Mi amor, por favor regresa a mí. romance Capítulo 3

CLOE

Ya había pasado un mes desde el día en el que Matthew me había corrido de su casa y aunque con lo que tenia ahorrado me había alcanzado para cambiarme de ciudad y alquilar una habitación en una zona no muy buena y también había logrado conseguir un trabajo hace dos semanas para mantenerme, mi salud desde ese día solo empeoraba.

No se si mi cuerpo me transmitía lo destrozada que estaba mi alma y por eso me sentía así, como si no tuviera suficiente con el enorme vació y el dolor que sentía cada día en mi corazón.

Me mire al espejo y lo que encontré fue un fantasma de mi antigua yo, ojerosa, más delgada y pálida, es que apenas y conseguía comer porque mi apetito no era bueno y cuando lo hacia terminaba vomitándolo todo, era horrible y desesperante, pero solo me quedaba seguir adelante, así que peine mi cabello y me aleje de ese horrible reflejo.

Me di prisa y llegue justo a la hora de entrada, tuve suerte esta vez, ya había llegado tarde dos veces por mis malestares y sabia que no me tolerarían una vez más y aunque este trabajo no era bueno y la paga era horrible, era lo único que tenia para mantenerme mientras encontraba algo relacionado con lo que estudie, no podía perderlo.

— Cloe hoy te toca limpiar a ti sola esta parte, esto es por tus llegadas tardes anteriores —informo mi jefa y yo asentí.

Me puse a limpiar pero a medida que avanzaba mi cuerpo se sentía más pesado, estaba agotada, mareada y con nauseas, no sabia porque mi salud solo empeoraba y no tenia tiempo para pensar en eso, así que solo continué con la limpieza.

— De verdad que no se porque mejor simplemente no la despiden, ni siquiera puede cumplir el horario y cada día se ve peor — resoplo una de mis compañeras mientras pasaba a mi lado, ya yo tenía claro que le caía mal y solo quería provocarme, así que la ignore, pero ella se paro a mi lado.

— Eres realmente patética — espeto mirándome con ojos burlones y empujó el bote de agua a mis pies, no podía creer lo que ella estaba haciendo y toda la rabia emergió en mi, ya había tenido un día suficientemente malo y me sentía demasiado mal como para también tener que soportarla, pero antes de que pudiera reclamarle sentí que todo se desvanecía a mi alrededor.

Al despertar observo que estoy en la cama de un hospital sin entender nada de lo que ocurrió, pero me aterraba pensar en el hecho de que me pudieran despedir por estar aquí en lugar de estar trabajando y en cuanto me podría salir la cuenta del hospital, ya no me quedaba mucho ahorrado y no quería disponer de eso también.

Necesitaba salir de este lugar lo antes posible y cuando estaba por levantarme, la puerta se abre y entra a la habitación un doctor al parecer muy joven, alto, musculoso y guapo, tenia una mandíbula fuerte, su cabello y ojos eran oscuros y su piel blanca, tenia un aire misterioso y atrayente.

— No deberías moverte — espeto mientras fruncía el ceño.

— Necesito irme, no se porque estoy aquí, pero puedo recuperarme en casa, no tengo suficiente dinero para permanecer más tiempo aquí — explique.

— Señorita creo que debería empezar a pensar más en su salud y en la de su bebe — regaño con evidente molestia y yo no fui capaz de entender a que se refería exactamente.

— ¿Qué? — pregunte desconcertada.

— Que usted debería empezar a prestar más atención a su salud y la del bebe que espera — repitió impasible, mientras mi cabeza estaba a punto de estallar, ¿yo estaba embarazada?

Esperaba que no, que esto fuera un error de su parte o una absurda broma, yo no tenia los medios para traer a un bebe a este mundo, en este momento ni siquiera podía cuidar de mi misma, mucho menos podría cuidar de un bebe, yo era un absoluto desastre y traer un bebe dadas las circunstancias que estaba pasando, seria un error.

— ¿Estoy… estoy embarazada? — tartamudee, esperando que el desmintiera lo que había dicho anteriormente.

— Si señorita, ¿no lo sabia? — preguntó y yo negué con la cabeza a punto de llorar, todo esto tenia que ser una mala broma del destino, parecía que no se cansaba de jugar conmigo, cuando por fin había conseguido mi felicidad me lo arrebato todo y ahora me había mandado un bebe para el que no estaba preparada, de un hombre que me despreciaba.

— Bueno ahora que lo sabe tiene que poner más atención a su salud, ya que le detectamos que tiene anemia y esto no es bueno ni para el bebe ni para usted.

— Esta bien Doctor — dije tratando de calmar todos mis pensamientos negativos, no podía enloquecer en este momento.

— Entonces le aconsejo que al menos se quede esta noche y mañana le daremos de alta y le explicaremos los cuidados que debe tener.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi amor, por favor regresa a mí.