Mi amor, por favor regresa a mí. romance Capítulo 12

Cloe

Después de que Matthew quito mis bragas volvió a ponerme encima de su escritorio y abrió mis piernas arrodillándose frente a mi para sumergir su cara en mis pliegues haciéndome jadear. El comenzó dando suaves lamidas a mis labios y al mismo tiempo jugueteaba con mi clítoris, era increíble lo bien que sentía tener su cara entre mi piernas, dándome placer.

En medio de sus juegos mi cuerpo comenzaba a pedirme más, por lo que metí mis manos en su cabello y acercando más su cara a mis pliegues, en una suplica silenciosa para me diera lo que yo necesitaba y el lo entendió, cuando metió uno de sus dedos en mi interior mientras succionado mi clítoris, haciendo que mi cuerpo respondiera totalmente complacido, mis pelones estaban tan duros que dolían y yo no podía dejar de gemir, hasta que vino un fuerte orgasmo haciéndome gritar, para terminar derrumbándome sobre el escritorio.

Había sido realmente asombroso, incluso más de lo que podía recordarlo, era increíble lo placentero que se sentía y mientras yo estaba todavía aturdida por las ráfagas de mi orgasmo, pude escuchar como Matthew desabrochaba su cinturón y se acerca de nuevo a mi para besarme.

Volvía a devorarmee con ansias y yo a él, éramos dos desesperados buscando lo que tanto añoraron y cuando con delicadeza se fue introduciendo en mi interior casi obtengo mi segundo orgasmo, Matthew producía tanto en mi, que ante el yo estaba totalmente indefensa.

El espero un momento que me acostumbrará de nuevo a su grosor mientras no dejaba de besarme y cuando sintió que ya estaba lista sus embestidas eran suaves pero rítmicas y deliciosas.

Pronto empezaron a intensificarse y mis gemidos llenaban la habitación mientras yo clavaba mis uñas sobre su fuerte espalda y cuando Matthew mordió mi cuello me derrumbe gritando su nombre, con deliciosos espasmos en mi interior y el también lo hizo casi al mismo tiempo.

Pero cuando la pasión desenfrenada fue bajando Matthew se separo de mi y empezo a vestirse de prisa sin dejar de negar con la cabeza, parecía furioso con el mismo.

— ¿Qué pasa? — pregunte desconcertada, todavía sentada sobre su escritorio.

— Esto no debió pasar, vístete — dijo sin ni siquiera mirarme y sentí como si apuñalaran mi corazón.

Era desgarrador que hace solo un momento no había ningún odio en su mirada, había tanta pasión, nos estábamos entregando todo el uno al otro y ahora teníamos que volver a esa alineación, a esa frialdad que tanto duele.

Me pare del escritorio aturdida y empecé a reacomodar mi ropa, intentando no llorar, ahora tenia la certeza que esto si había sido un error, lo de Matthew y yo era irreparable.

Ninguno de los dos ya podría volver a confiar en el otro y cada acercamiento solo nos dañaría, como lo había hecho este conmigo, hace un momento me había sentido en el cielo, pero ahora me sentía en un infierno helado.

Después de terminar de acomodarme iba a salir, cuando escuché la voz de Matthew.

— Cloe espera — dijo y yo voltee con la esperanza de que se disculpara, pero esa esperanza se derrumbo al escuchar sus siguientes palabras — tienes que tomarte la pastilla del día después si no te estás cuidando, cometí una imprudencia al no usar preservativo, pero definitivamente no quiero tener un hijo con una mujer como tu.

Al escucharlo no pude evitar que una lágrima traicionera cayera por mi mejilla, esto era lo más doloroso que me había dicho hasta ahora, porque si habíamos tenido un hijo, un niño hermoso que se parecía a él, pero que el al parecer despreciaría por tenerme de madre a mi. Esto dolía demasiado y me hacía sentir tan tonta, por volver a caer para que el me tratara así.

— No se preocupe señor Black, la comprare ya mismo y me la tomo — dije con voz rota mientras intentaba no llorar.

— Voy contigo a la farmacia, necesito ver que te la tomes, no quiero que me pongas una trampa — replico el y yo lo mire incrédula, no podía creer todo lo que estaba cruel hombre era capaz de hacer para humillarme, que estúpida había sido al entregarle mi cuerpo de nuevo.

Yo me merecía este trato, porque después de todos los insultos que me ha dicho fui tan tonta como para volver a entregarme a el, no se que más necesito para dejar de sentir este amor, para olvidar lo por fin.

— Esta bien, entonces vamos —dije tratando de disimular lo destrozada que me estaba sintiendo.

— Ok — dijo el y yo salí primero de esa insoportable habitación en la que ya estaba sintiendo que no conseguía respirar bien.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi amor, por favor regresa a mí.