Mi amor, por favor regresa a mí. romance Capítulo 16

Matthew

— Cloe, ¿segura que estas bien? — decidí preguntarle una vez más, desde que llego no parecía estarlo y ahora solo parecía haber empeorado.

— Si. — contesto sin ni siquiera mirarme y yo no encontraba que hacer, si ella no admitía que se sentía mal, no había nada que yo pudiera hacer, así que solo observe atento a cada uno de sus movimientos mientras limpiaba, hasta que la vi desvanecerse.

— Cloe — grite ansioso antes de correr hacia ella y tomarla en mis brazos, estaba ardiendo.

— Niña tonta, ¿por qué no dices que te sientes mal? — le reproche lleno de miedo al verla así, su fiebre estaba muy alta.

La cargue de prisa y baje con ella hasta mi auto, la deje sobre el asiento y conduje lo más rápido que pude hasta el hospital.

— Necesito ayuda, tiene fiebre muy alta y se desmayo. — grite entrando con ella en mi brazos a la sala de emergencias.

— Déjela aquí señor — me indico una doctora, señalando una camilla que traía un enfermero para llevársela a una de las habitaciones.

— Señor no puede pasar.

— Por favor, solo quiero asegurarme de que esta bien — le pedí, no se porque pero al verla desplomarse frente a mi, me lleno de miedo, no podía soportar que a ella le pasara algo.

— Ella estará bien, déjenos trabajar para bajar su fiebre.

— Esta bien — suspire alejándome de la puerta y sentándome a esperar que me dieran noticias de Cloe.

Esperar sin saber de ella por un rato me estaba volviendo loco, me asustaba el hecho de poder perderla aunque ni siquiera la tenía, pero no podría vivir sabiendo que no la volvería a ver, no podría salir adelante sabiendo que la única persona que me dio amor despues de mi madre, aunque todo fuera un engaño también se iría, porque aunque todo terminara siendo mentira para mí se sintió real, yo todavía la amo y por eso no puedo soportar que le pase nada malo, así sea mínimo.

— ¿Cómo está?— pregunte levantándome apenas vi salir a la doctora.

— Estable, la señorita necesita descansar mucho, tiene anemia y le ha exigido demasiado a su cuerpo, no tiene muy buena salud, así que debe empezar a cuidarse, si quiere puede pasar pero evite despertarla.

Al escuchar las palabras de la doctora me quede ahí, aturdido mientras me sentía culpable, yo fui quien hizo que ella le exigiera más a su cuerpo poniéndola a limpiar la oficina por mi tonto deseo egoísta de pasar tiempo con ella y ahora ella había terminado así.

Además de que ya su cuerpo está débil y tiene anemia, no la ha de haber pasado bien este tiempo y antes pensé que saber que ha sufrido me haría feliz, pero todo lo contrario, me estaba matando imaginar cuanto ha tenido que sufrir como para ni siquiera alimentarse bien, ella no se había cuidado lo suficiente en este tiempo y molestaba no haber estado con ella para cuidarla.

Ahora me daba cuenta de que en realidad yo no quería verla sufrir, nunca lo quise, a pesar de que por momentos la odiaba por todo el dolor que tuve que vivir gracias a ella, también la amaba demasiado y aunque muchas veces era muy duro con mis palabras hacia ella, yo también sufría al decírselas.

Porque aunque yo me negara a quererlo admitir mi amor por ella sigue ardiendo con una intensidad que quema y no va a desaparecer por más que lo intente, seguirá ahí, mezclado con el odio que le tengo, más fuerte y doloroso que nunca.

Cuando por fin volví en sí, pasé a su habitación y ella estaba acostada, luciendo tan frágil, tan hermosa y en calma, yo siempre había disfrutado de verla dormir era algo que me encantaba, porque era tan preciosa en ese momento de vulnerabilidad, transmitiendo tanta paz, pero ahora quería que despertara, quería asegurarme de que estaba bien.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi amor, por favor regresa a mí.