Mi dulce corazón romance Capítulo 1

—Hola, ¿tienes Durex con estrías?

—Claro.

—Pues dame también un consolador y un conjunto negro de gata sexy.

—No hay problema, ¿me dice su dirección?

—Tráemelo a la habitación 2202 del Hotel Hermoso.

—De acuerdo.

***

Cuando Cordelia Vega llegó al Hotel Hermoso ya eran las 11 de la noche.

No era una hora muy segura para que las personas que hacían negocios de juguetes sexuales hicieran entregas de productos en persona, especialmente siendo una chica joven y hermosa.

Pero no tenía más remedio, la vida no era fácil, necesitaba dinero para comida, ropa, albergue y transporte, más cuando Bosco Alfaro estaba de regreso en unos días.

Ya llevaban saliendo seis años, y la mayoría del tiempo estaban separados en diferentes lugares. Él necesitaba ocuparse de sus negocios nacionales e internacionales, y ella, naturalmente, no podía ser una carga para él.

Afortunadamente, los dos habían tenido una buena relación durante los últimos años. Y además de su trabajo diario, también tenía un pequeño negocio, así que en unos días seguramente le podría hacer una sorpresa para su cumpleaños.

Pensando en eso, Cordelia levantó las comisuras labiales en silencio y sonrió.

Bajó un poco la visera negra de su gorra para entrar con el paquete en brazos.

El Hotel Hermoso era un lugar famoso en la Ciudad J porque la gente se gastaba mucho dinero allí.

La mayoría de las personas que iban allí a consumir eran ricas o poderosas.

No hacía falta mencionar la magnificencia del vestíbulo, porque hasta el ascensor tenía incrustaciones de oro y plata. Estando en el interior e iluminado por la luz, solo se sentía radiante y a la vez humillante por el contraste que dejaba.

Cordelia se limitó a sujetar la caja sin mover los ojos.

Una cara fina y hermosa estaba tapada en su mayoría por una mascarilla, y solo esos ojos tranquilos se revelaron, exponiendo débilmente una sensación de frialdad y arrogancia.

El ascensor se detuvo en el piso 22. Ella salió y rápidamente encontró la habitación 2202 para tocar el timbre.

Antes de que se abriera la puerta, se escuchó una voz impaciente de un hombre y una mujer.

—Bosco, ay… para, parece que ha llegado el paquete.

—Espera, voy a por él.

Cordelia estaba en la puerta y no pudo evitar torcer la boca.

Sus mercancías aún no habían llegado, ¿y ya se estaban divirtiéndose?

¡Qué impacientes eran!

La puerta se abrió rápidamente y un hombre en bata con humedad en su cuerpo apareció en la puerta.

Cordelia no le miró y le entregó la caja.

—¡Son cien euros! ¿Quiere pagarlo en efectivo o PayPal?

La persona de enfrente no se movió.

Unos segundos después, una voz tentativa sonó:

—¿Cordelia?

Cordelia se asustó un poco y levantó la cabeza.

El hombre de pie en la puerta era alto, su pelo corto estaba mojado y solo vestía una bata blanca. Bajo la cálida luz amarilla, su hermoso rostro blanco se llenó de sorpresa, asombro y… un rastro de pánico.

El rostro de Cordelia se enfrió instantáneamente.

—Bosco, ¿quién es?

—Nadie, solo es el recadero.

Bosco se apresuró a responder antes de que Cordelia dijera algo, luego rápidamente sacó un fajo de billetes de la billetera, se los metió en la mano y cogió la caja de paso.

La puerta se cerró de golpe.

Cordelia estaba allí con los dedos temblando levemente y el rostro pálido.

Un momento después, de repente se burló.

Al mirar el montón de billetes en su mano, pareció ver una broma de su vida, burlándose de ella por su ignorancia y estupidez.

Se escuchó voces de un hombre y una mujer que venían de dentro, entonces respiró hondo para reprimir la amargura de sus ojos.

Luego se dio la vuelta y sacó su teléfono móvil mientras caminaba hacia el ascensor.

—¿Hola? ¿Es la comisaría? Quiero delatar a alguien que está consumiendo drogas y reclutando prostitutas en el Hotel Hermoso. El número de la habitación es…

Veinte minutos después.

Un vehículo policial se estacionó frente al Hotel Hermoso, alrededor había varios periodistas cargando sus cámaras cerca.

La gente del hotel fue escoltada y los reporteros se amontonaron repentinamente hacia adelante.

—Señor Bosco, alguien delató que estabas consumiendo drogas y reclutando prostitutas en el hotel. ¿Es esto cierto?

—Señor Bosco, como heredero del Grupo Alfaro, ¿crees que este comportamiento es correcto?

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