-

Salia vio que quería bajar el auto y la agarró rápidamente, -Yadira, no bajes, escúchame...-

-¡Vete!- Yadira sacudió du mano con fuerza, -¡No me toques!-

Temía que, si miraba más a Salia, haría cosas demasiadas.

El odio y el disgusto en los ojos de Yadira obligaron a Salia a soltar su mano abruptamente, y no se atrevió a decir nada más.

...

El lugar donde se bajó Yadira no estaba lejos del Grupo Jimenez.

Yadira caminaba hasta la compañía a pie.

Aunque la Ciudad Mar estaba en el sur, las cuatro estaciones eran distintas, en ese momento la temperatura exterior era de sólo cuatro o cinco grados grados y el viento dañaba la cara.

Pero este tipo de dolor no equivalía a una décima parte de su corazón.

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