Mi Chica Melifluo romance Capítulo 29

—¡Estás loca! Estás practicando el engaño —Los ojos de Alicia se abrieron de par en par al escuchar su plan.

Dulce alisó su larga cabellera en el espejo y dijo con calma:

—Qué puedo engañarles, sólo puedo usar la escritura de la propiedad como garantía, simplemente no lo creo, no puedo manejar una renovación.

—Estás pensando demasiado fácil —Alicia arrugó las cejas y se cruzó de brazos:

—¿De dónde has sacado tu equipo de renovación? ¿Sabes diseñar?

Dulce respiró profundamente y susurró:

—Siempre hay una manera, mi padre tiene amigos que hacen esta línea....

—¡Habrían ayudado hace tiempo si ellos querían! ¿Has olvidado cómo te ofendió ese calvo? Aquí está tu pago por lo de anoche, piénsalo—. Alicia sacó una docena de euros de su cartera, los arrojó sobre el lavabo y se marchó.

Dulce contó el dinero, dos mil uno. Guardó el dinero con cuidado, salió del lavabo y se acercó a seguir hablando con la pareja sobre la reforma. Tras acordar que lo hablarían en un par de días, la pareja se marchó primero.

Dulce se sentó sola junto a la ventana, con los birretes garabateados en el papel, sólo entonces sintió algo de miedo... ¿La decoración de Rodríguez? ¿Cómo pudo atreverse a decirlo?

Entonces, ¿podría acudir a Alberto en busca de ayuda? Dudó un momento y sacó su teléfono móvil, mirando su nombre durante mucho tiempo antes de marcar el número.

Su corazón latía más rápido mientras sonaba, ¿la ridiculizaría y diría que estaba fuera de su alcance?

—¿Qué pasa? —La voz de Alberto llegó de repente a sus oídos.

Dulce guardó silencio por un momento y susurró:

—Nada, me equivoqué del número.

—¿Número equivocado? ¿Me echas de menos? —La voz de Alberto estaba, en efecto, llena de burla, lo que resultaba incómodo por más que sonara.

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