Como golpeado por un rayo, Manuel se quedaba allí rígido, mirando a Fernanda firmemente.
Victoria le daba una palmada en el hombro y le decía con extrañeza, -Manuel, ¿qué estás mirando? ¿Por qué no le saludas? -
Manuel se recuperaba, señalaba a Fernanda y le decía, -¡No me digas que ella es mi tía!-
Victoria le daba una palmada en la nuca, -Ella es tu tía Fernanda, ¿por qué no le saluda?-
Manuel solía ser humilde y educado, pero hoy no era nada educado. Aunque Victoria consentía a su hijo, todavía estaba muy ansiosa por temor a que la descortesía de Manuel entristeciera a Isidro.
Más miedo de que Fernanda malinterpretaba que la familia Rivero no la recibía.
Si Fernanda se asustaba, Isidro estaría más enfadada.
Manuel no podía llamar a esta tía, pensaba en una excusa y decía, -¡Parece más joven que yo!-
¡La verdad era que ella era dos meses menor que él!
-¡No importa lo joven que sea, ella es tu tía! ¡Tú la llamas obedientemente!-
Victoria realmente no podía entender lo que le pasaba hoy a Manuel, ¿por qué se negaba a llamar a esa tía?
Ella se inclinaba hacia su oído y le susurraba, -¿Estás tratando de molestar a tu tío?-
Manuel sentía más descontento cuando escuchaba las palabras.
Sencillamente, agitaba la mano, se volvía y se iba.
Victoria estaba embarazosa, le decía a Fernanda, -Fernanda, no te lo tomes en serio. Manuel es simplemente tímido y no te apunta deliberadamente. ¡Nuestra familia te da la bienvenida!-
Por supuesto, Fernanda sabía la razón por la que Manuel se negaba a llamarla, y ella no era tan estúpida en indagarlo profundamente.
Después de todo, si el caso entre ella y Manuel se descubría, estaría más vergonzosa.
Era mejor mantenerlo en secreto.
Ella asentía con la cabeza y decía, -Victoria, no se preocupe, no me importa. -
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