Matrimonio obligado romance Capítulo 5

El rostro de su madre era una mezcla de angustia, dolor, decepción y Lacie no sabía qué hacer, tampoco qué responder, así que siguió callada mientras gruesas lágrimas rodaban por su mejilla.

—¿Quién te hizo esto? Dime ¿Te obligaron? ¡Por Dios Lacie, debes decirme la verdad! ¡Soy tu madre! Y tengo derecho a saber qué ocurrió —La madre de Lacie levantó el tono de voz y comenzó a gritarle— ¡Maldita sea! No te quedes callada, la única explicación es que te violaron.

Lacie miraba a su madre y sabía que mentirle sería peor, pero, al mismo tiempo, decirle la verdad haría mucho daño, vio las paredes de su habitación rodeada de imágenes de Renaldo y una sensación de angustia se instaló en su estómago, conocía a sus padres y temía que pudieran hacerle daño… realmente todo fue una confusión, se armó de valor y habló con su madre.

—No te mentiré —dijo finalmente Lacie con tristeza—, si estoy embarazada.

Maya, la madre de Lacie, se tapó la cara con las manos y parecía no poder creerlo o no quererlo aceptar; sin embargo, cuando se calmó un poco le dijo.

—¿Quién es? Dime ¿Qué desgraciado se aprovechó de ti? ¡Eres una niña! Eso fue lo que buscaste visitando a tu hermana… le dije a tu padre que no te dejara ir a Roma… porque eres una niña muy tonta Lacie, piensas que la gente es buena y no lo es, la gente es malvada, envidiosa. ¡Eres mi niña chiquita! Y ahora alguien te hizo daño —sollozó, y en ese momento entró su padre.

—¿Qué pasa Maya? ¿Por qué estás llorando? ¿Le pasó algo a la niña? —preguntó asustado mirando del rostro de su esposa al de su hija, ambas angustiadas.

De pronto Maya se acercó a Lacie y la tomó por los brazos, cuando se le vino a la mente una idea.

—Te conozco Lacie, sé qué no eres una niña atrevida, a pesar de tu amabilidad con todos, yo no he criado a una loca… el único que pudo haberte seducido es Renaldo Ferrari… fue ese maldit0 quien se aprovechó de ti —dijo la mujer indignada—. Arion debes denunciarlo ¡Debe ir preso! ¡No me importa que tan Ferrari sea! Ese desgraciado debe pagar, violó a nuestra hija.

—Dime Lacie, ¿Él te violó? —como ella se quedó callada, Arion explotó— No lo voy a mandar a la cárcel, ¡Lo voy a matar con mis propias manos! Ese desgraciado se atrevió a abusarte, juro que no volverá a respirar.

Lacie se sorprendió, siempre había conocido a lo largo de sus años una versión de su padre dulce, cariñosa, por lo cual esta que se estaba presentando frente a ella no la conocía, sintió temor y más porque su madre seguía llorando y despotricando en contra de Renaldo y sabía que su padre siempre terminaba complaciendo a su madre en todo, ella era su debilidad.

Pese a ello, no pudo evitar quedarse en Shock, estaba demasiado asustada para hablar, tenía la sensación de que todo lo que estaba ocurriendo le pasaba a otra persona y no a ella, vio cuando su padre tomó su teléfono y habló con Taddeo Ferrari, colocando el celular en alta voz.

—Taddeo Ferrari, esta llamada la estoy haciendo solo por deferencia a Alessandro, a mi hija Fénix y a ti, por ser mi consuegro y sobre todo por considerar que eres un hombre de conducta intachable… pero tu hijo Renaldo tiene una deuda conmigo y voy a cobrársela, voy a presentar una denuncia por abuso sexual en contra de mi hija Lacie —espetó dejando en evidencia su creciente rabia.

«Arion, no sé qué diablos está pasando… pero antes de accionar en contra de mi hijo ven a Roma o si quieres yo voy para allá con Renaldo, y hablamos… si Renaldo es culpable, te juro por lo más sagrado que seré el primero en denunciarlo y ponerme en su contra. Trae a Lacie, por favor» habló el hombre dejando en evidencia su angustia en su tono de voz.

—Ahora mismo salgo para allá con mi hija y mi esposa —dijo Arion, cortando la llamada.

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