Después de cenar, Isidro la pedía volver a la cama y acostarse.
Él miraba su carita, -¿Te dueles tanto cada vez?-
Era la primera vez que Fernanda discutía este tema con un hombre, y Isidro se tomaba muy serio este asunto, ella asentía con la cabeza, -Sí.-
-Vas a ver a un médico.-
-¡Qué vergüenza es esto!- Fernanda prefería soportarlo sola que ir al médico.
Isidro decía, -Ir al médico no es una vergüenza.-
Realmente era una chica.
-Está bien.- decía Fernanda, -Se dice que cuando se case y tenga el bebé, todo será mejor.-
¡Bah!
Fernanda se arrepentía después de decir esto.
Se mordía el labio, quería esconderse.
¡De qué estaba hablando!
Miraba a Isidro en secreto, esperando que él no hubiera escuchado lo que acababa de decir.
Resultaba que él la estaba mirando y la escuchaba.
-¿Quieres tener el bebé? Eres demasiada joven.-
Fernanda estaba embarazosa, realmente solo ella decía algo mal, ¿cómo es posible querer tener un bebé?
Ella explicaba, -No quise decir eso...-
¡Esto era un gran malentendido!
Isidro sonreía, -Lo sé.-
-...- ¡Pero Fernanda sentía que él había entendido mal totalmente!
Fernanda se acostaba en la cama un rato antes de ir a ducharse, después de regresar no podía dormir más.
Se divertía mucho jugando con su teléfono móvil y siempre jugaba antes de dormirse.
Una mano se estiraba y le quitaba el teléfono, -No lo juegas, vete a la cama temprano.-
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